CLASIFICACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

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Es frecuente dar por entendido que los partidos de izquierda defienden a la clase trabajadora, en tanto que los de derecha protegen a la clase empresarial, y los partidos de centro asumen una actitud moderada en ambas tendencias.

4.- Por su cobertura.

Con base en el área de su cobertura, los partidos políticos se clasifican en: a) nacionales, b) regionales o provinciales y c) municipales, según tengan presencia y actividad en todo el país, en sólo una región estado o provincia del mismo, o únicamente en un municipio.

5.- Por su funcionamiento: institucionales y personalistas.

Partido institucional es el constituido como una organización que desempeña una actividad de interés público, como una institución; Maurice Hauriou definió: “una institución es una idea de obra o de empresa que se realiza y permanece jurídicamente en un medio social”. En México, el Partido Revolucionario Institucional se ostenta formalmente como institucional.

Personalista es, en cambio, el partido que se integra en torno a un personaje que actúa como su centro de atracción, dirigente máximo y factótum, como fue, en cierta época, el Partido Justicialista de Argentina, organizado en torno a Juan Domingo Perón.

6.- Por su relación con el orden jurídico: con reconocimiento oficial, sin reconocimiento oficial, clandestino y prohibido.

En ejercicio de la libertad de asociación de sus miembros se forman los partidos políticos; sin embargo, no todos obtienen el reconocimiento pleno del Estado, sino sólo los que cubren determinados requisitos previstos en la normativa electoral aplicable. En México, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales previene al respecto en el artículo 22.

Además, existen partidos sin reconocimiento oficial; empero, como no contravienen el orden jurídico vigente, operan abiertamente aún cuando no disfruten de las prerrogativas que la ley establece a favor de los partidos políticos con reconocimiento oficial, como la de postular candidatos para ocupar cargos públicos, o la de obtener franquicias y subsidios.

Además, existen partidos clandestinos, porque operan de manera encubierta, dado que sus actividades, fines y propósitos están contrapuestos con los fundamentos del orden jurídico imperante.

Incluso, en ocasiones el sistema político proscribe a una organización política que se había organizado como partido político y le prohíbe continuar actuando como tal, en cuyo caso estaremos frente al partido político prohibido.

7.- Por sus ideales: partido de principios y partido de poder.

Se identifica como partido de principios a todo aquel que tenga una fuerte carga ideológica, o sea, un conjunto de ideas básicas que caractericen su interpretación de las instituciones sociopolíticas fundamentales y acoten el modelo de Estado al que aspire. En cambio, el partido de poder está ayuno de ideales, de ideología; su actuación se rige por un programa orientado por el afán exclusivo de alcanzar el poder.

8.- Por su independencia: partido autónomo y partido comparsa.

Partidos hay que no están subordinados a ningún otro ni a ningún grupo de interés o de presión, u organización empresarial o sindical, o gobierno extranjero. Se trata pues, de partidos políticos autónomos, cuyas decisiones se adoptan en el seno interno del partido propio.

En cambio, existen otras organizaciones que bajo el membrete de partidos políticos actúan como instrumentos de apoyo de otros partidos de los que se vuelven filiales, los cuales son utilizados para, dentro de una apariencia de pluralidad, simular consensos para obtener aprobaciones o reventar acuerdos en los órganos legislativos o electorales; se trata, pues, de partidos de segunda división que ocupan los últimos lugares en la tabla de posiciones de los partidos políticos, por lo que son partidos comparsas, o partidos paleros, como coloquialmente se les llama en México.