Celos infantiles
Enviado por Helena • 31 de Diciembre de 2018 • 3.244 Palabras (13 Páginas) • 362 Visitas
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Existen niños celosos que cuidan a su hermano y se interesan por su bienestar, este comportamiento responde a la necesidad de compensar el intenso sentimiento de culpa que le provocan los celos. Por el contrario, la conducta de colaboración también es indicadora de madurez e independencia. En este caso los padres tienen que reforzar este comportamiento. La tensión emocional puede llevar al niño a desarrollar síntomas de malestar indefinido, dolor abdominal, cefalea, vómitos, diarrea, etc.
Como abordar los celos en estos casos
Antes que nada hay que tomar la aparición de los celos como un hecho saludable, dado que el niño celoso es un niño “normal”. El objetivo fundamental es que el niño aprenda a compartir el amor y la atención de los padres con su hermano, pues, aunque piense que los ha perdido, tan sólo se trata de una redistribución del tiempo y la atención destinados a cada uno.
Por otra parte, los padres deben tener presente que la educación debe fundamentarse en atender las características diferenciales de cada persona ya que por lo regular, los padres creen que a los hijos hay que educarlos del mismo modo. Pues no. La educación se debe abordar y planificar atendiendo las características de cada uno de ellos. Aunque parezca raro, educar en igualdad puede fomentar los celos. A los hijos hay que darles las mismas oportunidades, pero la educación no tiene por qué ser igual. Aun en las mejores condiciones el 90% de los niños muestran algún grado de celo ante el nacimiento de un hermano.
Afortunadamente encontramos que así como hay diferentes etapas para los celos entre hermanos existe para cada una distintas maneras de abordarlos para lograr llegar a la buena convivencia fraternal, algunas de estas son:
Antes y durante el embarazo: La diferencia de edad entre hermanos ayuda a minimizar el celo, especialmente cuando es al menos de 2 o 3 años, el niño tendrá un desarrollo cognitivo y emocional suficiente para entender mejor la situación. A la vez, rivaliza menos con su hermano por juguetes o actividades, dado que los estadios evolutivos son distintos.
Hay que hablarle del “bebé que está en la barriga de mamá” y dejar que lo sienta. Se debe anticipar con mucho tiempo el cambio de habitación para evitar que el niño asocie dicho cambio con la llegada del nuevo y se sienta por ello desplazado. Hay que procurar mantener las pequeñas rutinas y hábitos del niño (horario de dormir, aseo y comida).
Postparto inmediato: Es conveniente que el niño vaya a visitar a su hermano al hospital. Si no es posible, se pueden intentar comunicaciones telefónicas tanto de la madre como del niño o correspondencia que incluya dibujos referentes al nuevo hermano. Cuando el niño vea al bebé por primera vez, es aconsejable que el recién nacido no esté en brazos de la madre. Hay que dejarle que lo acaricie y que ambos estén junto a la madre. Algunos autores recomiendan que reciba un regalo de parte del nuevo hermano.
Convivencia cotidiana: A partir de ahora es más importante la calidad que la cantidad de tiempo que se pasa con el hijo mayor. Hay que aprovecharlo bien escuchándole y satisfaciendo sus necesidades emocionales. Hay que buscar momentos en los que no haya interrupciones para que la relación sea productiva. Ambos padres deben involucrarse en la relación de los hermanos. Tienen que enseñarles a convivir, compartir y sobre todo a esperar su turno. Pueden utilizar actividades divertidas que supongan interacción en el sentido de cooperación, respeto y tolerancia. La finalidad del juego es enseñar a los hijos a ejercitar habilidades y a resolver conflictos que suelen surgir en la relación fraterna. Hay que fomentar y reforzar todas las conductas adecuadas que manifieste el niño. Estas muestras de satisfacción hay que realizarlas inmediatamente después de que el niño desarrolle las conductas mencionadas.
Aunque es difícil, hay que hacer caso omiso de los comportamientos inadecuados provocados por los celos. Los padres han de saber que cuando el niño advierta su indiferencia, incrementará la intensidad y frecuencia de sus quejas. Es el momento de ser paciente y esperar que poco a poco vaya cediendo en su actitud. El castigo físico sólo contribuye a mantener la conducta agresiva. Pueden usarse, sin embargo, algún tipo de sanciones como por ejemplo el aislamiento en su cuarto durante un tiempo, no ver el programa favorito de televisión, etc. Siempre que se utilice este tipo de sanciones hay que explicar al niño por qué le castigan, además de señalarle qué debe hacer para actuar correctamente.
Enfatizar las ventajas de ser mayor: Mostrar al niño la cantidad y variedad de experiencias que la edad le ofrece con relación al pequeño. Éste es un modo saludable de diferenciar a los hermanos, pues fortalece la individualidad.
Los cambios socioeconómicos y sociopolíticos de nuestro entorno están teniendo importantes consecuencias en las organizaciones laborales. Las organizaciones tienen que responderá a estos cambios compitiendo en un entorno cada vez más hostil. Aspectos como la masiva incorporación delas mujeres al mercado laboral, las mayores exigencias cognitivas y emocionales del trabajo, o las interacciones sociales más frecuentes y complejas con gran diversidad de personas (compañeros, proveedores, clientes, etcétera), generan nuevas demandas y pueden afectar a las relaciones interpersonales en el trabajo. En este contexto, emociones en el trabajo como celos y envidia, así como la rivalidad con los otros por tener acceso a recursos valiosos, emergen como aspectos que necesitan ser estudiados por sus importantes repercusiones en la vida laboral
Un aspecto muy interesante que encontramos en los celos laborales son que la competición intrasexual (entre las personas del mismo sexo) tiene mayor incidencia y puede estar afectada por las características del rival que provocan celos y envidia en el trabajo.
Como ya se mencionó, una revisión demostró que los hombres acosan más a menudo a otros hombres mientras que las mujeres lo hacen a otras mujeres. Sin embargo, el tipo de ataque es diferente. Las mujeres parecen ser más rencorosas y hablan a espaldas de los demás. Las típicas tácticas masculinas consisten en dejar de hablar y asignar tareas que afecten a la autoestima del otro. La envidia también es específica para cada sexo, las mujeres sienten más envidia de rivales del mismo sexo que son físicamente atractivas, mientras que los hombres sienten más envidia de rivales del mismo sexo que son capaces de tener una pareja atractiva y de rivales con mayor experiencia sexual.
Es posible que los celos en el trabajo tengan, en parte,
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