ENSAYO DEL LIBRO “INTELIGENCIA ECOLOGICA” DE DANIEL GOLEMAN

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Podría detectarse una acción errónea en cuanto a la ciencia y a su descubrimiento y estudio sobre el calentamiento global, considero que deberíamos ya invertir no solo en la investigación y en la determinación de lo que afecta un calentamiento global, sino ya considerar acciones para evitarlo.

En cuanto al establecimiento de nuevas tecnologías y filosofías en pro del medio ambiente, no dejamos de lado que una característica determinante de las empresas innovadoras hoy en día es que ya deben considerarse sustentables no solo por ellas mismas sino también por el público consumidor.

Las bien determinadas lohas (segmento de mercado ecológico) refiere a un mercado racional y progresista el cual es muy selecto y que poco a poco va creciendo, no como debería ser, pero una vez más mencionamos que este mercado está enfocado en niveles socioeconómicos altos, donde no toda la sociedad puede considerarse ni tener acceso.

Poner productos responsablemente ecológicos se ha tergiversado y quizá a modo de crítica, el marketing no ha fungido un papel honorable en el mismo, pues el mercado verde ya no solo es para beneficio del medio ambiente, sino los productos y servicios que se ofrecen a su target específico ya los denominan como de elite, ya no satisfaciendo los problemas del medio ambiente sino ya se enfocan en cubrir una necesidad de autorrealización y afiliación, detonando una confusión en los consumidores siendo catalogados ya no como consumidores pensantes sino como un grupo específico y selecto en el cual no cualquiera puede pertenecer.

Los gobiernos de los diversos países desarrollados, sub desarrollados y en vías de crecimiento han optado por regular la fabricación de productos y normalizar las practicas, como todo buen estratega, haciendo énfasis en la preservación del miedo ambiente, aunque como ya es propio del ser humano, buscan enriquecerse a como dé lugar viendo oportunidad en cualquier situación.

Como bien mencioné al comienzo de este ensayo, las practicas empíricas en cuanto a la fabricación industrial se refiere, aun se llevan a cabo y no obstante, se sigue haciendo uso de la mano de obra (esto, volviendo a redundar) para ahorrar costos de fabricación sin importar las sustancias toxicas o químicas alas que se expongan los trabajadores aprovechándose nuevamente de la necesidad de unos para el enriquecimiento de otros, esta es la filosofía en la que Goleman también instruye en su libro anterior, el cual se enfoca a los sentimientos.

Las afectaciones que sufren las personas que laboran con sustancias toxicas refieren a un sinfín de nuevas enfermedades y sobre todo cambios en sus estructuras genéticas que a su descendencia puede afectar. No nos vayamos tan lejos, ¿Qué es lo que sucede cuando una mujer embarazada necesita medicamento, pero el mismo advierte que en embarazo o lactancia no debe ser consumido siendo este nocivo para la salud? Esto se aclara ya que la industria farmacéutica está más regulada que la industria química, pues el generar productos es de más importancia que la salud de un hombre de familia que aporta y es sustento para la misma.

Puede que una posible solución a esto sea implementar nuevos modelos de negocios en los cuales ya se implemente una sustentabilidad en el proyecto a desarrollar, ya las ideas innovadoras deben ser sustentables y a su vez, generar ingresos a la empresa. Este modelo de negocios permitiría satisfacer la alta demanda de los consumidores a los productos, siendo estos favorables para cubrir y satisfacer sus necesidades sin la afectación al medio ambiente, y ¿por qué no? Ayudar a nuestro planeta a ya no deteriorarse más.

Poder tomar acciones adecuadas, tanto empresa como consumidor, aún es posible, coexistir con la naturaleza, no solo es un carácter de convivencia, sino que, sin ella, los seres vivos simplemente no existiríamos.

Las fábricas de producción que laboran en los países en vías de desarrollo no cuentan con la conciencia de carácter sustentable y están en una frecuente competencia sobre quien elabora los productos más baratos, comprendiendo estos un costo de fabricación bajo diversificando los costos y los gastos quizá a una mayor producción o distribución de los mal llamados “bienes” si es al medio ambiente al que se afecta.

Podríamos concluir que la competencia debería consistir en quién oferta los mejores productos en cuanto a calidad, precio y sobre todo sustentabilidad. Los gobernantes deben también hacer uso de acciones no solo para su publicidad, divulgación y reputación, sino en verdad hacer un esfuerzo por cambiar las acciones de la sociedad; Las empresas deben ya no buscar solo incrementar sus ganancias a como dé lugar, ¿por qué no tener una consciencia de mejorar y ayudar al medio ambiente? Y hacer uso de estrategias de mercadotecnia para sacarles provecho y diferenciarse por completo de la competencia.

Haciendo un marketing inteligente, se crean consumidores inteligentes.