ROOM La realidad es un término muy equívoco. ¡La palabra realidad quiere decir tantas cosas para cada ser humano

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Aquí se podría considerar que tras perder las esperanzas de encontrar a su hija, el matrimonio entró en verdaderos problemas ya sea de comprensión o comunicación que los llevó a desintegrarse y tener un periodo de duelo solitario que los llevaría finalmente a un comienzo nuevo con destinos diferentes, pero tarde o temprano el reprimirse las cosas lleva a sacarlas y eso es lo que pasa al momento de recuperar a su hija, donde una madre hace lo posible por hacer sentir cómodos a Jack y Joy en la antigua casa pero con alguien diferente, por otro lado se encuentra el padre quien está haciendo todos los arreglos posibles para que su hija no sufra problemas legales, sin embargo, le es imposible mirar a los ojos al niño que si bien solo es una víctima con daños colaterales el cree que estaría viendo a los ojos al hombre que se encargó de violar y secuestrar a su hija.

Contrario a lo que sucede en la experiencia traumática, en la que el trauma es vivido como una experiencia dolorosa verbalizable, la experiencia del secuestro, que, si bien resulta verbalizable como narrativa literaria, queda atrapada en el cuerpo como una experiencia propioceptiva que toma la vía del lenguaje somático y se encierra en algún lugar del cuerpo. (Garciandia Imaz, 2011)

Para Joy el hablar de este evento no es fácil por lo cual evita todo lo posible mencionar alguna palabra de lo que vivió en ese lugar, haciendo que esta información se presente de manera diferente a las palabras, es decir, las acciones como rabietas, aislamiento, trato indiferente hacia su madre y algo que se le podría llamar rebeldía, hasta que llega el momento que cree necesario contarlo, pero este suceso en lugar de ser externado de manera personal a sus padres decide llevarlo a un nivel completamente diferente, quizá sintió que sería más fácil o pesaría menos el contar todo en una cadena de televisión.

El secuestrado pierde muchas cosas, en esencia el ritmo de su vida, la continuidad de su mundo. Cuando es liberado, se encuentra en una paradoja, no puede elaborar su pérdida, porque justo en el momento en que debería comenzar ese proceso de duelo, obtiene lo que perdió. Por lo tanto, ¿cómo elaborar el duelo de aquello que perdiste, pero ahora recuperaste? (Garciandia Imaz, 2011)

Cada acción y pensamiento que va desarrollando la persona secuestrada son en parte por lo antes mencionado, un mundo completamente diferente al que estaba acostumbrada, le duele ver que perdió gran parte de su juventud encerrada en un pequeño cuarto y que la imagen de su familia estaba distorsionada desde hace tiempo, lo cual ella interpreta como si su desaparición hubiera sido como la de un perro, la cual no preocupo demasiado y pasó a segundo o tercer plano después de cierto tiempo. Estos pensamientos llegan al punto que desea quitarse la vida, pues al parecer no soporta ver como su hijo tendrá que sufrir en algún momento la terrible verdad de su padre biológico y que su familia no sea el recuerdo que ella tenía.

La pérdida del espacio privado, la invasión del espacio íntimo, la pérdida del límite entre lo interior y lo exterior (en la medida en que el secuestrado está a merced del deseo del otro, para el cual no existen límites) convierten al individuo en un ser incapaz de simbolizar la experiencia de sí mismo, inhabilitado para dirigir sus pasos. (Garciandia Imaz, 2009)

Para Joy no es fácil el aceptar todo lo que tuvo alguna vez y no volverá a obtener debido a que el paso del tiempo no es algo recuperable o reembolsable, asi que luego de tomar le decisión de quitarse la vida y no lograr su cometido se le puede volver a ver intentando cambiar su realidad ya que ahora no es solo ella si no que tiene al pequeño Jack el cual aunque es inteligente no puede comprender completamente la situación que vive su mamá, pero ella al ver que Jack a pesar de nunca haber visto como es la vida fuera de ese cuarto se estaba adaptando de manera rápida al mundo, algo fácil de entender por qué aún está en la edad del aprendizaje, pero ella lo toma como un nuevo impulso.

El proceso más difícil siempre será el cerrar o ponerle fin al ciclo de dolor y recuerdos para que estos no sigan atormentando ni tomando las decisiones por nosotros, algo que se vuelve a ver de manera sorprendente en el pequeño Jack cuando decide ir al cuarto donde él se crio y sintió que era su mundo, pero este no va a otra cosa sino a despedirse de él, dando a entender que está dejando ir el pasado, algo que Joy mira y vuelve a sacar fuerzas de eso para darle también un cierre a ese tan pesado capítulo de su vida.

No se puede saber que pasa después de ese cierre, quizá las cosas mejoraron o podría ser que hubo otra decaída, lo importante aquí es que las personas contamos con habilidades únicas, que nos hacen especiales y que nos hacen diferentes a las demás especies de seres vivos que habitan junto con nosotros, si bien la mayor parte de los seres vivos tenemos la habilidad de adaptarnos a cualquier adversidad, mientras que los humanos podemos adaptar el ambiente a nosotros. Por lo cual, aunque las cosas se tornen oscuras o en un estado de declive siempre se debe buscar el superar estos contratiempos de la vida, que posiblemente no son las mejores experiencias que podría uno vivir, pero que terminan formando nuestro carácter el cual va transformándonos en personas más fuertes y adaptables a sucesos horribles.

Referencias bibliográficas

Agudelo, D. M. (2000). El horror de lo incierto intervención psicológica con víctimas de secuestro. Psicología desde el Caribe, 20-38.

Garciandia Imaz, J. A. (2009). Secuestro, familia y enfermedad. Revista Colombiana de Psiquiatría, 28-49.

Garciandia Imaz, J. A. (2011). Secuestro y psicopatología. Lo monstruoso. Revista Colombiana de Psiquiatría, 577-598.

Piaget, J. (1991). Seis Estudios de Psicología. Barcelona: Coleccion Labor.

Rodriguez Cely, L. A., & Gomez, L. V. (2002). Estrategias de interacción que el secuestrador genera con la víctima durante el cautiverio. Universitas Psychologica, 52-66.