Ensayo sobre la salvación desde el punto de vista bíblico.
Enviado por Albert • 7 de Marzo de 2018 • 1.674 Palabras (7 Páginas) • 2.059 Visitas
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Así de reales son las cosas, pero HOY tienes la oportunidad de cambiar esto, escribir tu nombre en el Libro de la Vida y entrar al cielo, gracias a que Dios es bueno y su misericordia por nosotros es tan grande como su amor sin excepción de personas. Hoy Dios te da una oportunidad de que le ofrezcas tu vida a Él; la decisión que va a cambiar tu eternidad. Dios es lleno de amor y lento para la ira, aún así es justo y rechaza a su creación que no obedece o lo acepta una vez que se le comparte la verdad de Él. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. (Mateo 25:41). Dios nos dio un libre albedrío para elegir por nuestra propia voluntad, el hacer o no lo correcto una vez que tengamos que enfrentarnos a una decisión.
Dios quiere que todos seamos salvos, pero para buscar a los adoradores verdaderos tiene que enfrentarnos a varios filtros que determinan nuestra fe, estas son situaciones que día a día tenemos que confrontar. Pruebas que de superarlas nos llenarían de interminables bendiciones. Dios nos conoce y no pone pruebas que no podamos superar, así que si estos momentos estás pasando por tribulación NO te rindas, que lo que hoy es tu mayor reto, mañana será tu mejor victoria.
Ante todo esto TE TENGO UNA EXCELENTE NOTICIA Dios nos amó de tal manera que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, como tú sustituto para que tuviésemos la opción de ser salvos y erradicar en Su nombre TODO pecado cometido por nuestra humanidad. Así es, Él pagó por tu pecado en la cruz y murió en tu lugar para que nuestras iniquidades fueran limpiadas y estuviésemos dignos de agradarle en pureza, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Dios nos ha amado a todos con gran amor y sin excepción de quien seamos, lo que tengamos o de donde seamos. No importa que hayas hecho en el pasado o como te sientas en el presente, Dios ha entregado a su único hijo, Jesucristo para que tú y yo pudiéramos ser salvos y tener vida eterna.
Jesús tuvo que derramar su sangre y morir por nosotros para darnos acceso hacía el cielo y el Padre “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6)
Si sigues leyendo este mensaje te felicito, estás a punto de tomar la decisión más importante de tu vida. Si queremos llegar al Padre tenemos que elegir el camino correcto: Jesucristo. Debemos de ir con Él, reconocerlo y aceptarlo como nuestro Señor y salvador, naciendo en Él como una nueva persona.
Haciendo la siguiente oración tendrás asegurada tu salvación ante los ojos de Dios. Hazla con todo corazón, con sinceridad y disposición de que Dios entre en su vida. Repite en voz alta:
“Dios, en este momento reconozco que soy pecador. Acepto y estoy convencido en que tu hijo Jesús murió en la cruz para pagar por mis pecados. Creo que Su sangre derramada, Su muerte, sepultura y resurrección fueron para mí. Lo recibo ahora en mi corazón como mi Señor y Salvador. Te doy gracias por el perdón de mis pecados, el regalo de la salvación, la vida eterna y Tú gran misericordiosa conmigo. Gracias Señor, permíteme vivir una vida para el establecimiento de tu gloria. Amén.”
“Mas a todos los que le recibieron a los que creen en Su nombre les dio el derecho de ser hechos HIJOS de Dios” (Juan 1:12)
Bienvenido a la familia hermano(a), te aseguro que tu nombre ahora se encuentra en el Libro de la Vida, guarda tus mandamientos, arrepiéntete diariamente de tus pecados y dale gracias a Dios por cada oportunidad buena que te da mientras vivas. Estudia La Biblia (Nuestro manual de vida) y alimenta tu corazón de ella y de cosas buenas para el Señor. Dale el control de tu vida en un cien por ciento, ora con Él como si platicaras con tu mejor amigo. No decaigas, se constante y muy valiente, “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10).
El sacrificio que hagas durante los años que vas a vivir en la Tierra, no se compara con toda una ETERNIDAD en el cielo junto a Su santísima presencia y las bendiciones que nos esperan. Recuerda la vida en Cristo es difícil, pero sin Él imposible.
¡Nos vemos en el cielo! Agradezco tu tiempo y te exhorto a compartir este mensaje a tus seres queridos para que más gente pueda ser bendecida.
Gracias.
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