EN TORNO AL APRESTAMIENTO

...

2. ¿Por qué Susanita se muestra tan desanimada? Porque el adiestramiento que propone la profesora no tiene mayor relación con sus experiencias lúdicas inmediatas, ni con su cotidianidad y sus vivencias; porque no está ligado con los grandes interrogantes que ella se plantea en su afán por conocer el mundo. Una situación de aprendizaje será significativa para Susanita, si le plantea algo nuevo, si constituye un nuevo reto que requiera una reorganización de los esquemas ya construidos. Pero como lo planteado por la profesora no va en esa dirección, es decir, no es de por si significativo, entonces tendrá que recurrir a estrategias, a técnicas artificiales (motivación) para generar el interés desde fuera.

3. Para la docente del curso de Susanita los niños que llegan a grado 0 aun no están maduros. Entiende que su tarea es estimular la aparición de las capacidades o aptitudes necesarias para aprender a leer y escribir mediante ejercicios perceptivos y motrices. No obstante, en 70 años de predominio de este enfoque, la investigación no ha arrojado evidencias concretas de que el desarrollo de este tipo de habilidades incida de manera determinante en el aprendizaje de la lecto-escritura. O si no, ¿cómo explicar que los sujetos parapléjicos puedan aprender? ¿Por qué a algunos niños, excelentes para el deporte, les va tan mal en lenguaje? Vigotsky lo había dicho hace también 70 años: una cosa es la mano y otra el cerebro; el desarrollo de la simbolización no se deriva del desarrollo motriz.

4. Las habilidades perceptivo-motrices no son un pre-requisito para la lectura y la escritura. Un pre-requisito es un conjunto de habilidades cuyo entrenamiento y cuya mejora lleva consigo un aumento en el nivel lector y escritor; y para ello, tal conjunto de habilidades o competencias debe estar directamente relacionadas con estos aprendizajes. Es como si alguien se matricula en un curso de inglés y en las primeras clases lo ponen a hacer flexiones de pecho. Es del todo lógico que sospeche que le estén tomando del pelo.

5. Con el aprestamiento ocurre algo paradójico: a mayor duración, peores son los resultados. En Brasil, patria de Lourenco Filho (autor del test ABC sobre madurez lectora), se realizó una investigación que buscaba detectar las causas de la alta repitencia en el primer año de primaria. Una de las cosas que mostró la investigación es que mientras más largo es el aprestamiento, más bajo es el rendimiento. Y es que cuando los niños no ven avances en el aprendizaje que los ha llevado a la escuela, desarrollan descreimiento en su propio valor, inseguridad, desmotivación, ansiedad.

6. Cuando Susanita (o las niñas de la propaganda de TV que le escriben una carta al señor Johnson's pidiéndole un champú) hacen garabatos o dibujos, o cuando intentan interpretar un texto, aunque no sepan hacerlo como los adultos, tienen una intención comunicativa y todo el tiempo están comprendiendo. En cambio, cuando el proceso de la alfabetización se divide en aprestamiento, lectura inicial y lectura comprensiva, se supone erróneamente que hay fases o períodos en los cuales los niños no necesitan pensar, ni comunicarse, ni actualizar lo que ya saben sobre la lengua. La automatización de destrezas reemplaza de esta manera al aprendizaje significativo.

7. Al docente que se dedica varios meses del año escolar a que sus alumnos recorten, rellenen, coloreen, piquen, hagan ejercicios de coordinación, de discriminación, de manejo del espacio, habría que preguntarle: ¿cómo aprenden los niños? ¿Qué es el aprendizaje? Al menos estas prácticas parecen obedecer al concepto de que la adquisición del conocimiento es el resultado de la repetición y del adiestramiento.

8. Susanita, como todos los niños, trata activamente de comprender el mundo; y para lograrlo observa, pregunta, plantea hipótesis, las corrige. Respecto a la lengua escrita, crea formas originales para hacerse entender, interpreta imágenes, deduce el nombre de los anuncios por el tipo de empaque. Todas estas actividades del sujeto cognoscente quedan en suspenso con el ingreso al preescolar. Es lo que la niña no entiende y la llena de desaliento.

No es que no se deban trabajar las habilidades perceptivo-motrices. Lo que hemos querido sustentar aquí es que dichas habilidades no sirven de aprestamiento para la lectura y la escritura. Con este tipo de aprestamiento es más lo que el niño se ve obligado a desaprender respecto a la lengua escrita, que lo que aprende.

Más aún, el aprestamiento y los métodos tradicionales para aprender a leer y a escribir, en tanto que ignoran el proceso constructivo llevado a cabo por los niños, obstaculizan dicho proceso y son un factor generador de dificultades de aprendizaje y, por ende, de fracaso escolar.