¿Qué significado y consecuencias tiene la desigualdad para el crecimiento en una economía como la mexicana?.

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Diversos factores como podría ser, el acaparamiento por parte de las clases dominantes de este país, ya que, durante los últimos años, el número de multimillonarios no ha crecido de una manera exacerbada. Hacia 1996, Forbes publicaba su primer lista de multimillonarios donde aparecían 15, en el periodo de 1996 a 2005, el número de mexicanos era 11, y ya en 2014, el número era de 16; siendo así, que sólo se adjunto uno más durante 2 décadas.

Pero, ¿Qué importancia tiene todo esto? Si bien, todos estos multimillonarios o en su mayoría derivan su riqueza al sector privado, concesionado o, poco regulado por el estado. Este sector privilegiado daña de manera creciente a nuestro país, un ejemplo fácil, es que dejan de lado la competencia económica y a través de una débil y casi inexistente regulación crean un escenario perfecto para el beneficio y abuso de sus empresas, formando así, monopolios y oligopolios que controlan el sector económico mexicano.

Un estudio que fue realizado por la OCDE (OCDE, 2012) nos muestra de una forma clara que durante 2005 y 2009, el monopolio por parte de las empresas en telecomunicaciones de Carlos Slim habían producido una pérdida de bienestar a través de dos variables ya mencionadas: 1) La falta de competencia, 2) la facilidad para poder generar un monopolio y acaparar todo un mercado de servicios. De la misma forma, esto también se puede ver en el sector minero y de telecomunicaciones.

Todo esto nos muestra que la forma, estructura y diseño del sector tributario, en México, es precario. Las políticas tributarias son ineficientes ya que estos grupos de elite también logran influir de gran manera sobre las mismas, siendo así, ellos los más beneficiados.

Esta estructura tributaria tiene un carácter dual, que beneficia a unos y afecta a otros, a través de un estudio realizado por la OCDE podemos observar que en promedio los países que fueron sometidos a este estudio obtenían un 32.5% de sus ingresos a través de los impuestos en bienes y servicios (esto incluye impuestos al consumo e impuestos especiales), siendo que en México, se obtiene el 54% de los ingresos, y es aquí donde entra el carácter dual de la estructura tributaria, ya que las familias pobres tienden a gastar más de lo que es su ingreso que los hogares relativamente ricos, esto podría significar que los hogares más pobres de cierta manera terminen pagando más impuestos que los hogares ricos, a esto, hay que agregarle que México tiene una de las tasas marginales más pequeñas de los países de la OCDE, incluso después del aumento realizado en 2014, la tasa ascendió a 32%, que está por debajo del promedio que es de 50%.