Historia de la psiquiatría.
Enviado por Helena • 20 de Abril de 2018 • 6.159 Palabras (25 Páginas) • 314 Visitas
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La Organización Mundial de la Salud refiere “Los trastornos mentales están inseparablemente vinculados al tema de los derechos humanos. El estigma, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos que sufren las personas y las familias afectadas por trastornos mentales; son intensos y profundos”. Estos fenómenos son consecuencia de una percepción general en cuanto a que no existen modalidades efectivas de prevención o tratamiento contra estos trastornos, sin embargo, los problemas de los derechos humanos van más allá de las violaciones específicas a las que están expuestas las personas con trastornos mentales. En efecto, las limitaciones en los derechos humanos básicos de individuos y comunidades vulnerables, pueden actuar como poderosos determinantes de los trastornos mentales. Por lo tanto, no es de sorprender que muchas de las medidas de prevención efectivas estén en armonía con los principios de igualdad social, igualdad de oportunidades e igualdad de atención de los grupos más vulnerables en la sociedad. En este sentido, creo que es de vital importancia tener un conocimiento de las representaciones sociales y prejuicios que la sociedad tiene de la problemática de las personas con enfermedad mental y sus consecuencias sobre estas y sus familias.
Importante separar a la persona de la enfermedad, para que libres de todo prejuicio y estigma social, se haga frente a la enfermedad donde la ciencia sola no basta, sino que hay que tratarla de manera holística, es decir desde los aspectos también filosóficos, espirituales, políticos, económicos, culturales, sociales. En este proceso, es importante Infundir esperanza en ellos y en sus familias pues mejora el afrontamiento de la enfermedad y se producen cambios emocionales. Como sacerdote y consejero, soy consciente que, mi trato con las personas con alguna enfermedad mental, se impone como un desafiante test de mi fe y vocación. Tratarlos eficazmente desde mi preparación, es profesar mi fe con esperanza, libre de todo estigma y confiando más en la persona que está luchando en recuperar su Yo. Este es el grito de la sangre de los sin voz, del débil, indefenso, de los enmudecidos al ser estigmatizados. Esto nos invita a reconocer nuestra débil realidad humana, y a responder, haciéndola más humana e integrada.
Es aquí donde está la distinción entre la psiquiatría y la psicología. Mientras la El psiquiatra se encarga de diagnosticar y tratar las enfermedades mentales abordándolos prioritariamente desde su parte fisiológica ya sea prescribiendo medicación u otro tipo de intervención médica que sea necesaria a fin de equilibrar la bioquímica del cerebro y reparar o compensar la fisiología que este deteriorada, teniendo siempre en cuenta las variables psicológicas que hay que abordar para el completo restablecimiento del paciente. El Psicólogo Clínico se encarga de evaluar y tratar las enfermedades y los desordenes mentales abordándolos desde la rehabilitación psicológica, es decir interviniendo de forma externa para modificar ciertos funcionamientos cerebrales disfuncionales. Emplea estrategias para el manejo y ajuste de las emociones, las conductas y los pensamientos, realiza análisis psicológicos que posibilitan el autoconocimiento e incrementan autocontrol y la autoestima, entrena al paciente a identificar pensamientos erróneos y a corregirlos, enseña y hace practicar ejercicios diseñados especialmente para corregir y rehabilitar el funcionamiento disfuncional del cerebro, entrena al paciente a adquirir nuevas habilidades en el ámbito social o personal, le instruye y le entrena en técnicas de autocontrol emocional y cognitivo, le enseña a identificar y controlar conductas, pensamientos y emociones desajustados que actúan de cómo factores desencadenantes o como factores de mantenimiento del problema psicológico presentado.
A lo largo de la historia en la forma de entender la enfermedad mental ha sido extensiva; en la edad media se creía que las enfermedades mentales fueron consideradas como posesiones demoníacas, fuerzas externas, sobrenaturales y oscuras. Los romanos acusaban a los enfermos mentales de lunáticos. 1.500 los acusaban de brujos y descarriados y los quemaban. Locura, Freud considero las enfermedades como dinámicas del inconsciente.
las personas con enfermedades mentales o trastornos mentales han sido socialmente marginadas debido al desconocimiento social que existió y sigue existiendo aun, donde se etiquetan a las personas por su condición, en muchos casos discriminando y creando cierta estigmatización que determina y amplifica las dificultades psicológicas las cuales entorpecen el bienestar, la adaptación y la integración social de las personas.
Las actitudes sociales de rechazo hacia estas personas y la consecuencia de una imagen social negativa pueden levantar barreras sociales adicionales que aumentan su riesgo de aislamiento. Por ello, es evidente que una atención integral a las personas con enfermedad mental no sólo tiene que cubrir suficientemente sus necesidades de apoyo e integración sino que simultáneamente también debe de establecer acciones que disminuyan o eliminen las consecuencias negativas del estigma que tradicionalmente pesa sobre ellas.
La Organización Mundial de la Salud refiere “Los trastornos mentales están inseparablemente vinculados al tema de los derechos humanos. El estigma, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos que sufren las personas y las familias afectadas por trastornos mentales; son intensos y profundos”. Estos fenómenos son consecuencia de una percepción general en cuanto a que no existen modalidades efectivas de prevención o tratamiento contra estos trastornos, sin embargo, los problemas de los derechos humanos van más allá de las violaciones específicas a las que están expuestas las personas con trastornos mentales. En efecto, las limitaciones en los derechos humanos básicos de individuos y comunidades vulnerables, pueden actuar como poderosos determinantes de los trastornos mentales. Por lo tanto, no es de sorprender que muchas de las medidas de prevención efectivas estén en armonía con los principios de igualdad social, igualdad de oportunidades e igualdad de atención de los grupos más vulnerables en la sociedad. En este sentido, creo que es de vital importancia tener un conocimiento de las representaciones sociales y prejuicios que la sociedad tiene de la problemática de las personas con enfermedad mental y sus consecuencias sobre estas y sus familias.
Importante separar a la persona de la enfermedad, para que libres de todo prejuicio y estigma social, se haga frente a la enfermedad donde la ciencia sola no basta, sino que hay que tratarla de manera holística, es decir desde los aspectos también filosóficos,
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