Una sociedad con paradigmas de conceptos entorno a la prosperidad
Enviado por klimbo3445 • 2 de Abril de 2018 • 1.575 Palabras (7 Páginas) • 419 Visitas
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Dejando de lado el ámbito económico y no del todo ya que la calidad de vida está sujeta a la felicidad, que nace de un concepto atractivo el cual subyace del dinero para dejar que caiga en el limbo de la pseudociencia y dar como resultado una ecuación generada por la consecuencia relativa de una suma de factores según la satisfacción de nuestras necesidades básicas.
Una de las mejores alternativas para medir el desarrollo económico, ya sea a nivel individual o a nivel país, es ocupar la variable felicidad (medida como bienestar de vida de las personas). Esto se debe principalmente, a que los individuos están, principalmente, enfocados en su calidad de vida en los dominios que los rodean, más que en los valores materiales que poseen. Este enfoque plantea que el desarrollo debe interpretarse como la sociedad en donde los individuos se sientan contentos con sus vidas, y se visualiza en estudiar otros factores individuales y sociales que generan una sociedad de individuos satisfecho.
Los estudios han demostrado que existe una relación inversa entre materialismo y satisfacción con la vida. Mientras más materialista eres, menos satisfecho estás con la vida, el último informe del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) muestra cifras que decepcionan y estas dicen que los más satisfechos con la vida son los sectores altos, pero que los socioeconómicos bajos no solo son los menos satisfechos, sino también son los que están más solos, los que con mayor frecuencia reportan sentimientos de abandono, soledad y de aislamiento, si se consideran esos datos, es notable que estamos en una sociedad construida en torno al consumo en donde si no hay el poder adquisitivo, la persona quedara marginada del consumo.
Para Immanuel Kant, de ningún modo puede fundarse un pensamiento moral desde la felicidad, concepto ambiguo que no lleva a una definición universal, ya que para cada individuo la felicidad se encuentra en cuestiones dispersas. Kant propone una ética del deber, el acto moral se fundamenta en la voluntad, buena en sí misma. No puede el hombre actuar moralmente desde los sentimientos, ya que éstos son involuntarios.
La progresión de la prosperidad en la sociedad mejora el nivel de vida de los residentes de un sector en donde se registran diversas variables tanto en el sector público como privado, tales como la pobreza, salud, medio ambiente, infraestructura y urbanización, con ello se puede concluir que el crecimiento económico es necesario para la prosperidad, pero claro está que si no llegan a relacionarse no generara igualdad de oportunidades para aquellos que habitan el sector o un país, por esta razón la eficiencia de la ejecución de las políticas deben ser medidas a través de diversos indicadores como el IDH ( Índice de Desarrollo Humano ) el cual se compone bajo parámetros sujetos a la educación, vida larga y saludable que corresponden a un nivel de vida digno los cuales permitirán ampliar, reducir o contrarrestar su implementación cuando no generen dicho crecimiento y prosperidad para todos.
No sé para ustedes pero para mí , para lograr que algo salga bien, hay una receta, los ingredientes son el corazón que yace de un nicho, el razonamiento que flota como el aire, una pizca de pensamiento crítico, cinco cucharadas de cuidado y un toque de acidez para la prudencia. No hay que dejar de persistir en lo que uno quiere, nada en esta vida se consigue de la noche a la mañana y no por eso debemos dejar de luchar en tener una prosperidad y un bienestar adecuado que pueda mantenernos en el limbo de la felicidad, sin dejar de lado la constante realidad en donde la sociedad exige un patrón que tal vez no sea el indicado para lograr el éxito o tal vez sí, eso lo decide cada uno y no es algo que la sociedad este en cuestiones de reprochar ya que la felicidad no entiende de condiciones, pues algunos son felices con muy poco y otros la buscan eternamente. Saber reconocerla es ser afortunado, pues no todo el mundo lo consigue.
La mejor manera para obtener un óptimo resultado es que en vez de obsesionarse con el crecimiento económico, los gobiernos deberían intentar fijar como objetivo la mayor felicidad de la sociedad esto generado a través de políticas encaminadas a incrementar el empleo y la satisfacción en el trabajo, y de planes que persigan mayor igualdad social, que fortalezcan la unidad familiar, y que contribuyan a la salud física y mental de cada individuo.
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