EL ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO Y SU REPERCURSION EL LA VIDA SOCIAL

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el futuro. La pertinencia de los estudios del discurso radica en la identificación de elementos de dominación utilizados en estos campos que afectan directamente a las sociedades.

Calsamiglia y Tusón (2007) mencionan que “hablar o escribir es construir piezas orientadas a unos fines”. El discurso ha de ser utilizado con una intencionalidad específica y no siempre explícita. Su uso lingüístico siempre es nutrido por su contextualización para responder a necesidades y objetivos específicos según la audiencia. El hecho de que el discurso sea complejo no significa la existencia de un caos. Por el contrario, los elementos lógicos frecuentemente significan una mayor absorción por parte de la audiencia. En este caso, el uso del lenguaje representa una relación desigual entre “dominados y dominantes”.

El discurso ha de ser comprendido a partir del espacio-tiempo que lo abriga, lo que significa una comprensión del contexto social, histórico, cultural y político en el que se da a conocer, lo que de una u otra manera nutrirá el constructo de la vida social. El texto está constituido por elementos verbales bien definidos que forman la unidad comunicativa. A todas estas, el análisis crítico de estos discursos revela el sentido de estos según el contexto cognitivo y social.

Las ciencias sociales en la actualidad están dirigidas a comprender los diversos aspectos de la sociedad mediante diversos métodos. Numerosas ramas del estudio del hombre se han beneficiado de los avances del análisis crítico del discurso. Por ejemplo, el uso de la hermenéutica en los estudios científicos de la sociedad ha alcanzado un sentido más complejo por medio de las técnicas de análisis del discurso. Tal es el caso de la Antropología Lingüística que Calsamiglia y Tusón (2007) la define como la relación entre la lengua, el pensamiento y la cultura. De esta manera, los estudios antropológicos son respaldados por medio del uso de la expresión en el discurso. Asimismo, otras disciplinas como la etnografía, la sociología y la etnometodología adquieren otras representaciones y significados mediante el uso de la lengua.

Según Wodak y Meyer (2003) el punto de partida del Análisis crítico del discurso (ACD) se encuentra en los problemas sociales y escoge la perspectiva de quienes más sufre para analizar de forma crítica a quienes poseen el poder. El ACD permite observar a la sociedad desde nuevas perspectivas que tomen en cuenta el carácter humano que define el ser en comparación con las pretensiones egoístas de las instituciones que dicen representar o resguardar el bienestar de la mayoría. Las intenciones características del enfoque social actual está marcado por un desequilibro en los esquemas sociales. Por esta razón, quienes están al frente de la política de estado, bien sea por uso de la fuerza o por elección del pueblo, usan frecuentemente las intenciones ocultas del discurso para mantener el dominio cognitivo en las masas.

El vínculo que une lo social y lo político puede ser claramente develado por medio de las herramientas de estudio lingüístico del discurso. En numerosas ocasión se puede comprender mediante los elementos discursivos las intenciones que llevan a un personaje político a proporcionar ciertas declaraciones. Se debe tomar en cuenta que las palabras no son neutrales, al contrario, estas están colmadas de significados e intenciones capaces de transformar, crear y destruir, principalmente en las estructuras cognitivas de la sociedad

Claro está, el uso del ACD debe están sustentado en la utilización concienzuda y critica que denuncia los esquemas de desigualdad. La subjetividad propia del investigador, si bien es cierto que apoya la comprensión del carácter humano, debe mantenerse en un estado regulado por la necesidad de búsqueda de la verdad. Las emociones y el prejuicio del investigador, quizás por ser víctima de las injusticias que denuncia, pueden convertirse en un obstáculo para la comprensión del fenómeno social mediante el discurso.

Finalmente es necesario expresar la necesidad de comprender el ACD como esa herramienta que permitirá sustentar nuestra visión de sociedad desde la crítica productiva a las instituciones que tratan de mantener el estado de desigualdad e injusticias que hoy vivimos. Nuestros tiempos ameritan un cambio en el perfil ético de la formación del ciudadano y para esto es necesario que revisemos a profundidad “la corrupción de las ideas” y “las intenciones ocultas que frecuentemente golpean las buenas intenciones de la vida social. Esta ética otra a la que se hace referencia no puede resultar ser una herramienta más de la perpetuación de los esquemas opresivos que hoy aquejan nuestro vivir social. El ADC corresponde a ese esfuerzo que nos dirige hacia la comprensión del por qué somos lo que somos y como hemos llegado