GUERRA DE DIVISAS Y SU IMPACTO EN LAS ECONOMÍAS EMERGENTES DE AMÉRICA LATINA.
Enviado por Christopher • 1 de Abril de 2018 • 4.577 Palabras (19 Páginas) • 406 Visitas
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1.3.2.-Obetivos específicos
Determinar que es una guerra de divisas.
Conceptuar que es una economía emergente.
Definir como un país entra en la categoría de economía emergente.
1.4.-Hipotesis
La guerra de divisas afecta significativamente las economías emergentes, porque afecta las exportaciones e importaciones con otros países.
1.5.-Justificacion
Esta investigación se realizará con el fin de analizar distintos puntos de vista y saber de qué trata y cómo impacta en la economía de países de América Latina la guerra de divisas. Servirá de apoyo para futuras investigaciones de este tema y que no hay tanta información sobre él, además de que dicha información podría servir para analizar y escoger alternativas, así como formular políticas, proyectos o planes para poder afrontar el problema, y también el poder advertir del problema que se avecina en un futuro no muy lejano.
La trascendencia de la investigación será hasta con otras áreas del conocimiento como sería el derecho ya que se podrían aplicar o crear leyes internacionales que regulen el manejo de las divisas, también en varios aspectos de la economía porque es necesario saber cómo afecta este problema internacionalmente.
Se cubrirá inicialmente un punto de vista global pero después se centrará solo en los países emergentes de América Latina.
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CAPITULO II MERCADO DE DIVISAS
2.1.- Divisa
2.1.1.- ¿Qué es?
Es una unidad monetaria de un país, se entiende asimismo el tipo de sistema monetario que maneja un país en dependencia de la base de garantía, por ejemplo: el oro, la plata, divisa papel, etc. El mismo término de “divisa se emplea para designar la moneda extranjera que participa en el sistema de pagos internacional.
Las monedas de los países capitalistas se subdividen en:
A) Convertibles en otras monedas
B) De convertibilidad limitada, es decir, convertibles sólo en algunas otras
C) Cerradas o monedas utilizables únicamente dentro de un país dado.
La convertibilidad de la moneda puede ser completa o sólo parcial: exterior o interior. Cuando la convertibilidad es exterior, la libre conversión en otras divisas sólo se concede a los extranjeros, mientras que para los ciudadanos de la zona dada de divisas se exige un permiso especial de los institutos monetarios del país; si la convertibilidad es interior, los ciudadanos del país gozan del derecho da conversión libre y es de los extranjeros de quienes se requiere la obtención de un permiso especial.
Si el precio de una divisa, su tipo de cambio, es alto, habrá poca demanda. Los turistas, al darse cuenta que tienen que entregar mucho dinero para conseguirla decidirán viajar a otro país; los importadores encontrarán excesivamente caras las mercancías. Si el tipo de cambio baja, la cantidad demandada de divisas aumentará. Es decir, la función de demanda de divisas es decreciente como la de todos los bienes. La oferta de divisas manifestará un comportamiento igualmente lógico: cuando el tipo de cambio sea alto se ofrecerá más cantidad de divisas que cuando sea bajo. (Borisov, 2009)
2.1.2.- Antecedentes de las divisas
Después de la crisis económica mundial de 1929-1933, todas las divisas de los países capitalistas son papel moneda y entonces hasta diciembre de 1958, fueron monedas convertibles el dólar de los Estados Unidos, el franco suizo y el escudo portugués. Desde diciembre de 1958, han pasado a ser convertibles la mayor parte de las divisas de la Europa occidental. En el mundo capitalista, las monedas clave, es decir, aquéllas en que se efectúan casi todos los pagos internacionales y que se utilizan en calidad de divisas de reserva, son el dólar de los Estados Unidos y la libra esterlina inglesa. En los últimos años, se viene ampliando el uso del marco germano occidental, del franco francés y de la lira italiana en los pagos internacionales. A medida que disminuye el peso específico de los Estados Unidos en la economía del mundo capitalista, se debilitan sensiblemente las posiciones de la divisa capitalista fundamental; el dólar norteamericano. La crisis de divisas ha tomado la forma de “crisis del dólar” y se halla condicionada por el hecho de que la agresiva política exterior de los Estados Unidos exige gastos enormes para mantener las bases militares estadounidenses en el extranjero y para prestar ayuda a los regímenes reaccionarios de muchos países. Junto a la exportación de capital privado, los gastos del Gobierno en el extranjero pesan como abrumadora carga sobre la balanza de pagos de los Estados Unidos, cuyo déficit el Estado se ve obligado a cubrir con oro. A ello se debe que durante el período comprendido entre 1953-1963, las reservas de oro de los Estados Unidos se hayan reducido de 22 mil millones de dólares a 16 mil millones.
En 1973 se añadió una enmienda al Convenio del FMI (Fondo Monetario Internacional) por la cual se autorizaba a los países miembros a adoptar el sistema cambiario que mejor se adaptase a sus circunstancias particulares. De hecho, la mayoría de los países permitieron que sus monedas fluctuasen libremente en los mercados de divisas, aunque, eso sí, con la intervención de los bancos centrales tratando de suavizar las tendencias y de evitar fluctuaciones excesivamente bruscas. Es el sistema llamado de flotación "sucia".
Este sistema fue utilizado por muchos países durante los recesivos años 70 y aún sigue siendo el utilizado por muchos países incluyendo al Japón y a los Estados Unidos. Entre sus ventajas está permitir que las políticas monetarias de los países se diseñen atendiendo a la situación interna, con mucha menor dependencia de los problemas que puedan aparecer en los mercados cambiarios. Permanece el inconveniente de que la inseguridad en la evolución futura de los tipos desalienta la expansión del comercio internacional. La aparición de mercados de futuros muy eficientes ha permitido subsanar en parte ese inconveniente. (Stiglitz, 2009)
2.1.3.-
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