APORTES DE BUDA Y CONFUCIO A LA PSICOLOGIA

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Es entonces como entendemos que Buda no es un dios, ni es un nombre propio sino un título. Denota alguien que sabe, que entiende, que ha despertado del sueño de la vida debido a que ve la verdad (Sangharákshita, 1993, p. 27). Buda tiene un significado más profundo: se refiere a una persona que ha despertado de la ignorancia y se ha abierto a la sabiduría, es una persona que ha puesto final al sufrimiento y la frustración (Rimpoche, 1992, p. 74).

Luego Buda compartió su visión interna reuniendo a gran cantidad de discípulos, a quienes enseño el sendero o sistema de la vida correcto que los libraría del sufrimiento (Asma, 2004, p. 37). Es precisamente este sistema de conducta lo que nos lleva a hablar de el en la psicología. Dentro de estos patrones de conducta se establecía dejar el apego y en general un cambio de actitud ante la vida. El gran aporte del budismo es el control de los deseos como origen del sufrimiento, cuyo camino a seguir es la meditación, siendo la mejor técnica para lograr disminuir las pasiones y dominar la mente. Al dominar la mente, se logra también dominar los sentidos y por ende nuestros actos.

En la psicología contemporánea se ha hablado de Buda puesto que al alcanzar la iluminación él sostuvo que la mente se revela como base universal de la experiencia; así pues es también creadora de la felicidad y del sufrimiento, creadora de la vida y de la muerte. Siddhartha proponía que si no somos capaces de dominar nuestros deseos no arrastrarán a situaciones dolorosas (Rimpoche, 1992, p. 75).

Por otra parte buda nos propone el karma y las consecuencias de nuestros actos, de los cuales somos los únicos responsables. Si nosotros obramos bien, del mismo modo serán los resultados en nuestra vida. Para lograr los buenos resultados, se debe realizar buenos actos, y nuestra mente debe de estar esclarecida y libre de corrupción (Sangharákshita, 1993, p. 30).

“Para el Budismo Zen, el hombre que entra en contacto con el inconsciente sale de la prisión de su yo; un yo que lo limita, lo restringe, lo engaña, lo encierra en su egoísmo. La conciencia se desvanece en lo desconocido, y una vez reconocido este desconocimiento se abre un nuevo sentido a su existencia” (Soca, 2001, p. 9). Si bien para el Budismo Zen el inconsciente resulta ser lo misterioso y lo desconocido, no obstante se halla al alcance de nuestra conciencia. Esto es posible porque la conciencia está en una permanente conexión con el inconsciente. El Yo es dinámico, se encuentra en permanente movimiento, así mismo nos advierte sobre la tendencia de disfrazar al Yo-Verdadero con otros nombres y precisamente es esto lo que se realiza en la psicología moderna Occidental (Ibíd., 2001, p. 14).

Confucio

Con-Fu-tsu (Confucio) nació