Duelo La muerte es el “paso terminal del proceso homeostático de un ser vivo que por ende termina la vida”.

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El vivir en un mundo donde el ser amado ya no regresara es otra de las partes donde puede ser complejo adaptarse, porque aquí ya no hablamos de su perdida emocional, si no practica, ¿es la persona fallecida la proveedora principal? Entonces hay que buscar una nueva fuente de ingresos, además están todos los trámites legales que desprenden de una muerte y son cosas que no pueden tomarse a la ligera, pues su rol en el entorno social de los deudos debe ser llenado o sustituido.

Finalmente llega el momento de reacomodar las emociones pensado en un futuro, ya que el ser amado fallecido se mantiene dentro del marco emocional, pero debe dejar su lugar de importancia para nuevas personas que entraran en la vida, es importante que el finado no sea un obstáculo para que se siga adelante con la vida, se debe recordar con amor, pero llega el momento de nuevas relaciones significativas.

A este tipo de duelo se le puede llamar Duelo Adaptativo, ya que conlleva un proceso donde no se olvida al ser querido, solo se aprende a vivir sin su presencia y a adaptar el marco de vida del doliente a esta nueva realidad, existe sin embargo otro tipo de duelo, también llamado Duelo Complicado, este es mucho más complejo, pues es más bien el nombre que recibe el fracaso o la incapacidad de afrontarlo correctamente, en este tipo de duelo, el deudo es incapaz de recobrar su bienestar y estilo de vida después de la perdida, llevando a casos donde se llevan síntomas como dolor físico, hipertensión arterial, peligrosa baja de defensas, desarrollo de cáncer e incurrir a conductas como el abuso de drogas y el suicidio. Es por ello que la correcta vivencia del duelo cobra una importancia tremenda, ya que eso evitara o minimizara este tipo de conductas.

Uno de los problemas principales para el bien llevado duelo es que las personas no lo ven como una parte normal de la vida, se suele ver como algo que se sobrelleva solo cuando es inevitable y jamás se está listo para ello, sin embargo debe verse como algo que se vive en múltiples ocasiones a lo largo de la vida, una carrera para lograr sobrellevar estas pérdidas sin que en el proceso la persona se pierda a su vez.

Es importante recalcar que la trasformación que se vive a través del duelo es una de carácter muy personal, que nos lleva a reescribir por completo la relación que tenemos con la persona fallecida, ya que es imposible aumentar ni cambiar la manera en la que se llevaron a cabo las interacciones entre ambos, por lo que llevar a cabo esta transformación es un proceso que en verdad no tienen un final definido ni límites establecidos, es más bien una experiencia con la se necesita aprender a vivir y convivir de manera que se logre llegar a un espacio donde a pasar de todo el dolor de la perdida de la persona quería, a su vez se logre reinterpretar la relación que teníamos con ella para que el dolor no trastorne nuestra vida, de manera que se haga una trasformación profunda del ser y se obtenga un cambio que no sea negativo.

Es imposible salir inmune de un duelo, se debe aceptar que habrá una transformación sumamente profunda del ser, donde se puede estar bien, pero nunca se volverá a estar como antes, el tener conciencia plena de esto ayudara a que el proceso sea más equilibrado.

Para concluir, es importante reconocer el dolor que significa el perder a un ser querido, así como saber que es un dolor que nunca pasara del todo, pero que se puede aprender a aceptar de manera que no destruya la vida del deudo, se puede elegir a al difunto en un marco de amor, guardando su memoria durante toda la vida, pero eso no significa que se deba vivir sumido en el dolor y la soledad de su partida, la aceptación y la manera en que se vive después de este tipo de escenarios funestos depende por completo del sujeto, a nivel sumamente personal y de si actitud a la vida, es por eso que se debe hacer una seria reflexión sobre nuestras conductas respecto a la pérdida de un ser amado, ya que estas se edifican a lo largo de la vida se suele pensar que son inamovibles, pero eso no es verdad, se tiene la capacidad de elegir, decidir qué hacer con el dolor de la perdida y hasta qué punto puede afectarnos, hay que vivir el duelo, no para el duelo.

Bibliografía

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