Nuestra unión en cristo.
Enviado por Ledesma • 16 de Marzo de 2018 • 2.333 Palabras (10 Páginas) • 307 Visitas
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III. CRISTO ABOLIÓ LA ENEMISTAD DE AMBOS PUEBLOS (Ef. 2:15) A. CRISTO ES EL QUE IMPUTA A SU CARNE LAS ENEMISTADES ∙ El texto que nos ocupa declara: ∙ El texto declara ahora: “aboliendo en su carne las enemistades, Iglesia de Convertidos a Cristo la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”. Cuando se habla de que abolió la enemistad está diciendo que por medio de su muerte en la Cruz abolió la ley en su capacidad obligatoria (Col. 1:20-22), y quitó la enemistad que existía entre judío y gentil. ∙ Al morir en la Cruz del Calvario “Abolió”: Lo que es lo mismo que decir que “anuló”; o fue la causa por la que después de su muerte la ley sea inoperable para hacer lo que Él hizo para lograr unir a ambos pueblos.
IV. CRISTO CREÓ DE AMBOS UN NUEVO HOMBRE (Ef. 2:15) A. CRISTO ES EL PODER DE LA UNIÓN ∙ El texto que nos ocupa declara: ∙ Pablo Ahora habla de propósito y dice que Cristo sufrió y murió en la Cruz del Calvario: “para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre”. El apóstol Pablo sabe lo que está diciendo ahora,
él está hablando de una nueva clase de hombre, el cristiano. El judío sigue siendo judío y el gentil, gentil, pero ambos se unen en Cristo como un nuevo hombre. ∙ Este hecho es algo nuevo, desconocido hasta entonces, donde las distinciones judías y gentiles se pierden en este nuevo orden. Nuevo, no en tiempo, sino en cualidad. “Hombre”, no masculino (ανήρ), sino (άνθρωπος), “hombre racial, genérico, individual”; compuesto de hombres y mujeres nuevos en el cuerpo de Cristo. Esta nueva creación y unión tienen su cimiento y principio en Cristo. Pablo enseñó esto en otras epístolas (Col. 3:9-11; 1 Co. 12:12, 13). Iglesia de Convertidos a Cristo 5 Pastor Arq. José R. Mallén Malla “Verdades acerca de Jesucristo”
V. CRISTO RECONCILIÓ A AMBOS CON DIOS POR MEDIO DE SU CRUZ (Ef. 2:15) A. CRISTO ES EL PODER DE LA RECONCILIACIÓN ∙ El texto que nos ocupa declara∙
La reconciliación no es solo entre judío y griego, sino entre el hombre y Dios, y favorece la idea de restauración a una condición que existía previamente. “Apo = από”, de nuevo; “catallasö = καταλλάσω”, reconciliar a aquellos que diferían (hombre y Dios) por causa del pecado. En Cristo el pecador es reconciliado con Dios voluntariamente (2 Co. 5:18, 19), judío y gentil, en un cuerpo a Dios. (1 Co. 10:17; Ef. 4:4; Col. 3:15).
∙ Cuando Cristo va a la Cruz del Calvario, no sólo reconcilia a judíos y gentiles, al hombre con Dios, sino que también nos entrega y comisiona a ejercer el ministerio de la reconciliación. El apóstol Pablo en 2 Corintios 5:17-19 nos expresa esta encomienda diciendo: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”.
VI. CRISTO MATÓ LA ENEMISTAD (Ef. 2:16) A. CRISTO ES EL ANIQUILADOR DE LAS ENEMISTADES ∙ El texto que nos ocupa declara: Es por esto que decimos que Cristo mató la enemistad entre el pecador y Dios. ∙ La enemistad aquí se refiere a la del pecador con Dios (2:16). En (2:15) se refiere a judío y gentil. No así en (2:16), pues el objeto aquí es mostrarnos la reconciliación entre Dios y el hombre - “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Ro. 5:1 y “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” Ro. 8:1. VII. CRISTO TRAJO LA PAZ (Ef. 2:17) A. CRISTO SE CONSTITUYE EN EL PACIFICADOR POR EXCELENCIA ∙ El texto que nos ocupa declara: ∙ Una vez que las enemistades son matadas, no queda más que hacer la paz. Esto lo vemos a continuación en (2:17), “y habiendo venido” (en su primera venida) “ercomai = ευηγγελίσατο”, anunció buenas nuevas (Lc. 4:18). Cada vez que el evangelio es anunciado son buenas nuevas para todos los gentiles que estaban lejos y a los judíos que estaban cerca. No hay diferencia (Hch. 15:9, 11; Ro. 3:22, 23; 10:9-13). Iglesia de Convertidos a Cristo 7 Pastor Arq. José R. Mallén Malla “Verdades acerca de Jesucristo” ∙ Cristo en Su poder, después de la resurrección, anunció las buenas nuevas a los apóstoles y mandó que las anunciaran por todo el mundo. ¿Por qué esta paz? Porque la maldición de la ley ha sido quitada junto con la culpa del pecado y la salvación ha sido lograda. Ahora todos son llamados al arrepentimiento y a obtener la salvación, sin distinción de nacionalidad o raza (Mt. 28:18-20; Jn. 1:29; 3:16). Judíos y gentiles, todos son llamados.
VIII. CRISTO ABRIÓ UNA VÍA DE ACCESO AL PADRE (Ef. 2:18) A. CRISTO ES EL ÚNICO CAMINO SEGURO PARA LLEGAR AL PADRE ∙ El texto que nos ocupa declara: ∙ La palabra entrada en griego “Prosagögë = προσάγω” Es utilizada cuando uno procuraba una audiencia con un soberano. Los santos de Dios tenemos la audiencia con el Padre asegurada por medio del Espíritu Santo (Jn. 14:6; 1 P. 3:18; Ef. 3:12). Notemos la Trinidad en este versículo: Dios Hijo provee el camino a la presencia del Padre por medio del Espíritu Santo. ∙ Dios Espíritu Santo conduce al santo dentro y lo presenta. Dios Padre es aquel ante cuya presencia el creyente es traído. El velo ha sido rasgado (He. 10:14-25). La única manera de llegar al Padre; ya no importan las religiones ni las opiniones de nadie. Es por medio del derramamiento de Su sangre (2:13), por medio del sacrificio de Su carne (2:15), y la maldición que Él soportó sobre esa cruz (2:16). ∙ No hay otro camino (Jn. 3:16-18; 10:9; 14:6; Hch. 4:12; etc
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Está más que claro que Cristo Jesús vino para que nosotros entendiéramos que no debe haber ningún tipo de hostilidad entre las razas y mucho menos cuando se refiere a predicarles el evangelio. Dios en su Gracia no ha tenido ningún tipo de acepción de personas cuando se refiere a la salvación, por lo tanto Él ha escogido para salvar de todas las naciones, tribus y razas. Aquí podemos citar para concluir lo que se dice en Apocalipsis “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
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