¡Hay duelos en la pos modernidad?
Enviado por mondoro • 23 de Julio de 2018 • 2.397 Palabras (10 Páginas) • 351 Visitas
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¿Dónde están los adultos de antaño?
El adolescente era alguien en transito hacia la adultez. Pero el problema a que nos interesa no es solamente la imagen externa sino el concepto psicológico de adulto que se manejaba tradicionalmente y su validez actual.
La identidad sexual:
“La unión de los genitales es considerada la meta sexual normal en el acto que se designa como coito y que lleva al alivio de la tensión sexual y a la extinción temporaria de la pulsión genital”. La genitalidad implicaba una unión heterosexual, para acceder a esta el adulto debía haber resuelto cuando niño el complejo de Edipo, lo cual implicaba haberse identificado con el padre del mismo sexo y elegir como objeto de amor al contrario.
La adolescencia fue considerada desde que se la tomo como objeto de estudio, una etapa de búsqueda de la propia identidad sexual, en la cual debía desestimarse alguna experiencia homosexual.
¿Cómo se presenta este tema en la actualidad?
El DSM III incluyo respecto al tema de la sexualidad una novedad interesante. En el apartado de los “trastornos psicosexuales” se enunciaban varias parafilias (fetichismo, travestismo, exhibicionismo, sadismo). Se incluía la sexualidad egodistonica esto es que el manual consideraba a la homosexualidad como trastorno psicosexual solamente en el caso en que la persona se quejara de su manifestación, lo que no provoca angustia no era considera un trastorno mental.
Desde 1987 el DSM III el término homosexualidad no aparece dentro de los trastornos sexuales no específicados se dan como ejemplo malestar notable y persistente acerca de la propia orientación sexual.
Un concepto muy vago que no hace referencia en particular a la homosexualidad. (Como el caso de los perversos y los homosexuales), no eligen su posterior objeto de amor según el modelo de la madre, sino el de su persona propia .manifiestámente se buscan a si mismo como objeto de amor, el tipo de elección de objeto que hace llamarse narcisista.
El psicoanálisis consideraba anormal tal elección de objeto porque no incluía, el reconocimiento del otro como diferente a uno mismo.
Es importante destacar el clima en el cual la posmodernidad los enmarca, esta etapa incluyo una revolución sexual.
En la década del 60 dió paso a varios cambios, los sexos dejaron de estar rígidamente establecidos en su aspecto externo y en los roles a cumplir. Al mismo tiempo la ambigüedad sexual se constituyo en una característica propia de la época.
Aberastury: sostenía que un cuarto duelo durante la adolescencia se debía a la necesidad de superar la bisexualidad infantil, no solo no parece requerir duelo sino que aparece como una característica atractiva en figuras del campo artístico por ejemplo el modelo heterosexual exclusivo ha quedado como uno mas entre ellos que muestran los medios masivos como imitables.
La clara “identidad sexual “que se esperaba que adquiriera el individuo al llegar a la adultez ha perdido mucha claridad.
La madurez afectiva:
Los objetos primeros de amor por otros y establecer con ellos una relación duradera formaba parte de aquello que caracterizaba al adulto. Para Freud: El estudio de la sexualidad constituía un sustrato concreto no desdibujado por la subjetividad de los sentimientos el amor quedo en segundo plano de los desarrollos teóricos freudiano.
Para Fromm: El fundamento del amor era la actitud de dar. El cuidado debía entenderse como una preocupación activa, no una simple declaración retorica. Preocuparse por la vida y el crecimiento de la persona que se ama, ocuparse del otro, no se puede respetar a quien no se conoce en particular el conocimiento en el amor es un conocimiento que no se queda en la superficie para el autor.
El arte de amar se lograba cuando se llegaba a la madurez, cuando se renunciaba a los valores del yo ideal, invadidos de omnipotencia y narcisismo. El adulto podía llegar amar si se convertía en una persona productiva, entendida como capaz de dar, de comprometerse con otro brindándole cuidado, haciéndose responsable de esa relación afectiva, respetando al otro y ocupando tiempo en conocerle.
El hombre se sobrepone a su desesperación inconsciente por medio de la rutina de la diversión, la consumición pasiva de sonidos y visiones que ofrece la industria del entretenimiento, por medio de la satisfacción del comprar siempre cosas nuevas y cambiarlas inmediatamente por otras.
El amor es así proceso que lleva a unirse al otro sexo como modo de no estar solo, separado, de superar esta angustia básica (separatividad).
La actitud de querer ser amado y no de amar, no desarrolla capacidad; creer que conseguir una pareja atractiva es un logro semejante al de poder adquirir un buen producto (hoy, insipidez, falta de profundidad). Esto le preocupaba a Fromm en los años 50.
Los adultos en la actualidad (posmodernidad) aprendido a privilegiar la obtención de placer por sobre la represión que la sociedad pueda provocarles. Han vivido crisis respecto a la estabilidad de la pareja. Han desarrollado una afectividad superficial. Por lo tanto, aquel modelo de adulto capaz de mantener una relación, de profundizarla a través del conocimiento y un mayor compromiso con su pareja, no está de moda.
La madurez de la propia personalidad:
Si el adolescente vivía preguntándose ¿Quién soy? El adulto debía haber llegado a respondérselo.
Es decir, que el adulto ya ha conformado un ideal al cual intentar parecerse a lo largo de su vida.
El yo por su parte adquiere autonomía en relación con las figuras de identificación importantes.
Podrá, a partir de la madurez, afrontar sus conflictos con sus propias armas si su desarrollo ha sido normal.
El mecanismo fundamental postulado para estructurar la propia personalidad es la identificación.
En la actualidad, los adolescentes no encuentran figuras, por lo menos adultas, con las cuales identificarse y que tanto los padres como los docentes han perdido ese lugar.
- Renacimiento al siglo XVIII “época de los maestros” (sabios grandes exploradores)
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