Impacto psicológico del abandono infantil.
Enviado por Ninoka • 26 de Abril de 2018 • 9.486 Palabras (38 Páginas) • 374 Visitas
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6. ABSTRAC:
7. Palabras claves: Abandono infantil, Consecuencias, Edad Escolar, Impacto Psicológico.
8. KEY WORD: Child neglect, consequences, school-age, psychological impact.
9. DESARROLLO: La familia proporciona lo que consideramos condiciones óptimas para el desarrollo de la personalidad de los individuos jóvenes. La familia es el primer contexto de desarrollo del niño y el más duradero, por supuesto, otros escenarios o contextos sociales también modelan el desarrollo de los niños, pero en cuanto al poder y a la extensión, ninguno iguala a la familia. La familia constituye el medio natural en el que el niño comienza su vida e inicia su aprendizaje básico a través de los estímulos y de las vivencias que recibe, las cuales le condicionan profundamente a lo largo de toda su existencia; la estabilidad y equilibrio en su relación materna-paterna, así como con el resto de los miembros familiares, definen el clima afectivo, en el que transcurre la primera etapa de su vida.
Actualmente podemos definir a la familia como “el grupo humano integrado por miembros relacionados por vínculos de afecto y sangre y en el que se hace posible la maduración de la persona humana a través de encuentros, contactos e interacciones comunicativas que hacen posible la adquisición de una estabilidad personal, una cohesión interna y unas posibilidades de progreso según las necesidades profundas de cada uno de sus miembros” (Ríos, 1998).
Una de las finalidades que persigue la familia es socializar al niño y fomentar el desarrollo de su identidad, para ello debe proporcionarle un ambiente que le permita desarrollar habilidades y conseguir objetivos individuales, estimulándole para que sea capaz de conseguir objetivos socialmente valorados y proporcionándole un modelo válido de conducta social (Amato, 1987). Pero no todas las familias son iguales ni proporcionan un ambiente optimizante.
Según pone en evidencia la investigación, el clima familiar y el estilo educativo se relaciona con el grado de desarrollo y aprendizaje alcanzado, a la vez que éstos se relacionan con el tipo de estructura y estatus familiar. La familia, factor social destacado en múltiples modelos de aprendizaje escolar y que suponemos por lo dicho, de mayor peso en Educación Infantil, incluye aspectos tales como la estructura, las características psicológicas y el estatus familiar (Fraser, 1987).
Cuando el niño no ha establecido un vínculo afectivo sereno y estable, cuando no ha logrado el clima afectivo adecuado; cuando el adolescente no ha desarrollado un apego de seguridad… y la escuela no ha sido capaz de ayudar al niño, al adolescente o al joven a superar las carencias ambientales y familiares, llega la deprivación afectiva. El niño-adolescente-joven se siente no querido, no aceptado e inseguro. En estas circunstancias su comportamiento suele degenera en conductas social y emocionalmente conflictivas e inadecuadas.
La privación emocional no significa que el niño esté privado de toda experiencia emocional, sería imposible y desde luego indeseable. Significa que el niño es privado de experimentar cantidades razonables de emociones placenteras, especialmente curiosidad, alegría, felicidad, amor y afecto. Es decir no recibe ni la cantidad ni la calidad de afecto y cariño necesario y lo que es más importante, ni a su debido tiempo.
El niño necesita experimentar el afecto de sus padres, ESTO ES EVIDENTE, es el modo de adquirir su autoestima y la seguridad necesaria que le permita alcanzar su autonomía personal, pero no siempre ocurre así. La privación afectiva padecida durante la infancia puede dar lugar a numerosos trastornos psicológicos y psicopatológicos que se manifiestan a lo largo de la propia infancia, a veces a la llegada de la adolescencia, pudiendo persistir en la edad adulta. La gravedad de esta situación depende del momento (edad del niño) en que se produzca la privación, del tiempo que dura, del tipo de emoción de la que es privado y de otros muchos factores.
El momento en el que se produce la deprivación afectiva es importante. Durante el primer año produce un estado de depresión general. El momento crítico es desde los seis meses a los dos-tres años, a partir de los cinco años los efectos son menores. Especial importancia merece la relación madre-hijo y la seguridad afectiva que ésta le trasmite. La separación y privación de la madre, sino se le proporciona una madre sustituta, lleva al niño a la situación de deprivación afectiva. La situación de deprivación afectiva es muy frecuente en los niños que han sido “puestos bajo el cuidado y atención de INSTITUCIONES”. Atendidos o tutelados por personas que no les muestran afecto, su desarrollo se resiente pudiendo llegar a ser hostiles, desobedientes, etc.
Estos efectos psicológicos-afectivos quedan amainados, en gran parte, si al niño se le proporciona un sustituto satisfactorio de la fuente original de satisfacción emocional: la madre. A los niños que se les proporciona una madre sustituta, que les proporciona afectividad equilibrada, reaccionan con normalidad en su desarrollo. Este tipo de niño, así atendido, no sufre de deprivación afectiva.
Para que esto no suceda es fundamental que desde los primeros meses de la vida del ni- ño se desarrolle de forma armónica una figura de apego, que va a ser la destinada a desarrollar su afectividad y socialización mediante la interiorización de valores, normas y conductas que marcaran su comportamiento y su personalidad. Es decir, son los padres, hermanos y otros familiares los que le transmite seguridad, bienestar, placer…o todo lo contrario (inseguridad, desorientación espacio-temporal, poca tolerancia a la frustración…) cuando el niño se encuentra con carencias afectivas. Cuando a la situación de deprivación afectiva la acompañan malos tratos (en realidad, los trastornos afectivos, son UNA FORMA MÁS DE MALTRATO INFANTIL, aunque socialmente no se la quiera ver así) causados por los padres o por las personas que tienen la custodia del niño, lo más probable es que se desarrolle una personalidad psicópata, a través de la cual el niño reclama el afecto que necesita, mediante conductas inadecuadas, estableciéndose incluso, un patrón de conductas contradictorias.
Otras posibles causas que originan estos trastornos o carencia afectiva o deprivación afectiva, según la Memoria de la Comunidad de Madrid, son: las familias carenciales, desestructuradas o en grave situación de deterioro, familias que se encuentran incapacitadas temporalmente para atender a sus hijos, familias incompletas con dificultades; o cuando
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