Ensayo sobre libro “Una belleza convulsa”

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Con el tiempo consiguió que sus cautivos le dieran un cuaderno y un lápiz, donde realizó una especie de calendario donde llevaba la cuenta de los días que llevaba encerrado.

Durante sus caminatas observaba el cartel del paisaje que tenía y echaba a volar su imaginación, en donde estaba libre y disfrutando de la brisa, después comenzó a realizar un recuento de su vida y también empezó a escribir sus antiguas vivencias, más o menos como escribiendo una biografía, tratando de concentrarse en las cosas buenas, pero no siempre lográndolo.

También trato de entablar conversación con uno de los secuestradores y poco a poco lo logro, pudo conseguir varias cosas como un cambio de ropa, otro cuenco de agua para su aseo, un par de libros y también pudo relacionarse un poco más con su secuestrador cuando este le propuso jugar cartas, nuevamente tenia contacto con alguien y eso era reconfortante.

A mi parecer el periodista en este punto sufría el síndrome de Estocolmo pues ya estaba muy acostumbrado a su secuestrador, un día a la hora de su comida le quiso hacer platica al secuestrador, como últimamente lo estaba haciendo y se llevó una gran sorpresa cuando descubrió que no era el mismo, se enojó, dejo de comer o tiraba la comida y esto enfurecía a su secuestrador, poco después regreso su “amigo” y le dijo que se comportara o lo matarían pero el reportero lo recibió con recelo por haberlo abandonado.

A los pocos días lo sacaron de su tumba y él pensó que había llegado su fin, estaba dispuesto a rogar por su vida, pues a diferencia de cuando recién lo secuestraron ya no quería morir, quería vivir. Lo dejaron libre, habían obtenido su cometido con el periódico en el que trabajaba y ya se podía ir.

Le costó trabajo readaptarse a su vida, a la sociedad, siempre vivía temeroso, se mudó a otra ciudad y poco a poco lo logro, se casó, tuvo un hijo.

Un día llego a su casa un paquete, era el cuadernillo que utilizo en su encierro, nervioso por saberse aun observado, recordó varias cosas que le había dicho su verdugo, entre ellas una frase que en una ocasión le dijo, “el matrimonio no dura más que lo de un embarazo”, se le hacía familiar, dándose así cuenta que lo conocía, tal vez por esa razón pudo entablar más fácilmente relación con él y por eso este había sido benevolente con él.