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Contextualización del tema de la Violencia en Centroamérica

Enviado por   •  31 de Octubre de 2018  •  5.777 Palabras (24 Páginas)  •  351 Visitas

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“..todo este movimiento parece girar en un círculo vicioso el cual no es posible salir sin admitir una acumulación primitiva…anterior a la acumulación capitalista, y que sirve de punto de partida para la producción capitalista en lugar de provenir de ella.”

El conjunto de desarrollo que abarca la génesis del asalariado y la del capitalista tiene como punto de partida la servidumbre y en provocar la metamorfosis de la explotación de formas originarias en explotación capitalista. Esto lleva implícito implican procesos históricos de disolución de las condiciones de servidumbre que ligan al trabajador con la tierra y a su señor, con estos procesos se advierte que se trata de la disolución de las relaciones de producción en las que predomina el valor de uso, producción de utilidad inmediata; el valor de cambio y la producción de éste requieren el predominio de otra forma.

Para obtener la disolución de todas estas formas, Marx estudio diferentes formas, muchas de ellas violentas, en las cuales encontramos: depredación de los bienes de la iglesia, enajenación fraudulenta de los dominios del Estado, saqueo de terrenos comunales, la transformación terrorista de la propiedad feudal y la guerra de las chozas.

El proceso de expropiación de la población del campo va engendrando, grandes terratenientes, paripasu al surgimiento del llamado “arrendatario libre”, el que luego se transforma en arrendatario capitalista, ya enriquecido a costa de los trabajadores y de los terratenientes mismos, a los cuales, va desplazando. (Menjivar, 1983, pg 32).

Este fenómeno del surgimiento del arrendatario capitalista, combinado con el del surgimiento de una clase cada vez más numerosa de trabajadores, producirá varios fenómenos, como la incorporación del suelo al capital, la creación de un mercado interno y el surgimiento de una sobrepoblación relativa, en tanto los productores directos son separados de sus medios de producción y lanzados al mercado de trabajo, integrando el ‘ejército industrial de reserva”.

La teoría marxista, como hemos visto, trata de determinar como en los mismos cimientos del modelo de producción capitalista, se encuentra una dinámica de violencia y exclusión. Podemos encontrar varias objeciones a este tratamiento, tales como entender la violencia como un fenómeno grupal, lejos de las razones que pueden llevar a una persona a comportarse violentamente. Me parece, que tales tratamientos nos dicen algo con respecto a fenómenos sociales, sin embargo considero que muchas de las respuestas a los orígenes de la violencia se pueden estudiar a partir del psiconanalismo.

La tradición psicoanalítica

Para una comprensión del aporte teórico de Sigmund Freud me permito utilizar el trabajo de González y Villacorta (1998), “Aproximación teórica a la violencia”. Freud surgió en un contexto marcado por el auge avasallador de la física de Newton y de la teoría evolucionista de Darwin; y, segundo, que el modelo explicativo freudiano hunde sus raíces en la medicina, la neurología y la biología. Antes que nada, hay que decir que dentro del marco de referencia de Freud, la inercia es la ley básica; los cuerpos son inertes mientras no se expongan a las fuerzas que causan el movimiento. Las fuerzas que animan a la naturaleza orgánica reciben el nombre de impulsos --traducido muchas veces como impulsos instintivos o instintos. De acuerdo con la concepción freudiana, estos impulsos son hereditarios tienen por objeto la conservación de la vida individual y la conservación de la especie.

Gracias a los impulsos de autoconservación, el individuo logra adaptarse a la vida. Tales impulsos se caracterizan por ser muy poco flexibles, están casi del todo fijos. La satisfacción del hambre o de la sed, por ejemplo, son necesidades que no pueden posponerse indefinidamente; y tampoco hay mucho margen de cambio en los modos de satisfacerlas: el agua, el oxígeno, ciertos nutrientes en los alimentos, son indispensables para la supervivencia humana, independientemente de los hábitos alimenticios de cada cultura. En un primer momento se pensó que la teoría de Eros y la libido podrían explicar la amplia gama de los motivos humanos. Pero la brutalidad y el asesinato insensatos no encajaban en esa teoría, como tampoco lo hacían el sadismo, el masoquismo y el suicidio. Tales fenómenos llevaron a Freud a reconsiderar su teoría de los instintos. Después de dudar acerca de si los impulsos hostiles y los deseos de muerte formaban parte de la sexualidad, Freud terminó por agrupar tales impulsos bajo una categoría allende a Eros que recibió el nombre de Tanatos o "instinto de muerte".

El concepto freudiano de agresión se apoya firmemente en el principio general del equilibrio. De acuerdo con este principio, la naturaleza tiende a conservar su status quo y, cuando el equilibrio existente sufre un trastorno, la tendencia es a volver al estado anterior, el inicial. En consecuencia, el principio del placer debe entenderse como una tendencia que obra en función de cumplir con la aspiración más general de toda sustancia viva: volver a la quietud del mundo inorgánico.

A partir de entonces, la teoría freudiana de los instintos se basó en la pugna entre Eros y Tanatos, la cual fue explicada por Freud del modo siguiente: "Eros intenta aproximar y mantener unidas las porciones de sustancia viva. Nuestras especulaciones han sugerido que Eros opera desde el principio de la vida y aparece en forma de instinto de vida, por oposición al instinto de muerte surgido por el advenimiento de la sustancia inorgánica a la vida. Estas especulaciones tratan de resolver el enigma de la vida suponiendo que los dos instintos luchan uno contra el otro desde el comienzo de todo". Si gracias a la tensión entre Eros y Tanatos tiene lugar la vida, es comprensible que, del mismo modo que estamos dotados de instinto de vida, lo estemos de instinto de muerte.

Todos llevamos, pues, una dosis de autodestructividad dentro de nosotros. Ahora bien, la agresividad natural contra sí mismo puede dirigirse contra el mundo exterior. Es como si el ser humano sintiera la necesidad de destruir cosas y personas para no aniquilarse a sí mismo. Con el fin de protegerse de la tendencia a la autodestrucción, necesita hallar canales externos que le permitan desahogar su agresividad. "Cuando el comportamiento de un individuo se dirige, bajo el imperio de Tanatos, hacia el mundo de los demás, se convierte en agresivo y malévolo y difunde la destrucción y la muerte. Cuando esas fuerzas se dirigen contra uno mismo, entonces, el odio de sí mismo y el suicidio, o aniquilamiento de sí mismo, pueden poner fin a la vida".

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