Ensayo sobre el ateísmo
Enviado por Sandra75 • 24 de Febrero de 2018 • 1.754 Palabras (8 Páginas) • 1.487 Visitas
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y a su vez genera la necesidad de imponer las creencias a los demás, lo cual se denomina intolerancia.
Pero estas no son las únicas razones por las que yo me alejé de la religión por convicción propia, no inducida por alguien. La Iglesia Católica, como institución política, no es más que capitalismo y lavado de cerebros, desde tiempos antiguos. Un ejemplo muy claro de esto es lo que el clérigo realizaba en el medievo. Los gobernantes usaban la ignorancia de la gente como arma para someterlos a la obediencia ciega. Había una forma simple en la que acallaban a las personas que quisieran revolucionar la sociedad retrógrada en la que se vivía: la muerte, específicamente la tortura. Los gobernantes no eran ingenuos, sino que realizaban estos eventos en público para que así el resto del pueblo aprendiera las consecuencias de estos “diabólicos actos”, haciéndolos creer que esa atrocidad había sido decretada por mandato divino.
La gente, al estar sumida en la ignorancia, no se cuestionaba las palabras del gobernante, sino que lo creían y preferían mantener en silencio sus ideas a externarlas con el peligro potencial de ser muerto de esa inenarrable manera. Esto que relato aquí es tan sólo uno de los varios deleznables actos de intolerancia cometidos por la Iglesia Católica, como la Santa Inquisición, donde, precisamente, los ateos o “herejes” eran perseguidos para que así no hicieran recapacitar al resto de la población, y éstos siguieran sumidos en su fe ciega.
Estas son mis dos principales razones que encausaron mi conversión hacia el ateísmo. En mi vida de ateo me he percatado que la bondad de la gente no es determinada por el hecho de que poseas una religión, he conocido a personas que se autodenominan siervos del Señor, y, exagerando, podrían ser consideradas peores que un asesino serial. También, como lo quise dar a entender hace unos párrafos, tus consecuencias son creadas por tus actos, es decir, tú fabricas tu suerte. Si tú decides ayudar a alguien en sus tiempos aciagos, más tarde, cuando tu camino quede cubierto por la niebla de la indecisión, él la disipará con la linterna del agradecimiento. ¿Y por qué haríamos una buena acción, si no tenemos un reino al cuál entrar después de la muerte? Por intereses terrenales, no por la simple suposición hipócrita y egocéntrica de que ser bondadoso en vida te garantizará el placer eterno después de la muerte.
Los ateos modernos actúan en el plano de las ideas: señalan errores, falacias, y consecuencias adversas de la fe sin prohibirla; los ateos ven el error de los creyentes pero también les defienden su derecho expresar sus errores religiosos. Lo único que solicitan a cambio es que se les permita criticar libremente. Cuando los ateos critican y refutan racionalmente la religión, el creyente debe entender que esto es la base de la democracia: la libertad de expresión de quienes difieren. Eliminar la crítica es eliminar la democracia. Criticar no es intolerancia: prohibir la crítica o resentirse por ella sí lo es.
Nosotros sólo tratamos de mostrar la realidad de la forma en la que la vemos, de la misma manera en la que los creyentes son capaces de expresar libremente su falaz realidad. Y esta libertad debería ser permitida libremente sin reproches. Es irónica la forma en la que los creyentes presuman del “amor al prójimo” y realicen estos actos de intolerancia, mientras que nosotros, en cambio, sí respetamos todo tipo de opinión religiosa, incluso si nosotros encontramos una manera de contradecirla racionalmente.
Entonces, ¿por qué los ateos son despreciados por la sociedad, compuesta en su mayoría por creyentes? El núcleo de todo esto puede ser la enseñanza de que la contrariedad en la sociedad es mala (como lo expliqué al inicio del ensayo), hasta llegar a considerarla como rebeldía. No entiendo el punto de reprochar la carencia de creencia ajena porque, ¿exactamente cuál es el propósito de creer en un dios? Hablo de un propósito real, no de lo que expliqué anteriormente, sino algo que pueda ayudarte en la vida, algo que te haga ser mejor persona. La gente puede ser perfectamente ética y moral sin necesidad de una divinidad.
Ninguna de las mil y un deidades creadas por el hombre han sido comprobadas. Y hay una contrariedad en todo esto. Las divinidades paganas de las civilizaciones antiguas son consideradas mitológicas, porque se sabe a ciencia cierta la razón de los fenómenos a los cuales se les asignaba cierta deidad. Así que si estas deidades son mitológicas, los dioses actuales también pueden ser meramente mitológicos. ¿Por qué se debe creer en Dios, pero en Zeus no?
Para comprobar a los dioses de hogaño se suele citar al Torá o la Biblia, pero, ¿cómo se podría conocer la veracidad de lo relatado en la Santa Biblia, y no que fue creado solamente como un manual de conducta para que señalar lo correcto y lo incorrecto? Es incomprobable. Así que con esto podemos concluir con algo muy simple: las deidades son producto de la mente del hombre.
Para finalizar, sólo quiero decir una última cosa. Me respetas y te respeto, me dejas expresarme libremente y yo hago lo mismo contigo. ¿Por qué, si yo respeto a todo creyente, estos tienen que reprochar e inquirir hasta el cansancio
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