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El Cambio. VIDA DEL DOCTOR AGUILAR

Enviado por   •  24 de Mayo de 2018  •  9.705 Palabras (39 Páginas)  •  464 Visitas

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CAMBIOS EN MI VIDA

Juan Carlos descubrió que si no le daba tanto interés a su esposa el podría seguir con su vida, afrontándola y perseverando, aunque sea por el futuro de la niña, la cual veía unas 3 veces a la semana mientras Darío se hacía cargo.

En el cierre de semestre dejó en su materia de “teorías de la evolución” alrededor de 8 alumnos por no defender bien su proyecto final, ellos rogaron, suplicaron, pero él simplemente dijo que lo intentasen en el siguiente semestre; una de las chicas Ángela, pidió hablar en privado con él, bueno la magnífica apariencia de esta suave señorita dio oportunidad a que eso pasase.

En la oficina del Doctor Aguilar entró Ángela, con un vestido sumamente provocativo, al notar a lo que venía la muchacha él se negó, sin siquiera ella poder decir una palabra solo le sonrió y dijo “yo no pienso perder el semestre doc. me daré un modo en que nos podamos ayudar mutuamente, sé lo de su esposa y me supongo que no ha tenido oportunidad de estar con alguien en mucho tiempo; el sexo solo es otra de nuestras necesidades, eso es lo que aprendí en teorías de la evolución”, ella solo dio la vuelta y dejó sobre el escritorio un papel con su número y dirección de casa. Juan Carlos se alarmó y tomó todas las cosas de su escritorio metiéndolas en su portafolios y abriéndose rápidamente paso a su automóvil en el estacionamiento, no podía creer que con una joven de 23 años tuvo tal tipo de pensamientos y menos un tópico referente a engañar a su esposa.

Manejó muy rápido hacia el hospital pero no se atrevió a entrar, se quedó en el estacionamiento pensando, arrojó su portafolios contra el puesto del copiloto y vio volar el papel que le había proporcionado Ángela, titubeó pero a fin de cuentas la llamó.

“El subconsciente nos guía a lo que deseamos, por tanto realizamos acciones involuntarias a fin de cumplir con el condicionamiento propuesto por nuestro cerebro” AZ

Esa noche la pasó recogiendo, la llevó directamente a su departamento y pese al gran esfuerzo que impuso Ángela, Juan Carlos no podía excitarse lo suficiente. No pensé que era gay profesor, refutó Ángela, mocosa insolente, como puedes venir a burlarte de mí en mi propia casa, lárgate de inmediato, parecía que lágrimas de Juan Carlos comenzaron a dispersarse por el contorno de sus ojos; Ángela solo con una leve sonrisa le dijo, mas bien le haré un favor, me quedaré con usted esta noche, se ve tan ávido de afecto. El doctor quería decir algo, pero solo se recostó sobre las piernas de esta chica hasta que sollozante concilió el sueño. El sábado por la mañana, al despertar él se dio cuenta que Ángela se había marchado, no sin antes haber dejado una nota sobre la mesa de la sala.

“Querido profesor, creo que lo de ayer fue inesperado y más sobre su problema con las jóvenes hermosas, le daré otra oportunidad por que bueno pienso que cumplí con lo de pasar el semestre pero sinceramente deseo ayudarlo con su vida”

Angie

Era un sentimiento raro, pero se sentía comprendido por alguien.

TODA ACCIÓN CONLLEVA UNA REACCIÓN

Ángela era de un carácter fuerte, aunque muy jovial, su dinamismo daba alegría a Juan Carlos, pero al parecer se había convertido en una droga. Que alguien hablase con Angie lo enojaba mucho, más ella parecía darse cuenta y provocaba ese tipo de escenas, parecía que la gente comenzaba a sospechar y es que, el que una chica joven salga en el carro de un profesor daba un tinte de cierta manera especial.

Juan Carlos aprovechó el cierre del semestre y el viaje de fin de grado de Ángela para comprometer a otras chicas, usando sus dotes galanes y más que nada la incertidumbre de quedarle debiendo puntos a ese tan respetado y poco comprensible profesor; se dio formas para concebir el acto con 2 de ellas, Verónica una chica de cuerpo atractivo pero sin mucha gracia y Karla, de rasgos suaves y actitud muy humilde, puesto que venía de una familia de escasos recursos y su trabajo en el CIESPAL la ayudaba a pagar sus estudios en la facultad de psicología, todo lo cual fue precursor de querer seguir frecuentándola y ver si podía ayudarle a conseguir una beca.

Darío, el encargado de Melinda en esos momentos recibía un sueldo por parte de Juan Carlos, un pequeño monto por su amistad y ayuda. Aprovechando un viaje de Melinda a un campeonato nacional de ajedrez en Cuenca, Darío había decidido darle una sorpresa a su amigo de tantos años, quería anunciarle su futura boda con su novia de ya un par de años en el bar que frecuentaban, Juan Carlos sólo había escuchado hablar de ella, pero tal vez no le dio tanta importancia, que nunca se dio cuenta de los detalles.

Amigo, ¿cómo estás?, replicó Darío, después de tan largo tiempo te presento a mi prometida, tal vez debas conocerla, estudia psicología, ven mi amor…

Karla y Juan Carlos se quedaron impactados al notar lo tan pequeño que puede ser este mundo; la chica con la que él salía y tenía un pequeña aventura era la prometida de su mejor amigo.

Efectivamente, la conozco, mencionó Juan Carlos mientras le sonreía, es alumna mía. Entonces espero que la ayudes; con una ligera sonrisa Darío respondió. Karla solo se mantenía en silencio. ¿Amor pero qué pasa? tu eres usualmente más dinámica, vamos por una botella de un buen vino que tengo en la casa, querrás decir mi casa con una carcajada Juan Carlos lo palmeó en la espalda para aceptar la propuesta, y pues claro sin Melinda en casa ya que regresaba al siguiente día de Cuenca, se sentía tranquilo en cuestión.

Karla solo quería evitar cualquier tipo de confrontación y pidió que la pasaran dejando por su casa, pero Juan Carlos replicó, tranquila muchacha que eres la prometida de mi amigo, no te haré nada, a parte creo que estás algo floja en clases, tomaré esto como horas extras, tu “valor agregado”; en seguida Darío la tomó de la mano y se enrumbaron a la casa en la González Suárez.

Como era de esperarse, una botella no fue suficiente, a fin de la noche el Cabernet Sauvignon se cambio por simple zhumir y el más alegre de la fiesta quedó dormido en la sala, dando paso a la conversación entre Karla y su profesor.

¿Por qué nunca me contaste que estabas comprometida? Y ¿qué con eso? Respondió Karla, usted provocó esto, yo solo accedí por sus insinuaciones de ponerme en problemas con mis estudios, yo creo que mejor dejamos de salir y haga lo que quiera con mi futuro en la universidad pero por favor no dañe esto que tengo

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