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Elías proceso civilizatorio reseña

Enviado por   •  3 de Enero de 2019  •  7.439 Palabras (30 Páginas)  •  308 Visitas

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El ejercicio del monopolio se desarrolla en la dinámica de relaciones, de diferentes estados de fuerza de los grupos. La constitución de este concepto es entonces un problema de vencedores y vencidos, de una larga lucha de exclusiones. Este permite pensar los mecanismos de lucha y competencia social entre centros de poder, y donde la dominación es marginal.

Esta dominación en el monopolio no es central, si lo son la imposición y el ejercicio del poder, el cual puede o no ser legitimado. Abundan los ejemplos que da Elías en sus libros en la lucha de los príncipes por el monopolio, o sobre el valor de la legitimidad (si pertenecías a una línea lateral de la familia real o simplemente no tenías sangre real era ingenuo pensar que se podía llegar al poder, incluso si estuviera bien argumentado y justificado). La legitimidad no garantiza el monopolio, es el poder el que lo hace en tanto recursos físicos y oportunidades que son consecutivos de este.

Aquí aparece un elemento del monopolio, este siempre presenta un equilibrio inestable, expresado en la lucha de fuerzas sociales, por el control de las ventajas sociales garantizadas (en muchos casos bajo el control del estado). Este “equilibrio inestable” lleva a nuevas configuraciones y reorganizaciones del monopolio.

Romanin interpreta que para Elías el poder se mueve bajo una lógica del monopolio. Sin embargo la idea eliasiana de monopolio con respecto a la de poder es mucho más abarcativa. Es tanto la utilización de recursos y posibilidades, y un efecto de las luchas de exclusión, y ejercicio permanente de las relaciones indiscutibles. Aquí ciertos ecos de la hegemonía gramsciana son eminentes. Elías pretende situar al monopolio como la articulación del poder en sus recursos físicos y materiales, pero también en la experiencia vivida, y en una dimensión practica que se torna indiscutible.

Esta idea de lo “indiscutible” tiene aristas interesantes. En primer lugar, el monopolio como relaciones indiscutidas implica pensar el monopolio en un sistema más amplio. Pensar el sentido asignado a las posiciones monopólicas en la historia permite comprender las formas que orientan la acción de los hombres. En segundo lugar, pensarlo como relaciones indiscutidas constituye una forma de posibilidad teórica precaria, simplificadora con límites establecidos. Visualizada en la idea de totalidad. Elías en varias ocasiones expresa que el objetivo del monopolio será la ampliación hacia la totalidad de las relaciones humanas, pero en tanto el monopolio tiende a regular los intereses de cada entramado de seres humanos interdependientes usando estructuras de poder que implican tensiones y límites. Es decir la totalidad son los límites y el horizonte de este monopolio.

A esta idea de monopolio se adjuntan las nociones de hegemonía y poder. Si el poder es violencia constante en disputa por la posibilidad de la hegemonía, también es imposición, y su ejercicio se orienta a las relaciones humanas bajo la forma de monopolio. Pero esta última no busca aniquilar, tanto la hegemonía como el poder aparecen como equilibrio. Donde estas podrían presentar las 2 caras de una misma moneda, es decir la emergencia y la configuración de monopolios. Si bien este concepto puede articular a la hegemonía y al poder, en esta fortaleza paradójicamente se encuentra su debilidad. La idea de monopolio pierde capacidad explicativa cuando es subsumido a la idea de poder. Ya que por más esfuerzos que realice Elías para distinguir monopolio y poder todo se reduce a la competencia y a la lucha por el poder. Para avanzar aquí, será necesario indagar cual es la idea de poder en “el proceso civilizatorio”.

El “furor hegemonialis” y el proceso civilizatorio.

El proceso civilizatorio para Elías está marcado por la competencia y la lucha, y se pueden ver 2 fases fundamentales. En la primera tiene lugar la acumulación de la tierra y del poder político y militar, terminando con el poder en un solo individuo. Y la segunda, se constituye un monopolio público. Elías pone a roma como un ejemplo (Roma consigue mediante luchas eliminatorias vencer a dos o tres adversarios de fuerza similar a la suya y obligarlos a someterse o integrarse, sus capas dirigentes se ven acosadas por la idea de que es necesario para su seguridad ser militarmente más fuerte que cualquier otro estado de su entorno, pudiendo desafiar a todos los adversarios posibles y garantizar a través de la derrota o destrucción la seguridad de su propio estado) de lo que él llama “furor hegemonialis”, pero ¿en qué consiste este concepto?.

Aquí nuevamente se asemejara a una idea de hobbesiana. Hobbes plantea a los individuos juntándose para crear una república y que sea ella la que los defienda de las amenazas. El furor hegemonialis eliasiano parece más que una re-elaboración de esta idea hobbesiana, es en cierta forma el descubrimiento del motivo de impulso que hace a la totalidad como horizonte del monopolio. Este concepto es el motivo del poder, del monopolio y de la búsqueda de la hegemonía: la consagración de un orden seguro, pacificador, ampliado a la totalidad de las relaciones humanas.

Elías muestra en la historia europea la creciente centralización y monopolización de los aparatos políticos administrativos, y de pacificación en la formación del estado, tal como se veía en el siglo XII cuando el rey quería recuperar su poder militar económico, centralizando el poder, creando un monopolio fiscal que garantice la capacidad de acción y dedición de este poder centralizado. Lo resultante de este proceso de transformación que ve Elías es la constitución de organizaciones monopolistas de la violencia física, pero que también contribuyen a una pacificación.

De todas maneras aquí asistimos a una especie de paradoja de la pacificación. Pareciera que esta es posible solo a largo plazo y gracias al transcurso de la guerra. Si la centralización y la constitución de un monopolio de la violencia implican un pasaje de lo privado a lo público, entonces el ejercicio se expandirá a todo el entramado de seres humanos, sufriendo a lo largo de su historia un ascenso de la represión de sus conductas. Elías deja ver la correspondencia entre los cambios en la estructura de las relaciones humanas y la de los cambios psíquicos, aspecto clave en el proceso civilizatorio teniendo la tarea de desalentar las conductas bélicas y reducir el furor hegemonialis. Consagrando relaciones naturales.

Poder, evolución, autocontrol y civilización.

Aquí nos centraremos en la mirada eliasiana del poder en el proceso civilizatorio. Hasta aquí hemos visto el poder como punto de

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