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En la mente de tu hijo: enfermedades mentales.

Enviado por   •  27 de Febrero de 2018  •  8.189 Palabras (33 Páginas)  •  393 Visitas

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Un caso que se presentó fue el de C., que presenta Tourette desde los 6 años, actualmente está bajo terapias de hábito inverso y ha logrado permanecer dos horas sin presentar tics.

Trastorno disocial

El Trastorno Disocial es el trastorno externalizado más grave y está caracterizado por un patrón repetitivo y persistente de conducta que incluye la violación de los derechos básicos de los demás, de las normas sociales o de las leyes.

El TD se caracteriza por cuatro áreas de manifestación: Agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad, fraudulencia/robo y violaciones graves a las normas. Esta categoría incluye una serie de manifestaciones muy heterogéneas que se han descrito como: Fanfarroneo, amenaza o intimidación a otros, peleas físicas, uso de armas que puede causar un daño físico grave a otras personas (palo, botella, navaja, pistola), manifestación de crueldad física con personas o con animales; robo, forzar a alguien a mantener una actividad sexual, provocar deliberadamente incendios con la intención de causar daños graves, destrucción deliberada de propiedades de otras personas, irrupción violenta a la casa o el automóvil de otra persona; expresión de mentiras para obtener beneficios, favores o evitar obligaciones, robo de objetos de cierto valor sin enfrentar a la víctima, permanecer fuera de casa de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando este comportamiento antes de los 13 años de edad; se presentan fugas nocturnas de casa por lo menos en dos ocasiones e «irse de pinta» escapando de la escuela. El DSM especifica el tipo, de inicio en la infancia o en la adolescencia y la intensidad en leve, moderada o grave, por el número de síntomas presentes. El diagnóstico del TD es clínico y no se requieren de exámenes de laboratorio o gabinete (De la Peña & Palacios, 2011).

El tratamiento para el TD consiste en la terapia multisistemica esta, es una herramienta terapéutica integradora, multimodal, que involucra tratamientos biológicos, psicosociales y psicoeducativos con una ambientación ecológica. Las características clínicas y principios para definir la TMS se apoyan en los correlatos de las conductas disociales, así como en la teoría social-ecológica de Bronfenbrenner, la cual concibe al individuo y a su comunidad como sistemas interconectados con influencias dinámicas y recíprocas. La TMS se orienta a la identificación de los problemas del adolescente y su familia en el contexto comunitario y sus intervenciones se realizan en el ambiente natural. Los objetivos están orientados a enriquecer a los padres con recursos y habilidades para contender con la crianza de adolescentes, y para que éstos hagan frente a los problemas familiares y extrafamiliares. La TMS utiliza diferentes estrategias familiares, individuales y farmacológicas para ayudar al adolescente; las intervenciones son individualizadas y altamente flexibles. Las acciones están apoyadas en la participación directa de los padres. Esta terapia implica a un profesional altamente capacitado y disponible para la familia las 24 horas del día. Las intervenciones familiares inicialmente pueden ser diarias y hasta semanales por tres a cinco meses. Existe un equipo de apoyo y monitoreo continuo de los objetivos, que se integra por psiquiatras, trabajadores sociales, psicólogos, pediatras, neurólogos, pedagogos y psicoterapeutas, entre otros. (De la peña, 2003)

Aún no se ha registrado el peor caso de TD.

Trastorno por Déficit de atención e hiperactividad.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es de etiología desconocida y alta prevalencia, entre 6 y 9% de los niños escolares. Se asocia a dificultades cognoscitivas[1] que afectan casi todo aspecto de la vida, incluyendo aprendizaje, trabajo, relaciones interpersonales y aflicción intrapsíquica. Puede cursar con depresión, ansiedad y manifestaciones antisociales. Un reciente reporte de persistencia del síndrome presentó que hasta en 50% de adultos jóvenes, padecieron del TDAH en su niñez. (Puerta, 1999).

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno en el que intervienen tanto factores genéticos como ambientales. El TDAH es un trastorno de conducta que aparece en la infancia, y que se suele empezar a diagnosticar en torno a los 7 años de edad aunque en algunos casos este diagnóstico se puede realizar de una manera más precoz. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención en una actividad durante un periodo de tiempo continuado. Además de esto hay niños en los que se observan a su vez problemas de autoestima debidos a los síntomas propios del TDAH y que los padres no suelen asociar a dicho trastorno. A su vez, el TDAH se puede asociar con frecuencia a otros problemas, y sus consecuencias se aprecian en distintos ambientes de la vida del niño, no solo el escolar, sino que también afecta en gran medida a las relaciones interpersonales tanto con la familia, como con otros niños y con sus educadores, siendo estas interrelaciones clave en el desarrollo del niño.

Hay distintas causas para la presencia del TDAH tanto de origen biológico y genético.

En el origen biológico la causa última del TDAH es desconocida. Sin embargo, de lo que cada vez se tienen más evidencias es de qué se trata de un trastorno heterogéneo, multifactorial, del cual parece improbable encontrar una única causa del TDAH. Los conceptos iniciales que lo definían como "daño cerebral mínimo" han evolucionado gracias a estudios de neurobiología y fisiopatología, neuroimagen y genética para buscar la causa del TDAH. Del mismo modo, aunque los factores psicosociales no se consideran actualmente como la principal causa del TDAH, el estudio de las disfunciones familiares existentes en niños con esta patología ha revelado que también estos factores tienen un importante papel en el desarrollo de los síntomas, en la aparición de otros problemas frecuentemente asociados al TDAH, y por lo tanto en el diseño de los tratamientos.

En el origen genético El coeficiente de heredabilidad del TDAH es de 0,76, esto quiere decir que si un niño tiene TDAH, el 76% de la causa de TDAH es genética, es decir, no significa que si los padres tienen TDAH, exista un 76% de probabilidad de que su hijo tenga TDAH. Los factores genéticos en el TDAH se han demostrado en los estudios familiares realizados con muestras clínicas que han encontrado entre los padres de niños con TDAH un riesgo entre 2 y 8 veces superior al de la población normal de padecer ellos mismos el trastorno.

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