Como acelerar el potencial intelectual. hipnosis
Enviado por Mikki • 3 de Abril de 2018 • 6.644 Palabras (27 Páginas) • 335 Visitas
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Riesgos psicológicos: Si careces de información sobre el pasado de la persona (puedes acentuar un desequilibrio, pero no provocarlo.) También puedes proporcionarle un pretexto para que caiga en un desequilibrio latente. Por este motivo, no es conveniente practicar la hipnosis sin haber mantenido una entrevista previa con el sujeto.
Riesgos fisiológicos posteriores: pueden desprenderse de ciertas técnicas, algunas tan simples como la de la hiperventilación, que consiste en que el individuo inspire y espire rápidamente. De hecho, no comporta más riesgos que la acción de inflar una colchoneta neumática: se producirá un ligero vértigo causado por el aumento de la proporción de oxígeno, vértigo del cual el hipnotizador sacará provecho. (Esta técnica, simple e inofensiva, puede tener consecuencias molestas para un individuo con tendencia tetánica o espasmófila, hasta el punto de provocarle una crisis.
En conclusión: no existe peligro intrínseco en la hipnosis, sino ligeros riesgos ligados a la competencia (o incompetencia) del hipnotizador.
Todos estos riesgos pueden evitarse con una simple entrevista con el sujeto, tratando de recoger hechos o acontecimientos importantes en su vida, desde lo más general a lo más específico.
Ejemplo de algo general: Un hipnotizador que realice la técnica de la barca a una persona que de pequeña estuvo a punto de morir ahogada. Resulta claro que esta técnica en esta persona no puede dar un resultado positivo.
EL TRANCE
Hay características que vive el paciente durante el trance hipnótico como son:
Visitar todo su entorno simbólico personal.
Tiene una gran percepción de sus emociones.
Su capacidad de reflexión es diferente.
Desarrolla imágenes visuales y recuerdos.
Puede recrear sonidos, sabores y olores.
Percibe el tiempo de manera distinta así como sus
sensaciones corporales.
Las experiencias hipnóticas las vivimos con mucha frecuencia y se presentan en cada momento, como cuando vamos en el auto por una ruta conocida y ponemos el “piloto automático“, nos frenamos con la luz roja y avanzamos con la luz verde, nos paramos en caso de imprevisto; no obstante, la atención se encuentra volcada hacia nuestro interior viviendo un momento hipnótico, sin perder la conciencia. Esto también ocurre en el estado intermedio que se presenta poco antes de dormir o cuando estamos despertando.
Las experiencias hipnóticas las conocemos desde hace mucho tiempo, ya que son estados en los que hemos participando involuntariamente, pero el trance técnicamente inducido es muy diferente, porque haciéndolo de esta forma podemos aumentar nuestros recursos y la información de nosotros mismos, aumentando así nuestra conciencia.
La hipnosis entra en la mente inconsciente del individuo, lo cual hace que realice cambios de conducta así como emocionales. Durante el trance se pueden hacer cambios internos importantes los cuales se verán rápidamente reflejados en el exterior. La hipnosis aunque es muy fácil de adquirir y de inducir, necesita tener un entrenamiento profesional para poder desarrollarlo con el cuidado y la seguridad que esto implica.
* Sugestión y Autosugestión directo a la mente inconsciente y a la salud *
Guardamos todas nuestras vivencias negativas y positivas, las heridas del alma así como nuestras fantasías y temores en nuestra mente inconsciente. Las experiencias desagradables nos han servido de aprendizaje para resolver los problemas de nuestra vida. Lo maravilloso de entrar en un trance hipnótico es el poder abrir una ventana a todo el mundo inconsciente para poder acomodar, dirigir conocer y poder transformar algunos aspectos para una mejor calidad de vida.
Cuando un estado hipnótico no se conduce y se mantiene de forma adecuada, la persona que esta siendo inducida puede solo pasar a un estado de sueño normal, además las técnicas que se utilicen. Cuando el paciente llega al sueño la terapia sería nula, ya que se busca siempre el bienestar del mismo además de que no produce cambios internos si el individuo se duerme.
Es muy común encontrar gente con muy poca ética, por lo que las advertencias contra las panaceas nunca son suficientes. Todo en la vida, aun la hipnosis tiene sus alcances y limitaciones.
Milton H. Erickson, Psiquiatra Estadounidense, en los años 50’s, se había dedicado a investigar la hipnosis y la practicó 30 años atrás. Empezó utilizando estados naturales de trance y a desarrollar un estilo de psicoterapia muy diferente, basada en la hipnosis natural. Sus colegas decían que Erickson hacía hipnoterapia sin trance, que en realidad era sin un trance formal.
Milton H, Erickson desarrolló un nuevo tipo de hipnosis, la hipnosis Ericksoniana o natural, en donde la persona permanece despierta y puede participar activamente en su proceso de cambio interno.
La persona tiene su atención vuelta hacia adentro, imagina, siente, se emociona. Toda persona que tenga capacidad para imaginar, de soñar despierta, de percibir todas las sensaciones de su cuerpo puede entrar fácilmente en trance en la hipnosis natural. Así la profundidad del trance deja de ser importante porque la ventana de la mente inconsciente se abre con una simple “Conversación Hipnótica”, permitiendo que aparezcan las trabas para poderlas trascender y así surgen los recursos internos que le van a ayudar a la persona a resolver sus problemas.
LA HIPNOSIS EN LA SALUD
La historia del hipnotismo se puede clasificar en dos momentos históricos importantes el primero va desde el hombre de las cavernas, en la literatura se menciona por Wolberg (1972) quien sugiere, que la descripción más temprana de hipnosis puede estar en el Génesis.
2:21-22 Y Yavé hizo caer en un sueño profundo al hombre y este se durmió. Y le saco una de sus costillas, tapando el hueco con carne. De la costilla que Yavé había sacado al hombre formó una mujer y la llevó
Ante el hombre.
El segundo momento (el hipnotismo científico) se da con James Braid el primero en acuñar la palabra "Hipnosis". En 1881 la Asociación Médica Británica reconoce el hipnotismo como un recurso terapéutico, en 1843 la Sociedad
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