ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. FACULTAD DE PREGRADO.
Enviado por tolero • 26 de Septiembre de 2018 • 17.083 Palabras (69 Páginas) • 414 Visitas
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La diáspora poblacional que ha tenido que emigrar a otros países, fundamentalmente lo ha hecho por falta de oportunidades internas para producir y crear riqueza.” En efecto mientras el actual proceso de globalización prioriza la movilidad internacional de objetos (bienes, capital, tecnología, dinero), al mismo tiempo relega a un segundo o tercer plano la movilidad de las personas, es decir, justamente aquellos que deben estar en el centro de una globalización más humana y justa”. (Solimano, 2013, 195).
El DANE ha dicho que esta población es de tres millones y medio de compatriotas. El aporte de estos colombianos que laboran en los Estados Unidos, en España, en Venezuela y en muchos otros países a la economía nacional y a la creación de la demanda efectiva para usar los lenguajes Keynesianos, es de más de tres mil quinientos millones de dólares, como ingresos reales que se aplican al pago de servicios de salud, de educación, de adquisición, mejora de vivienda y tantas veces para iniciar las actividades de pequeños negocios de servicios, de microempresas productivas, de taxis, de camiones, de pequeñas fincas e igualmente para el consumo suntuario especialmente en motos, jugueterías , vestuarios, fiestas familiares y de vecindades ruidosas. En pequeñas poblaciones y en áreas rurales estos ingresos de remesas son los únicos momentos monetarios y de oportunidades de satisfacción de necesidades que la marcha normal de las economías territoriales les niegan a tantos colombianos(as).
Si nos referimos a la gestión y planeación del desarrollo con base en los postulados de la sostenibilidad y sustentabilidad ambientales, tan mencionados en los planes de desarrollo nacional, departamental y municipal, con respecto a la cuenca más importante de Colombia, Manuel Rodriguez Becerra (2015, 20) en el libro ¿Para dónde va el río Magdalena?, en el acápite de lo que nos va quedando del río dice:
“la deforestación asciende a 77% de su cobertura vegetal original y 42% de ella se produjo en las tres últimas décadas; la pesca ha caído en más de 50% en los últimos treinta años; el transporte de sedimentos al bajo Magdalena se incrementó 33% en la última década; y la erosión alcanza 78% del área de la cuenca (véanse los textos de Vilardy, Walschburger, Angarita y Delgado, Restrepo y Valderrama, passim). Esta situación tiene graves implicaciones, toda vez que en la cuenca del
Magdalena-Cauca, que representa 24% de la superficie del país, comprende diecinueve departamentos y setecientos veinticuatro municipios, viven 32,5 millones de habitantes, lo que equivale a 80% de la población total de Colombia. Allí se produce 80% del PIB, 70% de la energía hidráulica, 95% de la termoelectricidad, 70% de la producción agrícola, incluyendo 90% del café, y 50% de la pesca de agua dulce”.
El análisis situacional de la minería que todavía busca oro con implicaciones en contaminación, destrucción de suelos, riberas de ríos, en prospectiva de sólo dejar pedregales, secar fuentes de agua, destruir suelos agrícolas, generar violencias por la ilegalidad de capitales y bandas de interés delictivo, nos pone en un contexto que la historia nos ha enseñado: “Los lujos orientales se pagaban con oro y esclavos, y la fuente más abundante de estos productos era África, sobre todo las regiones centrales y occidentales situadas al sur del Sahara, conocidas entonces como el imperio del Sudán… En el transcurso del siglo XIV surgió en Europa sobre todo en el sur lo que Pierre Chaunu llamó “hambre de oro”. (Williamson, 2013, 16).
El oro no se come, sin embargo insistimos en explotarlo en Cajamarca con los riegos sobre las cuencas de producción de agua más importantes del departamento del Tolima, la destrucción de suelos agrícolas de montaña que alimentan los supermercados y plazas de diferentes ciudades del país, con las verduras, hortalizas y granos que se producen allí. Lo explotamos en el Chocó, en Antioquia, en la Amazonía, en Nariño, en dónde exista una quebrada o caño.
La planeación del desarrollo implica múltiples temas, aspectos variados en las institucionalidad, los derechos humanos, la gestión local, el diseño, ejecución, evaluación de políticas públicas en los frentes agrícola, ganadero, de transportes, de movilidad, de inclusión, de cierre de brechas, de estímulos productivos y culturales para la generación de riqueza incremental distribuible en la población colombiana.
Ideas Claves
La teoría más poderosa en la actualidad es la teoría de la justicia (Rawls, 2014).
Si hay justicia hay desarrollo, equidad, seguridad, sino funciona esta rama del poder público el Estado no está proveyendo el máximo bien público.
Rawls explica que “durante mucho tiempo la teoría sistemática predominante en la filosofía moral moderna ha sido alguna forma de utilitarismo…Olvidamos a veces que los grandes utilitarios, Hume y Adam Smith, Bentham y Mill, eran teóricos sociales y economistas…Lo que he tratado de hacer es generalizar y llevar la teoría tradicional del contrato social representada por Locke, Rousseau y Kant, a un nivel más elevado de abstracción.” (Rawls, 2014, 9,10). Parodiando al gran filósofo en el sentido de que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales”, insistiremos que el mayor bien público es el de la justicia pronta, oportuna, en igualdad de condiciones para todos y todas, como política pública esencial para la vida en paz. De manera que la reparación, la verdad, la no repetición son esencias de una justicia permanente en la sociedad y de la llamada justicia transicional o transaccional para facilitar la reconversión criminal que ha afectado a la mayoría.
Giandomenico Majone (2000, 210,211) expone: “De acuerdo con una idea muy difundida, la investigación aporta el conocimiento y la información necesarios para que los diseñadores de políticas encuentren soluciones a los problemas. Sin embargo, el modelo evolutivo de la innovación conceptual y selección política… “no supone una relación directa refiriéndose precisamente a lo que desarrolla John W. Kingdon en los análisis de agendas, alternativas y políticas públicas en donde advierte que los expertos en políticas tiene sus propias agendas de investigación, que reflejan intereses disciplinarios y profesionales antes que acontecimientos políticos como las elecciones o los cambios de gobierno. El mejor ejemplo es la crítica académica contra la regulación gubernamental de las industrias competitivas (Ver John W. Kingdon, Agendas, Alternatives, and public policies, Little, Brown, Boston, 1984,
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