Manejo del Paciente Infantil en Odontologia

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Existen diferentes tipos de padres:

Padres sobreprotectores. Las actitudes de los padres sobreprotectores a menudo impiden el progreso natural del niño hacia su independencia. Esta actitud puede surgir de una cantidad de factores como 1) una experiencia peligrosa para la salud del niño durante su gestación o después de su nacimiento, 2) porque el padre o la madre fue criado en un lugar donde faltaba calor y amor, 3) por desajustes en la familia y 4) por ciertas perturbaciones psíquicas del padre o madre, que le crean una necesidad anormal de que el niño dependa de ellos. Establecer una relación uno-a-uno entre niño y odontólogo satisface generalmente a la mayoría de los padres protectores.

Padres manejadores. El comportamiento manipulador se manifiesta por las actitudes demasiado exigentes. Como las exigencias o manejos pueden ser contrarios a las normas de atención en el consultorio o los manejos de los intereses para la atención de la salud bucal del niño, el profesional debe regular la situación y manejar a los padres. La personalidad manipuladora debe tratarse razonablemente durante la discusión.

Padres hostiles. La razón de la hostilidad puede ser resultado de 1) malas experiencias personales con la odontología, 2) un negativismo general hacia los profesionales de la salud, 3) sentimientos de inseguridad en un ambiente extraño o 4) errores de concepto en cuanto a la odontología.

Padres negligentes. Por lo general se descubren porque no cumplen con las citas, faltan a las consultas de seguimiento y no controlan la higiene ni los hábitos de acuerdo a lo programado. A menudo es necesario aconsejarlos para conmoverlos y hacer que reconozcan la importancia de la odontología para sus hijos.

Barsch afirmo “la maternidad y paternidad pueden ser vistas como logros biológicos, pero la paternidad es un proceso ilustrado de experimentación efectuado diariamente en el laboratorio del hogar, la vecindad y la comunidad”.

Estrategias del equipo de atención odontológica

Un objetivo primario durante los procedimientos odontológicos es llevar a los niños paso a paso para que desarrollen una actitud positiva hacia la odontología.

Modificación de la conducta previamente a la cita

Las técnicas denominadas “modificación de la conducta” por lo general están pensadas en conjunción con las relaciones intraoperatorias odontólogo-paciente. La modificación de la conducta previamente a la cita tal como aquí se explica, se refiere a algo que se dice o hace para influir positivamente sobre la conducta del niño antes de que este entre al consultorio dental. Los niños que recibieron cierto preacondicionamiento fueron pacientes odontológicos más cooperadores.

La presencia de un hermano mayor en el consultorio tenía efectos favorables sobre la conducta del niño más pequeño en la primera visita.

Los niños pequeños muchas veces se asustan de los ruidos fuertes, como los de las turbinas de alta velocidad.

La importancia de brindar instrucciones a los padres para que preparen a sus hijos para la atención odontológica no puede ser subestimada.

“La dirección o manejo de la conducta es el medio por el cual el equipo odontológico realiza efectiva y eficazmente el tratamiento de un niño y, al mismo tiempo, le infunde una actitud positiva hacia la odontología”.

Los siguientes principios de manejo de la conducta se centran alrededor de la actitud e integridad de todo el equipo odontológico

El abordaje positivo. La actitud o las expectativas del odontólogo pueden afectar el resultado de una sesión en el consultorio. Para obtener éxito con los niños, es importante anticipar ese éxito.

La actitud del equipo. La calidez y el interés, pueden transmitirse sin necesidad de hablar y son críticos al tratar con niños. Una sonrisa amable dice al niño que el adulto lo cuida. Puede hacerse que los niños se sientan cómodos llamándolos por su sobrenombre, el conocimiento de las actividades extraescolares del niño, ayudan a iniciar futuras conversaciones, demostrando actitud amistosa y cariñosa al niño.

Organización. Si un niño se crea algún problema en el área de recepción ¿Quién trata de resolverlo? Cada consultorio odontológico debe tener su propio programa de contingencias, aumentando la eficiencia y contribuyendo a la buena relación niño-personal del equipo asistencial. Las demoras e indecisiones pueden crear aprensión en el niño.

Veracidad. Como la veracidad es extremadamente importante para generar confianza, es una regla fundamental para tratar con niños.

Tolerancia. Se refiere a la capacidad del odontólogo para enfrentar racionalmente la mala conducta manteniendo la compostura. Aprender a reconocer que exigen niveles de tolerancia muy altos es otro punto fundamental, pues evita la pérdida del autocontrol.

Flexibilidad. Dado que los niños son niños y les falta madurez, el equipo asistencial deberá estar preparado para cambiar a veces sus planes.

Comunicación con los niños

Institución de la comunicación. El primer objetivo para el manejo exitoso de la conducta del niño es el de establecer comunicación. Por lo general, la comunicación se inicia mejor en niños pequeños con comentarios lisonjeros, seguidos por preguntas generen respuestas distintas de un sí o no. El niño solo puede atender a una persona a la vez, es importante que la comunicación surja de una fuente única.

Claridad del mensaje. El odontólogo o el equipo de salud don los emisores, la palabra hablada es frecuentemente el medio y el paciente niño es el receptor. Para los odontopediatras los eufemismos o las palabras sustantivas son como un segundo idioma.

Control de la voz. Se usan órdenes súbitas y firmes para llamar la atención del niño o para que el niño suspenda lo que estaba haciendo. La conversación monótona y confortante se supone que funciona como la música respecto al ánimo.

Comunicación multisensorial En la comunicación verbal, el foco está en que decir o en cómo decirlo. El contacto físico puede ser una forma de comunicación no verbal. El simple acto de poner una mano sobre el hombro del niño mientras está a su lado sentado transmite una sensación de calidez y de amistad. El niño que rehúye la mirada con frecuencia no está