Generalmente cuando somos niños tenemos una mente libre, un corazón limpio e inocente y una ilimitada imaginación que nos permite jugar y divertirnos con algo de insignificante valor que los adultos comúnmente no son capaces de comprender ni entender

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lo único que les importa son ellos mismos todos los demás son admiradores; un buen coach busca servir y colaborar con otro, no solo se limita a lo que él quiere, piensa y hace. En el tercer planeta se encuentra a un borracho, en el cuarto un hombre de negocios que contaba y contaba estrellas, él era un hombre serio y que no tenía tiempo para desvariar, el joven de cabello rubio y una interminable bufanda le cuestionaba cosas acerca de lo que hacía, realizando la misma pregunta a veces hasta que el hombre, un líder tiene que tener la capacidad para hacer preguntas, indaga mostrando interés y apertura, incitando así a que los demás piensen y generen ideas propositivas. En el quinto se encontraba un farol y su farolero, en el sexto había un señor anciano geógrafo que escribía libros, él era una persona conformista sin mayor curiosidad, él fue quien le recomienda viajar al séptimo planeta, la Tierra.

Ya en la tierra conoce una serpiente que se ofrece a ayudarle a volver a su planeta cuando este lo decida, también encontró un zorro no domesticado, a su encuentro el zorro le dice “Tú no eres para mi todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. Si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro”, un líder genera vínculos de confianza y compromiso con sus seguidores sabiendo que se necesitan mutuamente. A un año de la partida de su planeta el principito se encontró con un piloto que tenía una falla mecánica con el motor de su avión, al terminar de contarle su historia termino con su travesía por otros mundos y decidió volver a su planeta con ayuda de la serpiente que había encontrado a un inicio de llegar a la Tierra.

Este es un cuento muy fantasioso, que nos deja varias lecciones ya sea en la vida personal, conforme vamos creciendo vamos perdiendo ciertas habilidades que teníamos, nos llegamos a volver orgullosos, vanidosos, casi siempre nos dejamos llevar por lo superficial de las cosas y vemos primero por nosotros mismos; también nos deja reflexiones para ejercerlas y llegar a ser personas lideres.