La terapia psicoenergética se utiliza como alternativa a la terapia tradicional, el objetivo de esta es encontrar un equilibrio entre la mente y el cuerpo, por eso del conocido refrán “mente sana, en cuerpo sano”.

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Existen varias técnicas y es función del terapeuta utilizar sus imaginación y creatividad para utilizarlas en cada uno de sus pacientes, ya que sabemos que no todos respondemos de manera similar a los estímulos presentados, pero un punto muy relevante para utilizar estas técnicas es que la psicoterapia psicoenergética se basa en la “corrección” del presente, él ahora es lo más importante ya que de aquí en adelante se está buscando el equilibrio personal, el pasado se supera a través del presente, para así mejorar nuestra forma de vida.

Hablamos de ciertas técnicas que apoyan las terapias psicoenergéticas, son 8 y son las siguientes:

1.- Relajación y respiración: Ayudan al desahogo del paciente con el terapeuta, además con estas técnicas se puede llegar a la meditación y así eliminar problemas como la ansiedad.

2.- Grupos de encuentro: Estos grupos favorecen a la comunicación entre terapeuta y paciente, además que favorece la expresión de sentimientos.

3.- Ejercicios de movimiento y alineación: Se pueden utilizar ejercicios de yoga u otras técnicas para mejorar la respiración y relajación de los pacientes.

4.- Masajes para eliminar tensiones: Gracias a estos se puede llegar a un nivel de relajación tal que se pueden eliminar estas tensiones mediante catarsis.

5.- Las fantasías dirigidas: Se utilizan para lidiar y superar duelos.

6.- Manejo psicocorporal de los sueños: Ayuda a superar el estancamiento y los problemas para tomar decisiones.

7.- Psicoterapia del pensamiento: Se invita al paciente a ser más flexible en su pensar y su sentir para vivir en armonía y ser felíz.

8.- Motivar al paciente con metas, además es importante resaltar sus valores personales, invitándolo a tomar decisiones pensadas y con calma.

“En general, la terapia psicoenergética tiene como metas la integración más consciente de la propia personalidad y la actualización plena de las potencialidades humanas.” (Navarro, 2005, p. 56) Todos los seres humanos tenemos ciertas situaciones que han bloqueado un desarrollo pleno en ciertos aspectos de nuestra de vida, pero para superar estas situaciones y concientizarnos que somos capaces de hacer y ver más allá de nuestros límites, existe la psicoterapia psicoenergética.

Las funciones del psicoterapeuta:

Una de las funciones más importantes del terapeuta es aumentar los niveles de energía, desbloquear redes neuronales y físicas y hacer más consciente al paciente de lo que es capaz de hacer, lo que a la larga va a provocar un crecimiento personal y una introspección que le va a permitir al paciente vivir plenamente.

El terapeuta tiene la función de ser la parte creativa en las estrategias a utilizar, debe conocer a su paciente para así adaptarse a lo que realmente ayudará al paciente a lograr los objetivos, pero para que todo el proceso culmine de la mejor manera, también se requiere de una participación activa, de la disposición y de una relación de confianza entre el paciente y el psicoterapeuta.

A lo largo del proceso, el paciente va experimentar emociones fuertes y negativas, que son las que necesita liberar, el terapeuta debe formar los canales adecuados para la liberación de estas, para que el paciente pueda comenzar a sentir tranquilidad y así encontrar el equilibrio que se busca en cada una de las sesiones, para que todo sea exitoso se requiere del compromiso y disciplina de ambas partes.

Evaluación diagnóstica de la personalidad:

En este tema se habla de cómo podemos observar los diferentes estilos de la personalidad, sin tener que hablar con la persona, por el simple hecho de ver cómo se comporta y su aspecto físico podemos saberlo.

Estilos de personalidad neurótica:

La apariencia corporal de los principales tipos de personalidad neurótica según la psicoenergética son:

1.- Personalidad evitante: En general presentan bloqueos en los ojos, sus movimientos son muy fríos, como los de un robot, fantasean para escapar de la realidad.

2.- Personalidad dependiente: Tienen tendencias depresivas, físicamente presentan las rodillas juntas y los pies hacia afuera, sienten muchos vacíos emocionales y buscan llenarlos con los demás.

3.- Personalidad dramática: Presentan ansiedad y represión sexual, se desilusionan fácilmente, físicamente podemos observar que el cuello está tensionado y es rígido.

4.- Personalidad narcisista: Son arrogantes, no soportan la ternura, suelen utilizar a los demás para obtener beneficios personales, presentan una mirada vigilante, sexualmente suelen censurar a los demás, pero ellos pueden fanatizarse con el asunto.

5.- Personalidad aguantadora: Al frenar su expresión sentimental, sufre “en silencio”, presenta una postura agachada, con el cuello metido en los hombros.

6.- Personalidad rígida: Son controladores, dominantes y competitivos, para ellos, la razón está antes que el amor. Presenta contracturas en toda la parte posterior del cuerpo.

7.- Personalidad depresiva: Se encoge hacia sí misma, con la cabeza hacia abajo y la espalda curveada, formando una especie de caparazón protector, recuerda cosas tristes y se deprime, las depresiones son de determinada duración dependiendo de la situación con la que se está luchando.

8.- Personalidad engreída: Todo el peso corporal lo carga en la parte inferior, por lo que los demás músculos están atrofiados, son un punto medio entre la alegría y la tristeza, son sociables, pero se sienten vacíos por dentro.

9.- La personalidad independiente: Es la que no tiene ningún problema y es estable en un 100 % (sabemos que no hay nadie así, todos estamos expuestos a presentar algún tipo de personalidad.

A pesar de que estas interpretaciones son válidas, no en todos los pacientes ni en todas las personas se va a presentar igual, pueden variar e incluso existir mezcla de algunas en una sola persona.

Evaluación psicocorporal de la personalidad:

¿Cómo lo vamos a hacer? Yo considero que es a través de la observación, principalmente, pero claro no debemos de quedarnos con lo primero que vemos, no debemos juzgar ni etiquetar al paciente en un primer momento, considero que primero debemos observar detenidamente