ANTECEDENTES Y CONSECUENCIAS GEOPOLÍTICAS DE LA LLEGADA DEL SER HUMANO A LA LUNA

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Tras estos acontecimientos la URSS envió a Valentina Tereschkova, quien fue la primera mujer en alcanzar el espacio, cuya misión se llevó a cabo en 1963; la última misión de las naves Vostock, que hasta ese momento habían supuesto los mayores éxitos a los soviéticos en la carrera espacial. El último éxito soviético en esta carrera tuvo lugar en 1965, cuando consiguió el primer paseo espacial de un cosmonauta; aunque a punto estuvo de costarles la vida por varios fallos de diseño. A este último gran éxito, hay que unirles el primer viaje tripulado con más de dos astronautas, un año antes.

Para ese entonces el programa Apollo se encontraba avanzando a buen ritmo. Todo estaba dispuesto para la llegada del hombre a la Luna; las misiones sin tripular se habían acercado a este satélite para conocer su superficie y la situación perfecta para el alunizaje; era más visible pero la suerte de la Unión Soviética empezó a ponerse en su contra, el presidente soviético Jrushev brindó todo su apoyo a Korolev, quien era el ingeniero jefe líder indiscutible del programa soviético espacial y creador del programa Vostock y del nuevo programa Soyuz pero sin embargo, en 1966, con la muerte prematura de éste y el fracaso del lanzamiento del primer Soyuz, el plan quedó estancado en otras posibilidades los cuales no dieron los resultados esperados y al mismo tiempo iba retrasándose el lanzamiento previsto de cosmonautas a la luna hasta el punto de que llegó a su cancelación y gracias a esto los estadounidenses empezaron a cosechar sus primeros éxitos con las naves Géminis y su capacidad de acoplarse en órbita, aunque no estuvo exento de grandes fracasos, con las primeras muertes de astronautas quienes eran parte de la tripulación que había participado en el Apollo I ya que contaban con todos los puntos para ser los encargados de subir a la Luna. Este suceso estuvo a punto de provocar la interrupción del programa. Además de que el desconocimiento de los científicos frente a las dificultades que podría enfrentar un astronauta al desplazarse sobre la superficie lunar con gravedad menor a la terrestre y los efectos psicológicos que este hecho podría originar, sin contar además de que los astronautas podrían regresar a la Tierra portando algún tipo de contaminación, por lo que con todos estos posible acontecimientos se dispuso un lugar especial para que cumplieran una cuarentena.

En 1968, a bordo del Apollo 8; se pudo conseguir por primera vez la potencia suficiente para escapar de la gravedad terrestre, entrar y escapar del campo de gravedad de la luna y volver a entrar en la terrestre, siendo los primeros seres humanos en ver la cara oculta de la luna. Los éxitos iban creciendo exponencialmente para la NASA. (Millán, PASAJE A LA CIENCIA, 2013)

El 16 de julio de 1969 empezó la misión Apolo 11 que tuvo como destino llegar a la Luna, en el que el punto de aterrizaje seria el Mar de la tranquilidad, tripulada por los astronautas: Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrín. El Centro Espacial de Houston anunció que la misión Apolo entró en la fuerza gravitacional de la Luna, cobrando aún mayor velocidad. Los astronautas durmieron tranquilos, además de que no presentaron problemas de ningún tipo. Se encontraban a unos 15.000 mil kilómetros del objetivo.

La madrugada del 21 de julio de 1969, Armstrong y Aldrin descendieron a la superficie del satélite con un módulo lunar, mientras el tercer astronauta, Collins permaneció en órbita a bordo del módulo de servicio. La frase de Armstrong al pisar la luna es conocida por todo el mundo “UN PEQUEÑO PASO PARA UN HOMBRE, PERO UN GRAN PASO PARA LA HUMANIDAD” (Armstrong, 1969)

Cuatro días después, todos los tripulantes regresaron a la tierra, amerizando cerca de Honolulú. La proyección hacia la Luna siguió por parte de los estadounidenses, frente a la derrota soviética; así el Apollo XII volvió a alunizar, trayéndose también parte de los recuerdos que dejaron sus antecesores.

El Apollo XIII se saldó con un “exitoso desastre”, pues diversos fallos en la nave obligaron a abortar la misión y al final, tras muchos sufrimientos, se consiguió su vuelta a la tierra en vida, por eso fue un éxito dentro del fracaso. Se hizo famoso por la frase: Houston, we’ve had a problema here. Houston, we’ve had a problem. (Millán, PASAJE A LA CIENCIA, 2013)

A partir de aquí, las demás misiones Apollo hasta la XVII, llegaron sin novedad hasta la superficie lunar, realizando diversas pruebas en su superficie. Fue la última de estas misiones a la Luna, que fueron suspendidas por el recorte de presupuesto.

Podemos decir que esta misión fue un rotundo éxito para el gobierno estadounidense comandado por el presidente Richard Nixon además de que se dio un merecido homenaje a su inductor, el Presidente John F. Kennedy que no pudo disfrutar el éxito del mismo puesto que había sido asesinado en 1963. El 24 de julio, los tres astronautas amerizaron en aguas del Océano Pacífico poniendo de esta manera fin a la misión espacial.

Las consecuencias en la actualidad son diversas pues que el mundo había relacionado a la exploración del espacio con la superioridad técnica, a la vez que ideológica. No sólo había un interés científico, también el prestigio estaba en juego. Los estadounidenses, por su parte, elegían para sus viajes espaciales a la personificación del americano modelo: valiente, religioso, patriota, esposo y padre perfecto y, por su puesto, hombre y blanco. Su existencia debía ser perfecta y así se transmitía al público.

The New York Times, afirmaba que el país se encontraba en una "carrera por la supervivencia" y que el científico norteamericano George P. Rice llegara a escribir que, a menos que hubiera un cambio de actitud evidente, era "razonable esperar que no más tarde de 1975 los Estados Unidos sean parte de la URSS", según cita Ricardo Artola en su libro La Carrera espacial. Lo anterior dicho porque los soviéticos habían ganado en Corea, Berlín y Cuba, y llevaban la delantera en la carrera espacial, logrando casi todos los hitos espaciales antes que sus rivales americanos, por lo tanto, quedaba la luna como opción ganadora (Yagüe, 2009)

Así como el Sputnik fue el pistoletazo de salida para la carrera espacial, luego de doce años con el primer paso de Armstrong en la Luna, fue el cruce de llegada a la meta de una costosa carrera. La llegada del hombre a la luna el 20 de julio de 1969 con mucho júbilo y entusiasmo, se consideró un hecho más que positivo. Se creía que uniría a la humanidad. Por eso se conmemora todos los años el día internacional del amigo el 20 de julio, día del aniversario de la llegada del hombre a la luna.

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