Ensayo los 7 habitos
Enviado por Ledesma • 15 de Febrero de 2018 • 4.163 Palabras (17 Páginas) • 313 Visitas
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las situaciones (inexistencia de control).
Y no olvidar que una base de la proactividad es el amor, amor a nosotros mismos, a lo que hacemos y amor a los demás. Además, que dentro del circulo de influencia este está lleno del “SER” y por tanto debemos ser comprometidos y mantener todas aquellas promesas que realicemos.
Empezar con un fin en mente
“Empezar con un fin en meten, consiste en empezar hoy con la imagen, el cuadro o el paradigma de la vida como un marco de referencia o criterio para el exámen de todas las otras cosas.” (Stephen, 2014)
Todo hombre o mujer en el mundo, tiene ideales, pensamientos de lo que queremos en nuestra vida, es decir aquello que anhelamos y que nos gustaría alcanzar, de aquello a lo que nos gustaría ser. Ya sea desde cuestiones materiales como, un auto, una casa, muchos millones, hasta elementos básicos de la vida, ya sea teniendo salud, logrando formar una familia, es decir mamá, papá, hijos y por qué no hasta un perico. Sin embargo, mucho de lo que deseamos no siempre se vuelve realidad y es donde si el carácter tuyo o mío como individuos no es de lo más ideal entonces no lograríamos encontrar todo aquello que deseamos.
Por estos motivos Stephen R. Covey, nos muestra una manera, no mágica ni milagrosa de cómo podemos alcanzar estas metas. La respuesta ante esto es simple comenzar a desarrollar una filosofía o credo personal. Es decir, escribir aquella visión y misión que tenemos como individuos, para posteriormente formar los objetivos específicos y claros para el logro alcanzable de aquel fin que tenemos en mente. Este enunciado debe de ser equilibrado, pues no podemos exagerar o menguar ante diversos factores, por ello el equilibrio se debe de ver reflejado en nuestra vida real y los alcances que tiene esta en el propio mundo.
Ser eficientes no lo es todo, puesto que para lograr lo que de verdad queremos empezar con un fin en mente debemos ser verdaderamente efectivos, comenzando con ideas claras y comprender nuestro propio destino, el cual por cierto no está escrito, sino más bien lo vamos formando día a día con nuestras acciones, nuestras actitudes y nuestras obras.
El autor nos relata que todas las cosas se crean dos veces, pues primero existe una creación mental, que a mi modo de percibir es todo aquello que visualizamos en nuestra vida y creamos con la imaginación, pero a su vez con una conciencia moral correcta, pero que nos da la pauta de ese fin. Y por otro lado está la creación física, que es aquella que vamos construyendo, para el logro de lo que mentalizamos. Pero esto también depende en gran manera al grado con lo que uno empiece con ese fin en mente, pues determina si se puede o no crear.
En este hábito encontramos que la base y fundamento de un fin en mente es el liderazgo personal y la administración ideal de nuestra propia vida, según Peter Drucker y Warren Benis mencionan que la administración es hacer las cosas bien, liderar es hacer las cosas correctas.
“La administración busca la eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito; el liderazgo determina si la escalera está, o no, apoyada en el lugar correcto.” (Stephen, 2014)
Para finalizar este hábito recordemos entonces que todo aquello que deseemos consiste primeramente en visualizar aquello a dónde vamos, ser responsable de mi propia y primera creación, reescribir de ser necesario mis guiones de modo que los paradigmas de tener un fin en mente, de la conducta y de las actitudes sean congruentes con mis propios valores y estén en armonía con los principios correctos. No olvidando escribir ese enunciado personal que nos dará el primer paso para llegar a nuestro fin, así como identificar cual es nuestro centro.
Establezca primero lo primero
Este tercer hábito, es el fruto personal, es decir.
“Es la segunda creación, la creación física, es la realización, la actuación, la parición natural del primero y el segundo hábito. Es el ejercicio de la Voluntad Independiente que pasa a ser centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento”. (Stephen, 2014)
Establecer lo primero, no es más que eso mismo, es darle la prioridad a aquello que realmente lo necesite, identificar entre lo que es urgente y lo que es prioritario. Esto último se vive día con día en los diferentes centros laborales, puesto que, por lo general todos aquellos trabajos realizados siempre se denota con un sentido de urgencia. ¿Errónea esta situación? Pues tal vez, pero y que hay de lo prioritario y en este sentido no solo nos referimos al trabajo, sino a todo lo que nos forja ese carácter humano, nuestra familia, nuestros gustos, nuestros deseos, sueños, metas, aspiraciones, etc.
Priorizar es administrar nuestro tiempo, para que las cosas más importantes estén situadas como primer lugar, organizando y archivando todo momento en nuestra vida, para que de esta forma podamos ir moldeando, aquello que perseguimos realmente. La administración es la fragmentación, el análisis, la secuencia, la aplicación, el tiempo, el autogobierno y todo aquello que, con un fundamento correcto, medido por metas y basado por objetivos, podemos controlar. Todo esto va tomado de la mano de la voluntad independiente, la cual hace que nuestra autoadministración, sea mayormente efectiva, logrando establecer una mejor toma de decisiones, elegir y después actuar en consecuencia.
Por ello en este hábito se plantea un cuadro en el que podemos visualizar el foco esencial de la administración de nuestro tiempo, que es lo esencial para determinar qué es lo Primero y más esencial. La zona ideal de este cuadrante es estar en el punto 2, pero para muchos esto resulta imposible, pues la mala administración de nuestra propia vida nos pone en evidencia aquello que deberíamos tener por prioridad absoluta.
Es por ello que también en este hábito, se nos muestra que el decir “NO” es un cambio que puede ser positivo en nuestras vidas, de tal forma que podemos eliminar o mejor dicho dar prioridad a lo que realmente es importante.
Dentro de nuestra persona debemos a su vez encontrar 6 puntos importantes: La coherencia, el equilibrio, el centrarnos en el cuadrante II, tener una dimensión humana, la flexibilidad y el ser portátil. Para lograr esto debemos entonces ser capaces de seleccionar las metas, programarnos temporalmente, adaptarnos a las circunstancias diarias e identificar roles. Pero fundamentalmente lo más importante es VIVIRLO.
Bien con esto
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