ESTRUCTURA Y ECONTENIDO DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Enviado por Rimma • 20 de Abril de 2018 • 4.231 Palabras (17 Páginas) • 371 Visitas
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INICIAL.
6.1. CONCEPTO.
El concepto de acoso sexual callejero identifica todas aquellas prácticas con connotación sexual explícita o implícita, que ocurren con carácter de unidireccionalidad entre desconocidos dentro de los espacios públicos, con el potencial de provocar malestar. Esto abarca una gran variedad de situaciones, incluyendo expresiones verbales, actos no verbales, conductas que involucren el contacto físico, registros audiovisuales, y actos intimidantes, como acercamientos imprudentes, exhibicionismo, masturbación pública y persecución, entre otros.
En particular, dentro del presente estudio, se han considerado las siguientes categorías de prácticas:
• Miradas lascivas
• Silbidos, besos, bocinazos, jadeos y otros ruidos
• Comentarios sexuales explícitos o implícitos (“piropos”)
• Roces, tocaciones y “agarrones”, dirigidos a partes íntimas o no íntimas del cuerpo
• Presión intencional de genitales hacia el cuerpo de la víctima (“punteos”)
• Fotografías y grabaciones no consentidas
• Persecución, ya sea a pie o con medios de transporte
• Arrinconamiento y otras formas de acercamientos intimidantes
• Exhibicionismo
• Masturbación pública, con o sin eyaculación
6.2. ¿Por qué es importante abordarlo como un problema?
Durante los últimos años, el fenómeno del acoso sexual callejero ha tomado relevancia y visibilidad crecientes tanto en Chile como en otros países.
Esto es demostrado, por un lado, por el gran número de organizaciones, instituciones e iniciativas dedicadas a este fenómeno, tanto en América Latina (Paremos el Acoso Callejero en Perú, Chega de Fiu-Fiu en Brasil, Acción Respeto en Argentina, Observatorio Nacional contra el Acoso en Colombia, así como los recién creados Observatorios Contra el Acoso Callejero de Uruguay y Nicaragua) como en el resto del mundo (Hollaback! y Stop Street Harassment en Estados Unidos, HarrasmentMap en Egipto, entre otros); y, por otro, en las propuestas legislativas y en los programas que han ido surgiendo para combatirlo.
Es necesario también hacer una diferenciación entre algunos conceptos claves relacionados al problema de investigación, ya que el tipo de expresiones que denominamos “acoso verbal callejero” se encuentran en una zona intermedia entre las expresiones de acercamiento respetuoso y las expresiones tipificadas penalmente (como la violación sexual).
• Halago: se da entre personas conocidas, indistintamente de su género, y en caso de ser desconocidas, se deben dar ciertos marcadores discursivos que le muestren al interlocutor que la intención es respetuosa.
• Piropo: según la Real Academia Española, se trata de un acto de “galantería”; es un cumplido o comentario halagador e ingenioso que hace un hombre a una mujer.
• Acoso verbal callejero: expresiones tradicionalmente llamadas “piropos”, pero cuyos componentes verbales y no verbales (contexto, tono, postura, etc.) con un contenido alusivo -explícito o implícito- a la sexualidad, las transforman en acosos.
Estas interacciones (que pueden ir desde frases y silbidos, hasta gestos vulgares, sonidos y miradas excesivas al cuerpo, entre otras) se dan de un hombre a otra persona desconocida (generalmente mujeres) y no son ni autorizadas ni correspondidas por la interlocutora, estableciendo un desequilibrio jerárquico entre los individuos implicados. Al no esperarse una respuesta por parte de la interlocutora, esta no estaría siendo reconocida como tal, pasando a ser el tema del mensaje (objeto sobre el cual se habla) y no el sujeto al que se le habla.
6.3. GÉNERO Y ESPACIO PÚBLICO
En los últimos años hemos presenciado y experimentado mejoras en las condiciones de vida de las mujeres en las ciudades: incremento de sus niveles educativos, ingreso masivo al mercado laboral, mayor participación en el ámbito de la política, entre muchos otros temas. Sin embargo, a la par podemos encontrar una incidencia elevada de violencia contra la mujer en diversos ámbitos: la familia, la escuela, el trabajo y, para entrar al tema de nuestro interés, la calle.
Entre los ámbitos mencionados, la calle, por lo general, permanece como el ámbito “no conquistado” y no necesariamente por falta de presencia femenina: como afirma Tovar (2007) el papel de las mujeres latinoamericanas en la subsistencia dentro de la economía informal en el siglo XIX o a comienzos del XX ha permitido que realicen gran cantidad de labores fuera del hogar. Pese a ello, el acoso sexual en lugares públicos sigue siendo una práctica cotidiana de hombres extraños hacia mujeres tan frecuente que ha sido normalizada por ambos. Las mujeres temen recorrer ciertas zonas y a ciertas horas del día, lo cual muestra que “La ciudad continua estratificada y segregada alrededor del género, donde a los hombres se les permite mayores privilegios que refuerzan el acceso diferencial a los recursos, el conocimiento y el poder”. Las ciudades no son iguales para las mujeres y los hombres, sino que el espacio público parece ajeno a ellas y que tiene impactos concretos en sus vidas
6.4. INVASIÓN DEL ESPACIO PERSONAL
Se define el espacio personal como "el espacio en torno a un individuo, en cualquier punto dentro del cual la entrada de otro hace que el individuo se sienta víctima de una intrusión, lo que le lleva a manifestar desagrado y, a veces, a retirarse". En la experiencia de la calle, en sociedades con una profunda marca patriarcal y machista, es el espacio personal femenino el que es quebrantado más frecuentemente de diversas formas y por extraños. Desde susurros al oído al pasar, hombres que se acercan más de lo debido “metiendo la cara” cuando una mujer pasa”, miradas intrusivas y persistentes, comentarios sobre el cuerpo y cara de las mujeres e inclusive tocamientos.
Gravedad: El acoso callejero refleja implícitamente una relación de poder. Le recuerda a ciertos grupos (por ejemplo: mujeres, personas lesbianas, gays, bisexuales y/o transexuales) que son los más vulnerables y que carecen de poder en los espacios públicos. Día a día apoya y promueve la cosificación sexual continua de estos grupos. El acoso callejero da rienda suelta
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