DIOS COMO SER SUPREMO

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Hay ciertos versículos de la biblia le dan soporte a esta ley tal como “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá.”[3], “porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.”[4] Siempre se ha dicho que cada uno puede interpretar de distinta forma la biblia, de modo que hay que intentar de hacerlo de modo que a uno le favorezca como es en este caso la interpretación que eh brindado.

Creer en un dios nos puede hacer sentir acompañados en los momentos que estamos solos, nos puede hacer sacar energías cuando estamos desganados, sentir que podemos hacerlo cuando no tenemos motivación de alguna u otra persona. Esto quiere decir que muchas veces necesitamos creer que hay algo superior para lograr cosas, sin embargo, somos nosotros mismos los que logran estos propósitos, con nuestra mente y nuestro positivismo. Esto es a causa que cuesta tanto confiar en uno mismo y en nuestro poder mental que lo enfocamos en una deidad para poder ocuparlo con confianza y con la mayoría de su potencial. Si bien hay muchos misterios por resolver en cuanto a la existencia de dios y hasta de nosotros mismos, confiando en uno se puede llegar lejos y siempre ocupando el poder de la mente de forma positiva, tratar siempre de ver las cosas buenas de la vida y no enfocarse en lo negativo. Dios, independientemente a que le llamen dios, es algo necesario para los humanos que necesitan de otro ser para crecer como personas, para encontrarle sentido a la vida y un enfoque. En conclusión recordando a Bertoldt Brecht:

Alguien preguntó: “¿Existe Dios?”.

Y alguien le contestó: “Si lo necesitás, existe”.

Y vive en nuestro cerebro.[5]

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