EL CUESTIONARIO DESIDERATIVO.
Enviado por Jerry • 18 de Abril de 2018 • 14.340 Palabras (58 Páginas) • 460 Visitas
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De un modo más general, se utiliza el término “simbólico” para hacer referencia a la relación que une el contenido manifiesto de un comportamiento, pensamiento o palabra, con su sentido latente.
En esta perspectiva, el simbolismo envuelve todas las formas de representación indirecta. Efectivamente, desde el momento en que se reconocen en un comportamiento al menos dos significaciones, una de las cuales sustituye a la otra, enmascarándola y expresándola al mismo tiempo, puede calificarse de simbólica a esa relación.
Siguiendo a Freud, podríamos afirmar que la esencia del simbolismo consiste en una relación constante entre un elemento manifiesto y sus traducciones. Esta relación escapa relativamente, como vocabulario fijado, a las influencias de la iniciativa individual, la que puede elegir entre los sentidos del símbolo pero no crearle otros nuevos.
Esta relación constante se basa, además, en la analogía (de forma, tamaño, función, etc.).
Los individuos, más allá de la diversidad de culturas y lenguajes, disponen de un “lenguaje fundamental”. De ahí que Freud designa dos tipos de interpretación de los sueños: por la vía de las asociaciones del soñante y por la interpretación de los símbolos, independiente de ellas. De todos modos, cada elección en el Cuestionario Desiderativo es una creación personal que se vale de esos símbolos universales, pero recreándolos para contener en sí la historia personal del sujeto.
El psicólogo, en el proceso de interpretación, decodificará el significado personal que el símbolo elegido tiene para el sujeto, guiándose no sólo por el símbolo en sí sino también por el contenido de la racionalización, que da cuenta de dichos significados.
En el Cuestionario Desiderativo, el sujeto tiene que actualizar conceptos verbales sin ningún apoyo externo. Esto implica un pedido que significa un gran esfuerzo para la simbolización, mayor que aquellos, como el TRO en los que la simbolización se apoya sobre imágenes que se le ofrecen al sujeto.
En el CD no se le proporciona al sujeto ningún concepto o palabra soporte. Por lo tanto, la posibilidad del sujeto de organizar una respuesta nos brinda mayor información que las restantes técnicas acerca de la integridad yoica y sus recursos adaptativos.
Aplicación del Cuestionario
Esta técnica proyectiva, por sus características, no debe ser administrada fuera de contexto. Esto supone haber establecido previamente un buen rapport en las entrevistas y ubicar su administración a continuación de las técnicas gráficas o, en su defecto, cuando el tiempo ocupado por aquellas torna demasiado prolongada la toma, antes de algún test de láminas como el CAT, TRO, TAT, etc.).
Una vez terminada la administración, se le puede pedir al sujeto que amplíe las respuestas interesantes o significativas o las relacione, a través de asociaciones, con aspectos de su historia.
- Consigna
Bernstein sustituyó la consigna original “¿Qué desearía ser usted si tuviera que volver a este mundo no pudiendo ser persona?” por la pregunta: “Si no pudiera ser persona, ¿qué es lo que más le gustaría ser?”.
Según Ocampo, esta sustitución se efectúa como una manera de atenuar el impacto de la expresión “si tuviera que volver a este mundo”, que alude explícitamente a la muerte. Sin embargo, siempre, según la autora, la pregunta sugiere, aún corregida, la aniquilación imaginaria del sujeto como persona para pensarse como otro ser no humano. Implícitamente, para realizar el test, el sujeto tiene que imaginarse muerto. En cambio, Grassano enfoca la cuestión de otro modo, señalando que es necesario que el entrevistado esté psicológicamente capacitado para interpretar el contenido metafórico o simbólico de la consigna. De estarlo y contar con la capacidad de diferenciar fantasía y realidad, podrá tomar la consiga como un “como si” y fantaseará las sucesivas personificaciones sin sentirlas como un riesgo para su identidad. Con esta propuesta adhieren las autoras. Se considera que si el sujeto se imaginase realmente muerto en forma literal y concreta, perdiendo la capacidad del “como si”, esto implicaría un severo trastorno del juicio de realidad y de la función de discriminación, lo que denotaría una grave alteración de la personalidad. Esta forma de reaccionar aparecería, por ejemplo, si el sujeto dijera: “Nada, si no soy persona, no quiero ser nada” y no quisiera continuar el test. Sin embargo, hay que considerar la situación que está atravesando esa persona en particular (ejemplo clase cáncer).
A través de las respuestas verbales y corporales del examinado, es posible observar el esfuerzo defensivo del Yo para recuperarse y absorber el impacto sufrido y su modalidad defensiva prevalente. El Yo se ve amenazado de muerte en la situación del test, por lo que se movilizan recursos defensivos: a través de las catexias positivas, el sujeto explicita las fantasías inconscientes de las defensas, describe simbólicamente su modo de evitar los peligros inherentes a la amenaza fantaseada (cómo se defiende→ defensas subsidiarias).
Por otra parte, por medio de las catexias negativas el sujeto expresa tanto las fantasías de lo que el Yo teme que le sucedería de no apelar a los recursos defensivos mostrados en las positivas, como las consecuencias negativas que tiene sobre su Yo el uso específico de esas defensas (de qué se defiende→ conflicto).
Así, en caso de que las respuestas sean exitosas en ambas catexias, podemos decir que el sujeto sabe defenderse y de qué se defiende. Hablaríamos, entonces, de una estructura adaptativa tanto en el nivel de las defensas como en el del autoconocimiento de sus conflictos. Indicaría una personalidad “normal” o con trastornos leves (neuróticos).
En caso de que sus respuestas positivas sean adecuadas pero fracase en las negativas, inferiremos que sabe defenderse pero no sabe de qué se defiende. En este caso, el sujeto parece poder mantener las defensas de manera sobreadaptada en base a una disociación que le impide ponerse en contacto con sus aspectos conflictivos. Esto podría relacionarse con poca capacidad de insight, escasa reflexión y síntomas egosintónicos, en los cuales los impulsos y defensas fueron asimilados como rasgos de carácter y el sujeto no puede reconocer nada que “no le gustaría ser”.
Por último, si responde las catexias negativas pero no las positivas, pensaremos que no sabe cómo defenderse, que el Yo no sabe a qué recursos defensivos apelar, pero sí conoce los peligros a
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