No hay un metadiscurso, hablar y escribir se hace siempre desde un lugar, que es un lugar en el discurso.

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Los grandes iniciadores:

Wundt, Pavlov y Freud son los tres grandes iniciadores que desbordaron el marco del pensamiento convencional. Los tres grandes iniciadores son meros acontecimientos de discurso en tanto continuaron una voz anterior e hicieron una teoría de su praxis específica. Los grandes iniciadores hacen al punto de origen de las categorías aprendizaje, conocimiento, saber. Ninguno se nos aparece como cómplice directo del poder, sino todo lo contrario. Convirtieron sus creencias en verdades científicas y se jugaron todo en el intento de demostración. Criados en el rigor cientificista del siglo XIX que los amparó en sus utopías, estos hombres pretenciosos y audaces amenazaron desdibujar su propósito. Si bien jamás llegaron a conocerse, sus similitudes pasan por sus formaciones especificas. Todos estudiaron con los grandes fisiólogos europeos en el despertar científico del nuevo cientificismo de la fisiología. Igualados en su formación, igualados en la positividad de sus búsquedas como aquello que el siglo les exigiera, igualados en sus prestaciones a favor de la ciencia natural, igualados en sus metodologías experimentales, los tres se apropiaron de objetos de estudio distintos para concluir en categorías discursivas distintas. Pavlov estudio un perro para arribar a los reflejos básicos del aprendizaje y los condicionamientos de la conducta. Wundt examino a un sujeto severamente entrenado, para investigar la experiencia inmediata de la conciencia y la mente. Freud, escucho a las histéricas para, a partir de allí, perpetrar el descubrimiento del inconsciente. Las políticas del discurso en relación a la categoría del aprendizajeAprendizaje en tanto discurso remite a la acción, a la acción adecuada, la correspondiente, la adapta-acción, donde adaptación del organismo al ambiente es supervivencia del más apto, en tanto eficacia de dicha adecuación. Aprendizaje es acción adecuada en un mismo espacio y tiempo como adquisición de habilidad, entendida fenoménicamente como conducta, hábito o comportamiento más o menos duradero en función directa de aquella adaptación al medio específico de organismo humano o animal. El discurso que se desprende de esta lógica dispone siempre de la acción necesaria, innecesaria o artificial del individuo, en tanto in-diviso biológico. La potencia epistémica de la adquisición está debidamente fundamentada en tanto adquirir es alcanzar posesión de una cosa a través de un trabajo, en virtud de la capacidad óseo muscular para articular acciones circunstanciales en cadena a la capacidad potencial del organismo. La adquisición queda así circunscripta al modelo acción-reacción mecánica y automática, no intencional a estímulos, bajo el modelo del arco reflejo, es decir, reacción natural a señales diferenciadas o indiferenciadas, sensibles o verbales, y cuya finalidad será el establecimiento o recambio de las pautas de acción necesarias (las adecuadas) o innecesarias (las inadecuadas) a un propósito interesado: la recompensa.

La virtud del Walden Dos (Burrhus Skinner).Lo que quiere plantear a la humanidad es que sus sufrimientos e insatisfacciones tienen solución en tanto se animen a poner en práctica una utópica modificación de la conducta social, modificar el sistema y se resuelvan a dejar de lado los vivos imaginarios en todo capitalismo naciente. Logran cuestionar al capitalismo sin percatarse.Es imperioso que existan formas de control para que el ser humano no aprenda malos comportamientos (o comportamientos desadaptados). Dentro de esta organización cada uno tiene una tarea (de esta manera está controlado), cada uno sirve a la comunidad y así la comunidad se asegura de perpetuarse en el tiempo.El gobierno de Walden tiene todas las virtudes de la democracia pero ninguno de sus defectos. El discurso en relación al aprendizaje disemino este humanitarismo confundiendo las cosas.

Para el capitalismo como para la categoría aprendizaje, el dinero, es el reforzador por excelencia, hasta tal punto que está cada vez más asentado en el espacio de la necesidad. Claro, sin dinero, en la sociedad capitalista, no hay adaptación. En el Walden no hay dinero, sino un sistema de fichas intercambiables por bienes de valor: comidas o permisos especiales.

La escuela, los sistemas de moldeamiento y los programas de refuerzos son restas recompensas, refuerzos, premios, castigos, extinciones, generalizaciones, siempre con el trasfondo de dar una lección. La economía planificada, incluido el Walden, es dejar que los mercados manejen las economías y no los agentes individuales aunque crean que ellos tienen el control.

El discurso del aprendizaje supone que el hombre nace entero, sano e impoluto, como correlato natural, y es indebidamente dañado por la sociedad. Los jóvenes del Walden no tienen complejos porque tampoco tienen memoria, el sexo en el Walden es el sexo animal, es el sexo biológico, el que decreto la ciencia, y la ciencia aborrece el otro sexo.

La idea básica de la supervivencia del más apto como hecho biológico fundamental llevo a la psicología a ver en el psiquismo un órgano útil para la adaptación exitosa al ambiente, pero inútil para su intelección.

Toda modalidad de defensa del libre albedrio se apoya en utilización racionada del tiempo libre, el tiempo libre es un cáncer para la sociedad. En Walden eso está resuelto, porque el tiempo libre es parte del programa.