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Historia y epistemología de la pedagogía.

Enviado por   •  24 de Abril de 2018  •  2.256 Palabras (10 Páginas)  •  375 Visitas

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Pero sí educador está torcido, ¿cómo alguien va a enseñar a dar información, a dar conocimiento? Es casi imposible.

- ¿La educación por el Estado no es una calamidad? Si lo es, ¿cómo allegar fondos para escuelas que no estén controladas por el gobierno?

Todos aquí sabemos que la educación oficial es una calamidad. Obviamente el gobierno no estará de acuerdo con esto. “Ellos no quieren que la gente piense; quieren que todos sean autómatas, porque entonces puede decírseles lo que han de hacer. De suerte que nuestra educación, (…) se vuelve un medio de enseñar qué se ha de pensar y no cómo pensar; porque, si fuerais a pensar independientemente del sistema, serías un peligro. (…) La educación y el alimento han llegado a ser los medios de dominar al hombre.”

Eventualmente, la educación es un peligro para los gobiernos. Y es ‘función’ del gobierno hacer a la gente ignorante de la realidad porque si sale algo nuevo, “puede ser revolucionario”. Todos desean cambios, pero no quieren revolucionar el pensamiento; y cuando unos pocos lo logran hacer, el gobierno los pone presos y caen en el olvido. Vemos un claro ejemplo en la situación de Venezuela.

Ahora, ¿cómo allegar fondos para escuelas oficiales?

Pongan atención a los directores idealistas, “miren cómo engordan con esos fondos”. Sin embargo, ustedes pueden poner una escuelita hasta en su propia casa, y si tienen preparación, amor, entusiasmo, y sentimiento, pueden durar años allí.

“El dinero es la cosa menos importante, dejadles el dinero a los idealistas”. Y ¿qué pasa cuando conseguimos dinero? Bueno, “usted mismo debe vigilar su dinero, saber quién lo maneja (…) y entonces empiezan las sandeces, las idioteces; más si tenéis poco dinero y verdadera claridad de pensamiento para respaldarlo, crearéis una escuela.”

Si enseñamos a nuestros hijos a no ser nacionalistas y a no saludar la bandera porque el nacionalismo es factor de guerra; en serio “¿creéis que los gobiernos van a tolerarlo? Si realmente producís revolucionarios –no en el sentido de matar, si no verdaderos revolucionarios en el pensamiento y en el sentir- ¿Creéis que la sociedad lo admitirá un solo instante?

Ustedes y yo, somos responsables de sólo aprender la técnica de ganar dinero y sólo enseñar eso. “Esperar de organizaciones externas una transformación que debe empezar por cada uno de nosotros, es esperar en vano. (…) La revolución debe empezar por el pensamiento, no por la sangre; y si hay una verdadera revolución en el pensamiento, no habrá sangre”.

- ¿Qué tiene que decir usted acerca de los ejercicios militares en la educación?

“Si queréis que el niño sea eficiente carne de cañón, la instrucción militar resulta ser maravillosa. Si deseáis disciplinarlo, reglamentar su mente, sus sentimientos, los ejercicios militares serán un buen modo de hacerlo. (…) Si lo que quiere usted, señor, es que su hijo viva, la instrucción militar es por cierto el procedimiento errado.”

El autor señala que la instrucción militar es muerte segura, pero si desean la paz, claramente éste camino no es.

“La función de un general es sin duda la de preparar la guerra, y la del soldado consiste en mantenerla”.

Hace más de dos mil años, un antropólogo le comentó a Krishnamurti su anhelo por el fin de la guerra… y todos hemos visto como día tras día las guerras continúan, incluso llegando a ser aún más fuertes que la anterior. Afirma que las tres profesiones ideales para dominar el hombre son soldado, policía y abogado.

- ¿A quién llamaría usted un maestro perfecto?

Desde luego el maestro perfecto no es aquel que tiene un ideal, ni el que negocie con la educación, ni el que le sirve a los políticos. El maestro perfecto es ése, no pide para sí mismo, ya que por dentro es muy rico sus conocimientos no son basados en un libro sino en su experiencia. El maestro perfecto enseña sin que le digan qué tiene que enseñar y para eso, no puede estar ligado a ninguna posición en la sociedad, no puede jugar a la política ni estar buscando una posición; pero nosotros no queremos este tipo de maestros.

El educador no sólo da información sino que enseña cuál es el camino de la sabiduría, pero ustedes “tenéis que ser a la vez alumno y maestro” y la sabiduría “empieza con el conocimiento propio”.

- ¿Qué lugar ocupa la disciplina en la educación?

El autor niega que haya un lugar, ya que si el educador aplica la disciplina en sus alumnos, “los forzáis, hay coacción, así sea en forma bondadosa o delicada, lo cual significa conformidad, imitación, temor”.

La disciplina sólo coloca barreras entre nosotros. Un factor excluyente es la resistencia, pero un factor incluyente es la comprensión. Aquellos conceptos no se podrían aplicar en una escuela grande, debido a su gran alumnado; sin embargo, sí es posible en una escuela pequeña. “Pero las pequeñas escuelas no resultan lucrativas para el propietario privado o el gobierno, y puesto que vosotros, que tenéis la responsabilidad del gobierno, no os interesáis realmente por vuestros hijos, ¿qué importa eso? (…) ¿No querríais saber qué comen, dónde duermen, qué hacen durante todo el día, si se les golpea, si se les reprime, si se les destruye? Pero esto significaría una investigación, tener consideración por los demás, ya se trate de vuestro hijo o del vecino; y vosotros no tenéis consideración alguna, ni por vuestro hijo ni por vuestra esposa o esposo.”

CONCLUSIÓN

Finalmente, todo este asunto está en nuestras manos, no en las del gobierno, porque aquel no hace nada que beneficie al pueblo.

Es preciso empezar de nuevo, una nueva sociedad, una nueva civilización; pero nosotros no queremos despojarnos de todo y empezar de nuevo, no de a poquitos, de ley en ley, porque “el edificio se derrumba”. Se necesita desnudarse interiormente, conocernos tal cual somos, y ver todo nuestro interior, nuestros sentimientos, nuestro egoísmo, nuestro ego, nuestra “brutalidad”, nuestra “falta absoluta de amor”; cuando logremos comprendernos verdaderamente, podremos ser honestos, y empezar de nuevo. Para ese entonces cabe la posibilidad de “un mundo nuevo y un orden nuevo”. “La paz no llega mediante reformas que son remiendos.

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