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Monografía “La justificacion”

Enviado por   •  17 de Abril de 2018  •  3.794 Palabras (16 Páginas)  •  447 Visitas

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Difiere tambien del perdon, El perdón trata solamente con los actos de un hombre, la justificación con el hombre en sí. El perdón considera a los pedidos de clemencia, la justificación a los de justicia. El perdón solamente libra de la maldición causada por el pecado; la justificación además de eso otorga un derecho al cielo. La justificación se aplica al creyente con respecto a las demandas de la ley, el perdón con respecto al Autor de la ley. La ley no perdona, ya que ella no admite aflojamiento; sino que Dios perdona las transgresiones de la ley en Su pueblo proveyendo una satisfacción] a la ley adecuada a sus transgresiones. La sangre de Cristo fue suficiente para proporcionar el perdón (Efesios 1:7), pero Su justicia es necesaria para la justificación (Romanos 5:19). El perdón quita las sucias prendas, pero la justificación provee un cambio de vestimentas (Zacarías 3:4). El perdón libera de la muerte (2 Sam. 12:13), pero la justicia imputada es llamada "justificación de vida" (Rom. 5:18). Uno ve al creyente como completamente pecador, la otra como completamente justo. El perdón es la remisión [o absolución] del castigo, la justificación es la declaración de que no existe fundamento para imponer castigo. El perdón puede ser repetido hasta setenta veces siete, la justificación es de una vez para siempre.[8]

Las Base de la Justificacion

Es es un tema muy importante en la doctrina reformada ya que hace mucha diferencia tantp con los romanista como con los arminianos.

Con referenci a los hombres desde la caida queda explicita y repetidamente en varia oportunidades que la justificacion no es por obra, ya que todo el mundo es culpable ante Dios, es por esto que nuestra justicia no alcanza las demandas de la plena e irrevocable justificacion que la Escritura presenta. Recordar que las bendiciones que obran en nostros por medio de la regeneracion y santificacion nunca es perfecta en esta vida. Solo una justicia perfecta puede ofrecer la base para una justificacion completa, perfecta e irreversible. Ademas la justificacion otorga un derecho a la vida eterna. Somos totalmente justificados por gracia, es un favor inmerecido de Dios.

Los Romanista, admiten desde luego que no hay bien alguno en el hombre caido; que no puede merecer nada ni nada alegar sobre la base de nada que él sea o pueda hacer por si mismo. Por naturaleza, esta muerto en pecado; y hasya qye sea hecho participe de una nueva vida por el poder del Espiritu Santo, no puede mas que pecar hasta su regeneracion que para los romanista es el bautismo. Esta nueva vida (regeneracion) expulsa el pecado y produce frutos de justicia. Las obras hechas despues de la regeneracion tienen verdadero merito, y son la base para la segunda justificacion. Según este punto de vista, no somos justificados por obras hechas antes de la regeneracion, sino que somos justificados oara ibras de graciam esto es, para obras que brotan del principio de la vida divina infundida en el corazon. Toda la base de nuestra aceptacion para con Dios, por tanto, viene a ser los que somos y lo que hacemos (Hodge, 2010)[9]

El concepto arminiano, dice frequentemente que somos justificados por una “fides obsequiosa”, una fe obediente; una fe que incluye obediencia, a veces se dice qye sinis justificados por la obediencia evangelicam esto es aquella clase y medida de obediencia que demanda el Evangelio, y que los hombres pueden dar, desde la caida, mediante el empleo apropiado de la “gracia suficiente”, que se concede a todo los hombres (Hodge, 2010)[10]

Como ya vimos que la base de la justificacion no es el ser humano o las obras de este por su estado pecaminos, entendemos que la base de la justificacion es Cristo. Es a traves de Cristo y su expiacion o pago que la justicia y la misericordia de Dios, su gracia, se encuentran en la justificacion de un pecador creyente. Sool en Él podemos encontrar solucion a cada problema que el pecado causa. En la cruz de Cristo todos los atributos de Dios brillan en su maximo esplendor. En la reparcion que el Redentor ofreció a Dios cada demanda de la ley, ya sea de mandatos o de castigos, ha sido totalmente cumplida. Cristo logró para su pueblo una perfecta justicia por obedecer la ley en pensamiento, palabra y obras. Sufrio las penalidades de la ley en lugar de nosotros y a través de su muerte expiatoria nos hemos limpiado de toda culpa. Cristo toma nuestro lugar con respecto a la ley, Él es nuestro sustituto.

Cuando hablamos de la justicia de Cristo significa que el hiz y sufrio para satisfacer las demandas de la justicia divina, mereciendo para su pueblo el perdon de los pecados y el don de la vida eterna. LA Bilbia enseña que Cristo obedeció la ley en todos sus preceptos, y que sufrio su pena. Fuimos liberados de la maldicion de la ley. Cristo estuvo bajo la ley para poder redimit a los que estaban bajo la ley. Él es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree, es por su obediencia que muchos son hechos justos. Su obediencia tambien estuvo en el sufrir, sus mayores actos de obedeciencia fueron hechos en el huerto y en la cruz,[11] somos justificados por su sangre. Somos reconciliados con Dios por medio de su muerte. Somos liberados de todas las demandas de la ley mediante su cuerpo. La obediencia de Cristo incluye todo lo que hizo para dar satisfaccion a las demandas de la ley.

Como Cristo "no conoció pecado" ni por impureza interior ni por cometerlo personalmente, así nosotros no "conocimos" o tuvimos justicia propia ni por conformidad interior a la ley, ni por obediencia personal a ella. Como Cristo fue "hecho pecado" por haber sido nuestros pecados puestos a Su cuenta o cargados sobre Él en un modo judicial, y como no fue por una conducta criminal de Sí mismo que Él fue "hecho pecado," así no es por alguna actividad piadosa de nosotros mismos que llegamos a ser "justos": Cristo no fue "hecho pecado" por la infusión de maldad, ni nosotros somos "hechos justos" por la infusión de santidad. Aunque personalmente santo, nuestro Garante, entrando a nuestro lugar legal, se entregó a sí mismo de oficio sujeto a la ira de Dios; y así aunque personalmente malvados, somos, a causa de nuestra identificación legal con Cristo, con derecho al favor de Dios. Como la consecuencia de que Cristo fue "hecho pecado por nosotros" fue, que "Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros" (Isa. 53:6), así la consecuencia de que la obediencia de Cristo fue puesta a nuestra cuenta es que Dios atribuye justicia "sobre todos los que creen" (Rom. 3:22). Como nuestros pecados fueron el fundamento judicial de los sufrimientos de Cristo, sufrimientos por los cuales

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