PSICOPATOLOGIA Demencias

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Función de intervenciónAdemás de la función evaluadora, el psicólogo va a intervenir a través de programas de psicoestimulación cognitivo-conductuales, desde unidades de día psicogeriátricas, en unidades de demencia, en centros de internamiento o en servicios de ayuda domiciliaria.La función de intervención no se limita al trabajo con el enfermo sino que también implica la atención al cuidador tanto a nivel psicoterapéutico individual como en terapias de grupo, e incluso trabajando en tareas de apoyo al resto del equipo de profesionales para evitar el "Burn-Out" (padecimiento que a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo), tan indeseado en cuidados paliativos, y en el caso de las demencias, más frecuente cuando se trabaja en centros geriátricos de internamiento.

Función de asesoramientoEl psicólogo actuará como orientador y consejero con la familia del enfermo, durante el proceso diagnóstico, informando sobre prognosis, medidas profilácticas a adoptar en diferentes fases de la enfermedad, dando pautas de actuación ante las alteraciones conductuales, las emocionales, y de estimulación cognitiva para compensar, así como derivando hacia otras redes de apoyo socio-sanitarios, y/u organizaciones de ayuda mutua.

El psicólogo puede igualmente intervenir en calidad de coordinador de actividades, dirigiendo programas de evaluación, valoración y tratamiento, de formación, o centros de atención a enfermos de Alzheimer y/o cuidadores.

Como parte de esta función el psicólogo está perfectamente capacitado para ser quien se encargue de controlar los recursos tanto materiales necesarios para el correcto ejercicio de los planes de actividad previstos, como de ser quien coordine al equipo humano, independientemente de que cada uno de los miembros del equipo tenga sus propias áreas de competencias en función de su especialidad, experiencia, e idoneidad.

- ¿Qué hay que tener en cuenta a nivel psicológico, con los cuidadores de estas personas?

Es necesario hacer psicoeducación tanto para el enfermo como para sus cuidadores, ya que estos hacen parte de la enfermedad y necesitan conocer de qué trata la enfermedad y que puede hacerse para lentificar o hacer más llevadera el deterioro

- ¿Cómo afecta la demencia a nivel familiar, social, comunicaciones, espiritual, a la familia, a los niños, a la pareja senil? La demencia tiene un impacto físico, psicológico, social y económico en los cuidadores, las familias y la sociedad, esta puede resultar abrumadora no solo para quien la padece, sino también para sus cuidadores y familiares.

A nivel de la sociedad, a menudo hay una falta de concienciación y comprensión de la demencia, lo que puede causar estigmatización y supone un enorme obstáculo para que las personas acudan a servicios de diagnóstico y atención. El impacto de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad puede ser de carácter físico, psicológico, social y/o económico.

Cuando alguien enferma en un grupo (sea familiar o social) aparece una tendencia a la exclusión de ese miembro, surgiendo el mecanismo de segregación de cuya intensidad dependerá el pronóstico del paciente. La marginación producida en los enfermos de demencia, en cada uno de los ámbitos de socialización, se produce a partir de los múltiples signos y síntomas que se dan en el curso de las diferentes etapas de la enfermedad porque el enfermo es el depositario de las ansiedades de su grupo, y se lo trata de alejar con la fantasía de que con él desaparecerá la ansiedad

- Trace un plan de prevención y otro de higiene mental para paciente y familia con demencias, para mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.Es bien sabido que no se conoce, hasta el momento, la existencia de una “receta” clara y eficiente para prevenir la demencia.

Sin embargo, existe una serie de medidas que cada quien puede adoptar para reducir el riesgo de desarrollar la demencia, mejorar su función cognitiva, o hacer más lento el declive cognitivo.

Entre dichas medidas se incluye:

Hacer ejercicio: El ejercicio y la actividad física mejoran la función cognitiva y reducen el declive cognitivo. Estudios han demostrado que realizar ejercicio en forma moderada reduce el riesgo de desarrollar demencia de cualquier tipo. El efecto se aumenta con una variedad de actividades y al parecer hay beneficios aun si el ejercicio se empieza a una edad más avanzada.Llevar una dieta balanceada: Muchos vegetales, frutas, agua y cereales integrales pueden reducir el riesgo de desarrollar la demencia. Aparentemente estas comidas protegen las neuronas de sustancias químicas (“radicales libres”) que dañan a las células. Mantener el corazón sano: No fumar, mantener un peso saludable, relajarse, reducir los niveles de estrés, controlar la presión sanguínea y asistir regularmente a visitas médicas. Ejercicio mental: Estimular constantemente la mente aumenta el número y la fuerza de las conexiones existentes entre las neuronas.

Ejercicios mentales como resolver crucigramas, rompecabezas, leer materias exigentes, aprender algo nuevo, jugar juegos de mesa, aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento musical, y/o bailar.Socialícese: Quienes participan en actividades sociales y gozan de una vida social activa, muestran menos declive cognitivo. La razón es que las actividades sociales promueven nuevas conexiones entre las neuronas.

Para los familiares de pacientes con demencia, se recomienda:

- Reducir al máximo el uso de medicamentos, dando solo lo estrictamente necesario.

- Identificar y eliminar factores precipitantes de agitación y conductas agresivas.

- Mantener un ambiente calmado y rutinario, libre de presiones de todo tipo.

- Al igual que en toda enfermedad, se recomienda mantener una adecuada hidratación y nutrición.

- Simplificar la comunicación verbal. Es recomendable usar frases simples y cortas.

- Brindarle compañía constante, donde se le escuche con agrado lo que tiene por decir.

- Asegurar un lugar protegido donde pueda moverse libremente y sin peligro y en donde cuente con la ayuda necesaria para su condición.

En relación al cuidador, es de vital importancia el apoyo de tipo psicológico y social. Los grupos de autoayuda para el cuidador y la familia son de gran utilidad para compartir experiencias y recibir apoyo.

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