Conceptos psicoanalíticos básicos

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a excitaciones sexuales distintas de las manifestaciones exteriorizadas, ha comprobado que todo individuo es capaz de una elección homosexual de objeto y la ha llevado, efectivamente acabo en su inconsciente. Puede incluso afirmarse que la ligazón libidinosa a personas del mismo sexo desempeña en la vida psíquica normal un papel tan importante como la que recae sobre las personas del sexo contrario” Es importante entender en la construcción de la sexualidad que aunque se use perversión para hablar de una orientación diferente a la heterosexual no se está hablando peyorativamente, ya que todo estructuralmente, nos relacionamos de manera heterosexual y homosexual en nuestra vida.

Es más Freud continua la cita (Adición de 1915 a los Tres Ensayos) “así pues en un sentido psicoanalítico, el interés sexual exclusivo del hombre por la mujer constituye también un problema y no algo natural”, pareciera indicarnos entonces que habría que satisfacer nuestros impulsos homosexuales, los cuales puede estar sublimados, para poder vivir de manera “natural”, siendo entonces la bisexualidad parte natural de nuestra constitución de seres humanos.

Freud en 1937 nos deja con la siguiente interrogante ¿Por qué en la elección de objeto bisexual los dos impulsos corren sin conflicto, a diferencia de los hétero y los homo en donde se encuentra reprimida de manera irreconciliable la otra elección en el inconsciente?

Joyce Mac Dougal (1996) parte del concepto freudiano de la bisexualidad como estructura psicológica universalmente presente en los seres humanos, ya que al tener padres de dos sexos, se sienta libidinalmente atraída por su madre y su padre y desee obtener amor exclusivo de uno y de otro, desear ser como sus progenitores. Ella postula que la primera homosexualidad en una niña es que lla quiere penetrar a la madre, devorarla y tener todo aquello que ella posee, tener todo lo que en el mundo de la madre la niña no tiene y está excluida. Por otra parte el niño imagina al padre como su pareja sexual fantaseando con la incorporación anal y oral del pene de su padre para poseer los órganos que él tiene y también ser igual de privilegiado.

Benjamin en 1996 (citado en Montero, 2011) concuerda con ella en que para ambos sexos es muy importante la identificación con la madre y el padre, refiere que estas bases persisten a lo largo de la vida y pueden ser la base para una posterior flexibilidad.

Kember (2004) refiere que el género percibido (basado en la representación del papel del género) del objeto del deseo (erótico) sexual es el que define la heterosexualidad, la homosexualidad o la bisexualidad de cada uno. Desde el punto de vista de la teoría de la relacione objetales, parece razonable asumir que la elección objetal se determina en paralelo con el establecimiento de la identidad esencial del género. Es decir la elección conlleva a una definición de quién soy yo, de un self sexual en relación con ese objeto en particular.

En este sentido Houzel (2005) sugiere que la bisexualidad psíquica tiene que integrar los tres niveles: contenedor, objeto parcial y total a objetos.

Existe por lo tanto una continuación de la hipótesis Freudiana que las personas somos potencialmente bisexuales y que por ejemplo para la terminación del análisis es muy importante “dos temas -en las mujeres el deseo de un pene y en los varones la lucha contra la pasividad” (Dreud 1837) Citando a Ferenczi en el trabajo leído por él en 1 927 consideraba como un requisito para todo psicoanálisis realizado con éxito que esos dos complejos hubieran sido dominados “todo paciente varón debe obtener el sentimiento de equidad en relación con el medico como un signo de que ha vencido su miedo a la castración ; toda paciente mujer, si se ha de considerar a su neurosis como totalmente vencida, debe haberse librado de su complejo de masculinidad y emocionalmente ha de aceptar sin trazas de resentimiento las consecuencias de su papel femenino”

Bibliografía

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