Ensayo Sobre los Valores de la Educacion
Enviado por Stella • 9 de Enero de 2019 • 5.935 Palabras (24 Páginas) • 681 Visitas
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El éxito del aprendizaje de capacidades cerradas es ejercerlas olvidando que las sabemos; en las capacidades abiertas, implica ser cada vez más conscientes de lo que aún nos queda por saber.
La capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y de algunas respuestas; de búsquedas personales y no de hallazgos institucionalmente decretados; de crítica y puesta en cuestión en lugar de obediencia satisfecha con lo comúnmente establecido.
Según opinión de Juan Delval, «una persona capaz de pensar, de tomar decisiones, de buscar la información relevante que necesita, de relacionarse positivamente con los demás y cooperar con ellos, es mucho más polivalente y tiene más posibilidades de adaptación que el que sólo pose una formación específica». Y aún con mayor énfasis en la sociología actual remacha este punto de vista Juan Carlos Tedesco: «La capacidad de abstracción, la creatividad, la capacidad de pensar de forma sistémica y de comprender problemas complejos, la capacidad de asociarse, de negociar, de concertar y de emprender proyectos colectivos son capacidades que pueden ejercerse en la vida política, en la vida cultural y en la actividad en general. [...] El cambio más importante que abren las nuevas demandas de la educación es que ella deberá incorporar en forma sistemática la tarea de formación de la personalidad.
Considero que efectivamente todos podemos ser maestros en base a la experiencias que vamos adquiriendo en la vida, pero es importante tener primero el conocimiento para que podamos ser maestros de lo que se pueda transmitir a otras personas, un ejemplo de ello son las capacidades cerradas, primero se tienen que dominar para que posteriormente se puedan transmitir esas capacidades ya que estas se pueden dominar por completo, incluso alguien que domina las capacidades abiertas optativas es capaz de transmitirlas ya que tambien se pueden dominar de forma perfecta.
NOMBRE DEL ALUMNO: Gustavo Gómez Trejo
GRUPO: A MATERIA: Tecnicas Del Aprendizaje y la Investigacion
REPORTE DE LECTURA: El Valor de Educar
AUTORES: Fernando Savater
ASUNTO: Ensayo Sobre los Valores de la Educacion
TEMA: El eclipse de la familia CAPITULO: 3
PAGINA: 26-39
En la familia el niño aprende —o debería aprender— aptitudes tan fundamentales como hablar, asearse, vestirse, obedecer a los mayores, proteger a los más pequeños (es decir, convivir con personas de diferentes edades), compartir alimentos y otros dones con quienes les rodean, participar en juegos colectivos respetando los reglamentos, rezar a los dioses (si la familia es religiosa), distinguir a nivel primario lo que está bien de lo que está mal según las pautas de la comunidad a la que pertenece, etc. Todo ello conforma lo que los estudiosos llaman «socialización primaria» del neófito, Después la escuela, los grupos de amigos, el lugar de trabajo, etc., llevarán a cabo la socialización secundaria, en cuyo proceso adquirirá conocimientos y competencias de alcance más especializado. Por eso afirmaba Goethe que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor, cuando existe, nos hace invulnerables.
La educación familiar funciona por vía del ejemplo, lo que se aprende en la familia tiene una indeleble fuerza persuasiva, que en los casos favorables sirve para el acrisolamiento de principios moralmente estimables que resistirán luego las tempestades de la vida, la mayor parte de las veces principios y prejuicios van mezclados de tal modo que ni siquiera le resulta sencillo discernir los unos de los otros´ los niños acceden a la escuela con un núcleo básico de socialización insuficiente para encarar con éxito la tarea de aprendizaje. La principal consecuencia de estas transformaciones es que en los hogares modernos de los países desarrollados cada vez hay menos mujeres, ancianos y criados, que antes eran los miembros de la familia que más tiempo pasaban en casa junto a los niños. Lo joven, la moda joven, la despreocupación juvenil, el cuerpo ágil y hermoso eternamente joven a costa de cualesquiera sacrificios, dietas y remiendos son los ideales de nuestra época son los ideales de nuestra época. Para que la vida siga gustando es preciso vivir de gustar «La madurez lo es todo», la experiencia, ese aprendizaje por la vía del placer y del dolor, esté en franco desprestigio. El héroe de nuestro tiempo ya no es el protagonista de Lermontov sino Bill Gates o Macaulay Culkin, los adolescentes prodigiosos que ni siquiera han necesitado crecer para hacerse multimillonarios... Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella se resigne a ser adulto. El padre como «el mejor amigo de sus hijos», sirve para poco; y la madre, cuya única vanidad profesional es que la tomen por hermana ligeramente mayor de su hija, tampoco vale mucho más. (se oyen cada vez más críticas a las instituciones por su falta de autoridad y se reclama histéricamente «mano dura») sino contra la posibilidad de ocuparse personalmente de ella en el ámbito familiar del que se es responsable, la autoridad no consiste en mandar, etimológicamente la palabra proviene de un verbo latino que significa algo así como «ayudar a crecer». La autoridad en la familia debería servir para ayudar a crecer a los miembros más jóvenes, lo que en jerga psicoanalítica llamaremos su «principio de realidad». Este principio, como es sabido, implica la capacidad de restringir las propias apetencias en vista de las de los demás, y aplazar o templar la satisfacción de algunos placeres inmediatos en vistas al cumplimiento de objetivos recomendables a largo plazo. Es natural que los niños carezcan de la experiencia vital imprescindible para comprender la sensatez racional de este planteamiento y por eso hay que enseñárselo. Los niños son educados para ser adultos, para que crezcan mejor, no para que no crezcan... Si los padres no ayudan a los hijos con su autoridad amorosa a crecer y prepararse para ser adultos, serán las instituciones públicas las que se vean obligadas a imponerles el principio de realidad, no con afecto sino por la fuerza. Lo más desagradable del principio de realidad es que tiene su origen en el miedo. El Eclesiastés asegura que el temor es el principio de la sabiduría, nunca aprenderemos a librarnos del miedo si nunca hemos temido y aprendido después a razonar a partir de ese temor. La mayoría de las formas de aprendizaje implican un esfuerzo que sólo se afrontará en sus fases iniciales si se cuenta con un principio
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