Dibs en Busca del Yo. La fragilidad y complejidad que abarcan al ser humano, ha sido notoria en el aspecto físico, psicológico y espiritual

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El entorno cambia, gracias a una terapeuta está trabajando desde un enfoque humanista, quien a partir de la terapia del juego no directiva, Dibs encontrara la habilidad para resolver sus propios problemas, de forma efectiva, impulsando el crecimiento interno que ya tenía y en el que se refugió, que más adelante demostraría que no era una conducta inmadura, este tipo de terapia refiere que mediante el juego presentan problemas emocionales, conductuales o de ambos tipos, estos pueden presentar dificultades para controlarlas, retraimiento, bajo rendimiento escolar, dificultades en el desarrollo, aunque no existan problemas físicos y médicos así como lo presenta Dibs.

Los inicios de Dibs con los juegos fue lento y doloroso, ya que sólo mostraba frustración que mientras avanzaba le brindaba la oportunidad de expresar esos sentimientos, y al mismo tiempo, le ofrecía la oportunidad de crecimiento emocional, cognoscitivo, emocional además de hacerlo placentero.

Dibs, era capaz de dirigir su propio mundo y resolver los problemas que presentaba en la medida de su posibilidad, ya que él mismo se daba cuenta de la capacidad para reorganizar sus experiencias, buscaba y creaba la habilidad para hacerlo de forma efectiva y creaba en el la satisfacción por sus logros. Dibs podía ser el mismo, sin expectativa ni obligación dándose cuenta que era una persona capaz y en su medida responsable. De esa forma se fue dando cuenta que podía dejar atrás esa ansiedad, el miedo, incluso ira que lo rodeaba por la libertad, confianza y autocontrol de las situaciones.

Destacando de esta parte, el que Dibs pudiera darse cuenta de sus habilidades, descubriera que podía hacer y que no, simulaba situaciones e iba adquiriendo el dominio para próximas situaciones.

Por otro lado, no menos importante, el libro nos señala la importancia de la relación irrompible que debe existir entre padres-hijo(s) durante la infancia, y las consecuencias en la personalidad de los menores por la actitud de rechazo, enojo, incluso de desprecio por un pequeño que no pidió venir al mundo; creando no sólo dificultad familiar, sino implantando un sentimiento de culpa y rechazo hacia sí mismo.

Reflejado en la relación profesor-alumno ya que dificultaba el proceso de desarrollo, juzgando y creando etiquetas en el menor que no le corresponden.

No se puede dejar a un lado el trabajo terapéutico ya que permitió encontrarse a sí mismo a través del juego, creando conocimiento de sus sentimientos con lo que hacía en la terapia de juego, otorgándole un espacio digno, de seguridad pero sobre todo creando un vínculo de confianza, esa parte afectiva que le hacía falta en casa, compresión, cooperación y comunicación simbólica y aunque el trabajo fuerte de la terapeuta debemos destacar la cercanía que tenía con su abuela en quien encontraba refugio y quien le daba seguridad y quien junto al jardinero Jake, lo impulsaron a ser un hombre de bien y le ayudaron a darse cuenta que en la medida que fuera creciendo iría resolviendo satisfactoriamente sus problemas, sabiendo que también había personas que le ayudarían en las buenas y en las malas.

Referencia:

M. Virginia. (2014) Dibs en Busca del yo. Edición Universitat de Valencia.