ANTITRINITARIOS, SU COMIENZO Y DESARROLLO DENTRO DE LA IGLESIA ADVENTISTA HASTA 1957

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ANTITRINITARISMO ANTIGUO

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Primeros antitrinitarios

Los primeros antitrinitarios fueron judíos, que en la primera etapa de la iglesia estaban convencidos de que Jesús era el Mesías prometido, pero, por guardar el monoteísmo, no podían admitirlo como Dios y enseñaron una cristología humana, se llamaban ebionitas. Al principio no iban en búsqueda de una religión antitrinitaria, su propósito era el contrario, construir una fe inseparable de la iglesia en el pensamiento trinitario, con este fin surgió una escala de la Deidad, por la cual el Dios trascendente (Padre) se extendió a la creación y gobierno del mundo en las personas del Hijo y Espíritu. Esta subordinación produjo malos frutos al principio del siglo IV, desencadenó en la degradación arriana del Hijo a nivel de una criatura y del Espíritu Santo al de una criatura de criaturas.

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Antitrinitario hasta la reforma

El pensamiento antitrinitario refleja su madurez a raíz de la creación de un movimiento dentro de la iglesia católica, dicho movimiento es conocido como monarquianismo, surgió en Asia menor y rápidamente se esparció por toda aquella región. Fue enseñada por Teodoción y Artemón y su mayor desarrollo por Pablo de Samosata quien consideró a Jesús como simplemente hombre, esta forma fue desechada rápidamente porque a los cristianos les parecía muy extraña, pero, seguidamente apareció otra corriente que se fue a otro extremo, hizo del Padre, Hijo y Espíritu como simples modos del ser, acciones de la única persona que hay en Dios, fue enseñada por Praxeas y Noeto, siendo el más prominente Sabelio quien le ha dado su nombre[4].

Tenían tres formas de monarquianismo, una que era el dinámico la forma más inferior, la superior es llamada modalista o patriapasianismo que proponía velar por la verdadera Deidad de Cristo, parecía ofrecer una solución fácil y clara para la contradicción de la unidad de Dios y la Deidad del Hijo y Espíritu, por lo que tuvo una acogida muy rápida y puso en peligro la Fe de la iglesia. Este fue punto de partida para que, a principios del siglo IV los arrianos removieran completamente al Hijo y al Espíritu de la categoría de Deidad, creando el movimiento antitrinitario más grande que la iglesia católica había conocido hasta entonces.

La interacción entre los modalistas y arrianos hizo que la doctrina de la Trinidad, hecha entre controversias se fuera hacia un extremo, dicha interacción ayudo que la iglesia católica no fuera perturbada por la oposición durante mil años. En la Edad Media con la aparición de las sectas dualistas que tenían doctrinas antitrinitarias pero dentro de la iglesia católica, con los mismos errores en la concepción de la Trinidad, porque estas se basaban comúnmente en las ideas panteístas, se manifestaron más como tendencias teológicas que en distintas facciones, fueron tendencias con nombres propios como la de Juan Escoto Erígena o la de Roscelino y Abelardo por las personas que las pregonaban[5].

Aprovechando la agitación creada por la reforma salió a la luz el antitrinitarismo en el movimiento anabaptista de la mano de Denk, Hätzer, Melchior Hofman, David Joris, Johannes Campanus. Pero la cabeza del antitrinitarismo panteísta de la era de la reforma fue Miguel Servet aunque su pensamiento paso a segundo plano, sería reavivado por otras tendencias que surgieron, tendencias místicas fuertes como las de Böhme, Zinzedorf, Swedenborg, por esa misma época Laelio y Fausto Socino formaron una secta organizada antitrinitaria racionalista que halló refugio en Polonia, fundaron una famosa universidad donde publicaron literatura muy influyente y credos, el principal es el Catecismo Racoviano que fue publicado en 1605[6].

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Miguel Servet

Nació el 29 de septiembre de 1511 en Villanueva de Sigena, provincia de Huesca, hijo de Antón Serveto, noble y notario del monasterio de Sigena y de Catalina Conesa que provenía de una familia judeoconversa.

Miguel curso estudios en Zaragoza y Barcelona, allí aprendió lenguas clásicas, conocimientos que lo familiarizaron y lo impregnaron de sentido humanista que había en España, por la llegada de la comitiva flamenca del emperador Carlos I. Estudió derecho en la universidad de Toulouse, medicina en la universidad de París y Montpellier y teología en Lovaina.

En 1531 escribió un libro titulado Del error de la Trinidad, repudió la personalidad tripartita de Dios y el ritual del bautismo, en 1532 escribió su segundo libro titulado De diálogos sobre la Trinidad, se consideraba católico pero manifestó su oposición hereje al concepto de la Trinidad.

Comenzó a desempeñarse como médico en 1540 en Vienne, Francia, trabajó como médico personal del arzobispo bajo el nombre de Michaelis Villanovanus porque a raíz de la publicación de su primer libro fue perseguido por la inquisición católica. En 1545 comenzó a intercambiar correspondencia con Juan Calvino. Sus opiniones fueron combatidas por la iglesia católica y protestantes.

Calvino al saber del libro Cristianismo Restituido publicado por Servet en 1553 de forma secreta, elaboró un plan para entregarlo a la inquisición y condenarlo.

Servet visitó la cuidad donde vivía Calvino, en Ginebra, fue detenido mientras asistía a misa, lo acusaron de herejía, blasfemia contra la cristiandad entre otros muchos cargos.

El 27 de octubre de 1553, fue llevado a Champel donde lo encadenaron a una picota y quemaron vivo. Pusieron sobre su cabeza una corona de pámpanos salpicada de azufre y a sus pies un ejemplar de su obra Cristianismo Restituido Sufrió mucho porque la leña estaba verde y húmeda. Las cenizas fueron esparcidas en el lago Leman, un lugar conocido como Campo del Verdugo donde hoy tienen un monolito en señal de desagravio.

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Legado de Miguel Servet

La muerte de Servet trajo un efecto contrario a lo que esperaban sus enemigos, porque él en vida nunca trató de formar un grupo aparte de la iglesia católica, sino aportar sus verdades redescubiertas y refinar las doctrinas de la reforma protestante, tras su muerte surgieron grupos que influenciados por su enseñanza se abrieron paso por la Europa postmedieval.

No fue fácil para