Identidad virtual

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En la actualidad la mayoría de los adolescentes tiene acceso a este tipo de sitios; tal es el caso del Facebook, una de las redes sociales más populares entre los adolescentes ya que basta con registrarse gratuitamente a través de una dirección válida de correo electrónico, completar una ficha con datos personales y empezar a asociarse con otros usuarios.

En el caso de los adolescentes, el acceso fácil a estos sitios, genera un problema ya que se encuentran en una búsqueda de sí mismos; y su identidad corre el riesgo de cambiar de manera negativa, al interactuar con otros usuarios, ya que adoptan una personalidad que no corresponde a lo que realmente son, y este proceso trae consigo una serie de problemas o conflictos que tienen que ver con cargas emocionales, rechazo de y hacia la sociedad, manifestado a través de la construcción de grupos con tendencias en cuanto a su forma de actuar, pensar y de vestir, los cuales encuentran a través del Facebook y redes sociales de este tipo.[1]

Según un artículo de la revista ZONA PROXIMA Nº12 página 198, “El llamado ciberespacio da la posibilidad de crear un segundo ser, o incluso crear múltiples y diversas identidades”[2] En base a esto podemos decir que la creación de las redes sociales está vulnerable a la manipulación y falsificación de datos y de identidad

Por ejemplo: en mis contactos de Facebook tengo agregada a una compañera de la preparatoria, la cual tiene tres cuentas diferentes, una que muestra a sus padres y familiares más cercanos, en esta cuenta sus datos personales son reales, (nombre, edad, escolaridad, nacionalidad) y una foto de perfil muy reservada, otra que ocupa para la escuela y la tercera que es totalmente ficticia, en la que nada es real; tiene un nombre diferente, una edad mucho mayor, incluso hace mención de una nacionalidad Europea, siendo que es más Mexicana que el mole. Estoy segura que muchos de nosotros conocemos a más de un amigo así.

Según Durekheim, desde una perspectiva sociológica el proceso de re-formulación de la identidad del individuo en un ciberespacio, se encuentra protegida por la carencia de elementos de constatación de veracidad; es decir, se basa en el principio de la confianza, la carencia de regulaciones estrictas en este sentido puede generar una especie de anomia, [3] con esto, resulta posible que el usuario pueda mostrarse en las redes sociales como desea ser y no como realmente es.

En el momento en el que el sujeto-usuario construye su perfil en una red social virtual como el Facebook, la situación es similar a una hoja en blanco en el que el sujeto-usuario puede crear el retrato de sí mismo que mejor le parezca, resaltando los elementos que quiere hacer evidentes y ocultando aquellos que no quiere revelar dentro del nuevo sujeto que está creando.

Esta construcción del perfil individual permite que los adolescentes organicen las características de la identidad que desean proyectar, convirtiendo su ser- virtual en el equivalente a un mensaje de tipo publicitario, con el objetivo de encontrar y dejarse encontrar por sus similares.

Según la doctora Roxana Morduchowicz los jóvenes piensan que la web es posiblemente el único espacio en el que se sienten independientes, un espacio que le permite hablar de sí mismos con mayor autenticidad ya que pueden hablar con menos inhibición evitando el cara a cara y el juicio valorativo de sus padres, familiares y amigos, sin embargo, también señala que los adolescentes empiezan a interrogarse ¿quiénes son? , y ¿qué piensan de sí mismos?, ¿cómo se ven? y ¿cómo los ven los demás? A través de esas preguntas se describen así mismos, manipulando sus datos para ser aceptados frente a un determinado grupo.[4]

Con esto podemos decir que aunque puedan hablar y describirse con menos inhibición, no significa que los datos que proporcionen sean reales o auténticos.

Y según Harman, Hansen, Cochran y Lindsey (2005) especialistas que analizan la conducta de personas en redes sociales, observaron que los adolescentes que falsificanban más información enviada a partir de Internet, tenían más carencias en habilidades sociales, un autoconcepto negativo, niveles de ansiedad más elevados y mayor grado de muestras de agresión., carencias en las habilidades interpersonales y falta de contactos sociales, son algunos de los factores que intervienen en el desarrollo de los casos de “adicción” a las redes sociales (y a Internet en general), porque aumentan la vulnerabilidad psicológica (Echeburúa y De Corral, 2010).[5]

Los usuarios de las redes sociales son en cierto modo “manipuladores estratégicos”, porque las posibilidades ofrecidas por este medio, les permiten gestionar su presentación. También son “camaleónicos”, en tanto que pueden adoptar diferentes roles discrepantes, contradictorios y diversos “yo” en función de la situación o contexto.[6] Y todo esto dificulta la construcción de una identidad autentica.

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