EL JUICIO DIVINO A HERODES EN EL CONTEXTO DE HECHOS 12
Enviado por karlo • 27 de Octubre de 2018 • 3.769 Palabras (16 Páginas) • 334 Visitas
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Allí mismo Herodes, muy inspirado, dirigió un discurso público a todos los presentes (edemegórei), entre los cuales posiblemente se encontraban los representantes de Tiro y Sidón. Siendo así, de seguro fueron ellos los que fomentaron la ovación blasfema, movidos por el interés de recuperar el favor del monarca para sus respectivos pueblos. Según Josefo, los aduladores comenzaron a lanzar exclamaciones para Agripa, llamándolo dios en las siguientes palabras: “Sénos propicio, y a pesar de que hasta ahora te hemos reverenciado como a un hombre, en adelante te contemplaremos como superior a la naturaleza mortal”.[16] Lucas por su parte solo registra la aclamación “¡Voz de Dios, y no de hombre!” (Theou phoné kai ouk anthrópou, lit. “de Dios la voz, y no de hombre”), la misma que, según parece, fue un cántico repetitivo, una especie de refrán, que crearon y entonaron con el fin de homenajearle y adularle.[17]
Herodes no hizo nada por impedir la impía alabanza, la cual de seguro no pasaba de ser una mera lisonja hecha por personas que buscaban algo de él. Siendo judío y conocedor de la ley, “debía saber cuán culpable era ese orgullo que le embriagaba”, de manera que “cuando el pueblo enceguecido le rindió públicamente honores divinos”, tendría que haberlo rechazado inmediatamente “como idolatría y sacrilegio”; pero decidió no hacerlo, quedándose así con la gloria que solo le pertenece a Dios, lo cual accionó la sentencia divina sobre sí, que además “tenía sobre su conciencia el asesinato de un apóstol del Señor”.[18] “Su desvío de Dios”, escribe Mario Veloso, “al aceptar, para sí, el tratamiento de dios que el pueblo le ofreció y, al pensarse a sí mismo como un dios, cayó en el máximo desvío de Dios que un ser humano puede realizar. Un delito sin perdón. Lo rechazó Dios”.[19] ¡Qué contraste con Pedro, que en este mismo lugar, impidió que el centurión Cornelio le adorase con las siguientes palabras: “Levántate, pues yo mismo también soy hombre”! (Hech. 10:25, 26).[20]
IV. NATURALEZA
En cuanto al carácter del castigo divino que le sobrevino a Herodes, y con el fin de estudiar mejor el tema, se lo abordará partiendo desde sus dos siguientes aspectos:
A. EL TOQUE
“Al momento un ángel del Señor le hirió” (v. 23 a).
El castigo divino por aceptar aquella impía adulación no se dejó esperar, sino que fue en ese mismo instante (parajréma) que Herodes recibió la herida mortal. Ya dice la Palabra: “estad ciertos de que vuestro pecado os alcanzará” (Núm. 32:23, Nácar–Colunga); y: “No se hagan ilusiones: de Dios no se burla nadie. Lo que cada uno haya sembrado, eso cosechará” (Gál. 6:7, La Biblia Versión Hispano-Americana).[21]
Lucas atribuye la ejecución del castigo a “un ángel del Señor” (ángelos kuríou), lo cual no es un hecho singular, toda vez que son numerosos los pasajes, sobre todo en el Antiguo Testamento, en los que Dios comisiona a un ángel para llevar a cabo un castigo específico (2Rey. 19:35; Éx. 33:2; Sal. 35:5-6; 78:49; Mat. 13:41).[22] Josefo por su parte omite este hecho en su relato, y en su lugar refiere cómo Herodes, “poco después [de la ovación], al levantar los ojos a lo alto, vio sobre su cabeza un búho encaramado sobre un cable. Dióse cuenta de inmediato que su presencia le anunciaba males […] y se afligió profundamente”.[23] Eusebio, probablemente intentando sintetizar ambas narraciones, indica que Herodes “alzando la mirada vio a un ángel planear por encima de su cabeza, y en seguida pensó que aquel ángel era causa de males”.[24] Sin embargo, es Champlin el que proporciona una armonía mucho más coherente al respecto cuando dice que “un búho pudo haber avisado a Herodes, cumpliendo una predicción pagana; pero fue un ángel de Dios quien lo hirió”.[25]
En cuanto al uso de la palabra traducida como “[le] hirió” (epátaxen, de patásso, golpear, tocar o herir), se puede observar una curiosa ironía contenida en el relato, por cuanto son dos las veces en que aparece en el capítulo, denotando “la intervención divina”,[26] pero con resultados totalmente opuestos. Así, se emplea el término para describir el toque (patáxas) del ángel a Pedro, a fin de darle libertad (v. 7), en tanto que en el caso de Herodes (v. 23) se le asigna más bien el sentido de “infligir una enfermedad”.[27] Vale también agregar que el término tiene su trasfondo en el Antiguo Testamento, donde se lo usó para describir el golpe (negoph; LXX, patáxai) del Ángel del Señor a los primogénitos egipcios en la Pascua (Éx. 12:23; ver también el v. 29 [hicah; LXX, epátaxen]).[28]
B. LA ENFERMEDAD
“Y expiró comido de gusanos” (v. 23 c).
En su calidad de médico, y movido por un interés natural de su oficio (cf. Co. 4:14), Lucas prosigue con su relato enfocándose en ciertos detalles del castigo de Herodes, los mismos que para un observador común podrían ser considerados como irrelevantes. Un primer claro ejemplo de ello es el uso del verbo “expiró” (exépsuxen) que, según los especialistas en lingüística del Nuevo Testamento, es “un término usado por autores médicos” y lleva por significado “morir, [o] parar de respirar”.[29] En segundo lugar se puede mencionar la descripción de los síntomas del mal que llevó a la muerte al rey, para lo cual Lucas usa la frase “comido de gusanos” (genómenos skolekóbrotos).[30] Ahora bien, esto podría sugerir, tal como lo supone David Williams, que “la descripción de la dolencia tal vez debe ser entendida como relato de los sufrimientos de Herodes en los términos médicos de la época, en vez de un relato estereotipado de la muerte de un tirano”.[31]
En cuanto al periodo de la agonía del rey Lucas no proporciona ningún dato explícito en su relato, no obstante, ciertos detalles contenidos en su manera de narrar los hechos podrían sugerir algún espacio de tiempo entre el toque mortal del ángel y su expiración.[32] Josefo finaliza su relato sobre la vida de Herodes indicando que antes de morir sufrió “dolores abdominales durante cinco días continuos”.[33]
Ahora, ¿qué tipo de enfermedad llevó a la muerte al rey Herodes?, es una pregunta sobre la cual se han ensayado varias respuestas, todas ellas con cierto grado de probabilidad, aunque sin ninguna certeza.[34] Sin embargo sus detalles horribles no hacen otra cosa que realzar su carácter sobrenatural y punitivo. Es un típico castigo de Dios sobre uno que se atrevió a levantarse como enemigo suyo. Más ejemplos
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