LIBRO INTELIGENCIA ATRAPADA

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En la mayoría de las instituciones la tarea diagnostica está a cargo de los profesionales recién ingresados, eso es un error ya que es una tarea para la cual se requiere un máximo de experiencia.

Se los transforma en administradores de tests, donde las técnicas dejan de ser un medio y un instrumento que ayuden a entender al paciente, convirtiéndose en un fin en sí mismas.

Inclusión de la familia en el diagnóstico.

En el diagnostico tradicional el centro es el niño paciente, los padres concurren solo como informantes y los hermanos quedan al margen. Este diagnóstico favorece la ubicación de los padres en un falso lugar de saber.

Nosotros pretendemos tener una intervención operativa en relación con la movilidad de ese lugar del saber de los padres. Todos tienen algo que decir, a todos escuchamos, preguntamos, damos un espacio compartido y un espacio por subgrupos. Y al niño paciente un espacio individual para que pueda estructurar su discurso más libremente.

Vamos a tratar de devolver a la familia la posibilidad de pensar, hacerse preguntas, cuestionarse y reflexionar.

Tratamos de devolverles la posibilidad de encontrarse con sus aspectos sanos, para que desde allí ellos mismos puedan descubrir los caminos para cambiar. El niño soporta la dificultad, pero necesaria y dialécticamente los otros aportan sentido.

Mannoni plantea que para comprender a un niño hay que recurrir por lo menos a la tercera generación de antecesores. Los padres están incluidos en una estructura edípica que implica a sus propios padres.

Existen dos tipos de análisis, el análisis estructural, es el que hace a la estructura interna al paciente. Y en dinámico, al que se centra en la red de vínculos de la estructura familiar.

El DIFAJ lo hemos pensado como un modelo diagnostico que permite analizar las dificultades de aprendizaje, en la articulación entre lo estructural y lo dinámico.

Para diagnosticar e intervenir en la dinámica necesitamos la presencia de la familia real, mientras que operemos sobre la familia simbólica, a partir del trabajo con las representaciones inconscientes de cada uno y el grupo.

Lugar de la institución educativa

Sabemos que para aprender es necesario un enseñante y aprendiente que entren en relación, cuando se habla de método de enseñanza y de proceso de aprendizaje normal, suele olvidarse, cuando de fracaso de aprendizaje se trata por lo tanto lo único que entra en juego es el aprendiente que fracasa.

En las dificultades de aprendizaje que presenta un sujeto está implicado también el enseñante, el problema de aprendizaje hay que diagnosticarlo, prevenirlo y curarlo desde los dos personajes y en el vínculo.

En algunos casos que la presencia de los miembros de la institución educativa en los momentos de reflexión del DIFAJ era el puntapié inicial de un dialogo fructífero interinstitucional con resultados positivos, aun para encarar tareas de prevención hacia el conjunto de alumnos de la escuela y sus padres.

Darle la palabra al docente, escucharla, suele a veces posibilitar la apertura de un espacio y una actividad que podrá ser luego más fácilmente trasladada al vínculo maestro-alumno.

La invitación a unos miembros de la escuela a participar de la reflexión acerca de la problemática del niño que fracasa facilita el acercamiento a la posibilidad de aceptar que la institución educativa puede ser parte activa ya sea en la etiología como en el mantenimiento de la dificultad del niño.

Pretendemos con nuestra modalidad diagnostica dar cuenta de la realidad institucional, potenciando sus potencialidades pero sin hiperacomodarnos-someternos a las pautas de la institución. Queremos aprender de la realidad hospitalaria promoviendo una transformación de la misma que nos transforma a nosotros.

Queremos dar cuenta de la problemática aprendizaje pero sin hiperacomodarnos-someternos al modelo de salud-enfermedad de la psiquiatría tradicional