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Perfil del psicologo clínico

Enviado por   •  24 de Octubre de 2018  •  5.665 Palabras (23 Páginas)  •  267 Visitas

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En la segunda mitad de la década de 1970 se entraría en una gran expansión de la psicología con la explosión demográfica de alumnos interesados en estudiar psicología (de 2.400 en el curso 1969-70, a 56.000 en 1995-96) y en la organización profesional dada por la creación del Colegio Oficial de Psicólogos en 1980. En la actualidad coexisten en España dos organizaciones profesionales de psicólogos, la estatal y la catalana. El 30% de los psicólogos colegiados que trabajan en algún campo de la psicología, se dedican en concreto a la Psicología Clínica y de la Salud como actividad principal, y figura también entre las tareas del psicólogo cuya dedicación principal es otra área de la psicología (como por ejemplo la Psicología Educativa), lo que lleva a decir que aproximadamente la mitad de los psicólogos colegiados que trabajan en el campo de la psicología se ocupan total o parcialmente en la Psicología Clínica y de la Salud.

Para completar este breve repaso histórico, es necesario mencionar la implantación en España desde 1993 del Sistema de Formación de Psicólogo Interno Residente (PIR). De alcance regional en sus comienzos, el sistema de formación PIR dio sus primeros pasos en los años 80 en aquellas Comunidades Autónomas que, como Andalucía o Asturias, tenían una voluntad más firme de cambiar sus modelos de atención en salud mental. La primera convocatoria del PIR con ámbito estatal, en 1993, y la creación de la Comisión Promotora de la Especialidad en 1995 por parte de los Ministerios de Sanidad y de Educación pueden entenderse como un refrendo y una consolidación de un modelo de formación que contaba con sistemas ya preexistentes en distintas comunidades autónomas.

Historia de la Psicología Clínica en Argentina:

El predominio de la clínica vino de la mano de una rápida expansión del psicoanálisis, que a mediados de la década del ’60 se instaló como matriz teórica fundamental, sobre todo en las carreras de Buenos Aires, Rosario y La Plata.

Cuando en 1942 se creó la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), se trataba solamente de un núcleo reducido de médicos psiquiatras que atendía a las elites porteñas, aunque llegaría a ser la institución psicoanalítica más importante de Iberoamérica. Hasta 1960, el psicoanálisis competía con la psiquiatría tradicional en la comprensión y tratamiento de la enfermedad mental, pero rápidamente su demanda se extendió en la sociedad, formando parte de las renovaciones culturales de esa época.

A partir de la segunda mitad de los ’50, luego de la caída del peronismo, implicó renovaciones de la formación universitaria, que trataba de ponerse a tono con los desarrollos que se habían producido en Europa y Estados Unidos durante la segunda posguerra. Las ciencias sociales pasaron a primer plano, y la psicología fue incorporada a los currículos junto a otras disciplinas como la sociología y la antropología. Así, para 1959 ya había en el país seis carreras mayores de psicología en universidades estatales. Varios de los planes de las carreras recién creadas, diseñados en su mayoría por comisiones ad hoc, incluyeron especializaciones en el grado (en psicología educacional, laboral y clínica) y algunos contemplaron también el profesorado o el doctorado. Los planes asumieron perspectivas acentuadamente humanísticas, combinándose enfoques provenientes de la medicina con otros de perfil filosófico.

La psicología procedente de Francia siguió siendo más importante, destacándose la recepción de autores como Daniel Lagache, Henri Piéron, Maurice Merleau-Ponty y Jean Piaget.

Además, la influencia de las ideas de Enrique Pichon-Rivière, quien inició una línea de pensamiento que fue seguida por discípulos tales como José Bleger y Fernando Ulloa.

Con las actividades prevalecientes de las primeras camadas de graduados, la representación social del psicólogo se afirmó con claridad como la de un profesional de perfil clínico, que se desempeña habitualmente en el campo de la salud mental. Uno de los primeros estudios cuantitativos sobre el desempeño profesional de los psicólogos, hecho en 1975, mostraba que de 695 profesionales (afiliados a la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y egresado entre 1961 y 1970) casi el 90% se había dedicado a la clínica.

La identificación del psicólogo con la atención clínica a los padecimientos y conflictos psíquicos, en sus diversas expresiones y tanto a nivel individual, como grupal, institucional y comunitario, se acompañó de un mayor énfasis de la formación en la teoría psicoanalítica y de un menor cultivo de la investigación científica. Gran parte de los graduados, en efecto, prefirió, y continúa prefiriendo, el ejercicio de prácticas de consultorio en ámbitos privados o en instituciones asistenciales, en vez de las actividades de investigación en gabinetes o laboratorios científicos ha señalado la ruptura que implicó el nuevo rumbo de la psicología en Argentina respecto a las tradiciones psicológicas de principios del siglo XX, en la medida en que prescindió de los desarrollos que se habían producido en la etapa pre-profesional.

Al acentuarse la actividad clínica de los psicólogos en el campo de la salud, aparecieron conflictos de competencias con el médico. La puja no era sólo por derechos laborales. En los primeros años de la década del ‘70, la progresiva extensión de las aspiraciones de cambios sociales dio nuevos matices al rol profesional del psicólogo.

Funciones del psicólogo clínico en España:

1. Evaluación: Consiste en la reunión de información relativa a los repertorios conductuales, el funcionamiento cognitivo y el estado emocional de las personas. La evaluación implica frecuentemente a más de una persona pudiendo tomar, a veces, como objetivo central dos o más, como por ejemplo, una pareja, una familia u otros grupos o colectivos.

2. Diagnóstico: Consiste en la identificación y rotulación del problema comportamental, cognitivo, emocional o social, de la persona, grupo o comunidad de que se trate. Debe entenderse como “resultado” del proceso de evaluación psicológica. El psicólogo clínico tomará decisiones como:

• Decisión sobre si se trata de un problema que cae dentro de su competencia o no.

• Decisión sobre el grado de severidad o gravedad de las primeras informaciones que se ofrecen del problema.

• Diagnóstico, si procede.

• Especificación del problema en términos

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