VIA CRUCIS VOCACIONAL

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Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez. Te adoramos, señor, y te bendecimos. Cristo por esta tercera caída te ruego por ellos. Que sean “uno contigo” y sepan desaparecer para darte paso a ti.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado de sus vestiduras. ¡Cuánto dolor, cuánta vergüenza sufrió tu corazón! ¡Sé cuánto hiere a tu corazón tanta amargura! Aquí te ruego por tus sacerdotes caídos, por los que han sido infieles, que reencuentren el sentido y amor a su ministerio.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

UNDÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es clavado en la Cruz. Te adoramos, señor, y te bendecimos. Cristo, por aquel terrible dolor que sufrieron tus miembros, por tu sed y por tus llagas, te ruego para que tus sacerdotes hagan suyos los sufrimientos y angustias del pueblo que sufre.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

DOUDÉSIMA ESTACIÓN: Jesús muere en la cruz. Te adoramos, señor, y te bendecimos. Cristo, por tus infinitas angustias y dolores, y por tu muerte en la cruz, te ruego enseñes a tus sacerdotes a vivir y a morir en la cruz del amor y del servicio alegre a la humanidad.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN: Jesús en sus brazos de su madre. Te adoramos, señor, y te bendecimos. ¡Soledad de María! ¡Cuántas amarguras al contemplar en tus brazos a tu Hijo muerta! Por este inmenso dolor te ruego por la soledad de tus sacerdotes. Llénala Tú con tu incomparable amor de madre. Haz que comprendan que teniéndote a ti, que viviendo en tu corazón, nunca estarán solos.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN: Jesús es colocado en el sepulcro. Te adoramos, señor, y te bendecimos. Cristo Jesús, por tu muerte, te suplico que cuando llegue la de tus sacerdotes, te puedan decir: “Señor, todo lo hicimos por tu amor. En tus manos encomiendo las almas de tus sacerdotes difuntos. Se tú, señor, su esplendida recompensa por toda la eternidad.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN: Jesús, sacerdote Eterno, escucha nuestra plegaria por la porción amada de tu corazón: tus sacerdotes, nos unimos a ti en toda oración sacerdotal para decir contigo: Padre, que todos sean uno como Tú y yo somos uno. AMEN.