Aplicación del método psicofísico de Estimación de Magnitud al estudio de la ilusión de Müller-Lyer.

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La forma de presentación consistió en colocarse el observador y el experimentador en una mesa de madera lisa de 140 cm de largo por 75 cm de ancho, uno a cada lado de la zona de 75 cm. A todos los observadores se les dio las mismas instrucciones: “A continuación, se le van a presentar una serie de estímulos en orden aleatorio. Los estímulos consisten en tarjetas que contienen una línea horizontal de color gris con segmentos de color negro en sus extremos en forma de flechas apuntando hacia el interior o hacia el exterior. Su tarea consistirá en estimar la longitud de la línea horizontal de color gris, asignando números a la misma”.

A continuación se presentó el módulo EC exponiendo verbalmente a los observadores: “Supongamos que la longitud de la línea horizontal de color gris de este estímulo vale 10. Su tarea consistirá en valorar la longitud de la línea horizontal de color gris de cada estímulo que se vaya presentando, asignándoles un número y tomando como referencia la longitud de la línea horizontal de color gris de éste estímulo (se volvió a enseñar el estímulo EC) al cual le asignamos un valor de 10”.

Seguidamente se procedió a la presentación de los estímulos, previamente a la presentación del estímulo se presentaba el módulo EC durante un tiempo de exposición de 5 segundos, cronometrados con un reloj Silver, comentando: “teniendo en cuenta que la línea gris de este estímulo tiene un valor de 10…”, para seguido presentarle el estímulo correspondiente a la vez que se decía: “…cuanto le parece que vale la línea gris de este estímulo tomando como referencia el estímulo anterior” y manteniendo el estímulo durante 5 segundos frente al observador.

Las tarjetas con los estímulos no estuvieron en ningún momento a la vista del participante, el cual sólo tenía delante la tarjeta del estímulo que debía juzgar en un momento dado o la tarjeta módulo EC, que se retiraba de su vista para enseñarle el estímulo que debía estimar. El experimentador cuidó de tener todos los estímulos ya ordenados por el orden de presentación que previamente se había elegido por sorteo, en una carpeta fuera de la vista del sujeto examinado, al igual que la hoja de toma de datos donde se iban anotando las respuestas dadas por el sujeto examinado.

RESULTADOS

En las tablas 2, 3, 4 y 5 podemos observar las respuestas directas dadas por los observadores sobre la estimación que hicieron de la magnitud (longitud) de los estímulos presentados. En la tabla 1 se relejan las medias geométricas correspondientes a los juicios de los cuatro observadores.

Como se puede observar en el sujeto 1, estudiante de enfermería, aunque se cumple la predicción de percibir más pequeños los estímulos con puntas de flecha hacia afuera (estímulos B) en comparación con los estímulos con puntas de flecha hacia adentro (estímulo A), apreciamos como subestima los estímulos A1 (MG=5.44), A2 (MG=7.61) y todos los estímulos B, sobreestimando los estímulos A3 (MG=10.98), A4 (MG=13.84) y A5 (MG=14.93).

En el sujeto 2, que practica la pintura en sus ratos libres, comprobamos que se produce un sesgo en la percepción de los estímulos con puntas de flecha hacia dentro (estímulos A) causando una sobreestimación de dichos estímulos. Sin embargo, aunque se cumple la predicción de Müller-Lyer, en lo que respecta a los estímulos con las puntas de flecha hacia fuera (estímulos B) observamos que la estimación de la magnitud de las líneas grises se aproxima mucho a la longitud real del estímulo, excepto para el estímulo B1 (MG=8.00) y el estímulo B3 (MG=10.00) ajustándose este a su magnitud real.

El sujeto 3, guardia civil de tráfico retirado, tiende a subestimar las líneas con puntas de flecha hacia dentro más pequeños -estímulos A1 (MG=5.48) y A2 (MG=6.90)-, produciéndose en la estimación de la magnitud del A5 (MG=14.14) una subestimación poco significativa con respecto a la longitud real del estímulo. En el caso de los estímulos con punta de flecha apuntando hacia fuera (estímulos B) existe una tendencia general a subestimar la magnitud (longitud) de los estímulo. En este caso también existe un sesgo en la estimación de la magnitud de los estímulos, percibiendo de mayor tamaño las líneas de los estímulos con punta de flecha hacia adentro (estímulos A) en comparación con los estímulos con punta de flecha hacia afuera (estímulos B), lo mismo que en la ilusión de Müller-Lyer.

En el sujeto 4, médico en activo, observamos una tendencia general a sobreestimar la magnitud de los estímulos A así como de los estímulos B más pequeños -B1 (MG=6.19) y B2 (MG=8.46)-, mientras que se aprecia una tendencia a subestimar la magnitud de las líneas con punta de flecha hacia afuera (estímulos B) según aumenta la magnitud del estímulo. Y también el sujeto 4 al igual que el resto de los observadores de esta práctica acusa la ilusión Müller-Lyer y estima de mayor tamaño las líneas con punta de flecha hacia adentro (estímulos A) que las líneas con punta de flecha hacia afuera (estímulos B), excepto para los estímulos intermedios -A3 (MG=10.00) y B3 (MG=10.00)- correspondiéndose con su valor real.

Tabla 1

Estímulos

Sujetos

A1

A2

A3

A4

A5

B1

B2

B3

B4

B5

Valor de sensación

Sj. 1

5,439

7,614

10,977

13,843

14,933

4,472

7,000

9,124

9,286

13,473

Sj. 2

8,000

10,000

11,583

12,688

17,321