Adaptación de los pueblos y los individuos: impacto en sus vidas

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Los desafios éticos

La ética, cómo rama de la filosofía, es la ciencia que estudia la moral y guía el comportamiento del ser humano. Consiste llevar esas normas de conducta a una aceptación consiente basada en el ejercicio de la razón es decir, el preguntarnos ¿Por qué lo consideramos válido? Y compararla con la moral de las diferentes personas, a fin de llegar a la rectitud y al fin único: “la felicidad”.

En la actualidad se halla una existencia anti-ética del “progreso” en los movimientos históricos del desarrollo, pues podemos ver que en las sociedades “de primer mundo” existen una crisis en la pérdida de valores, desaparición de las tradiciones y por ende, la desintegración de la familia, la comunidad y principalmente de la persona.

Ahora, en las grandes urbes, los jóvenes carecen del sentido cívico, al mismo tiempo que la gente desarrolla el individualismo, provocando así, la desintegración del tejido social.

Mientras que en algunos países aun existen conflictos religiosos, otros países tienen problemas con el incremento de homicidios, pues sus habitantes tienen accesos a armas como si fueran dulces; existen aun pequeños pueblos que tiene que cazar para comer, mientras que en otros ni siquiera tienen para comer, contrastando con países donde cientos mueren por problemas de obesidad.

Y es que esos comportamientos no son culpa del desarrollo económico sino de la falta de cultura a lograr un nuevo nivel y la búsqueda de un estatus social.

La globalización es un fenómeno que ajena los modelos de vida con el materialismo. En nosotros está en fomentar una ética que signifique lo mismo para todos: una ética universal, más allá de cada región, de la moda o del momento histórico; una ética racional, basada en los principios universales, y no en imperativos hipotéticos, cómo explicaba Kant, que te ordenan actuar de tal manera, sino en los categóricos, donde las acciones que tomemos sean autónomas y no condicionadas por ajenos, y se basen en las leyes que determinen la voluntad.

Al mimos tiempo, se debe aplicar los principios de justicia social, en donde no se viole la dignidad humana, donde podamos entender y hacernos responsables que todos, sin distinción de país, color de piel, cultura o creencia, somos iguales y merecemos el reconocimiento y mismo trato, al igual que los mismos derechos, que cualquiera.

Conclusión

Nos enfrentamos a un problema más grande que la crisis del petróleo: “la crisis de valores” que afecta en especial a las nuevas generaciones, los jóvenes. Nosotros, como empresarios, políticos, participantes de la sociedad, padres de familia en potencia, cada vez vamos percibiendo que la sociedad se vuelve más tolerante ha hechos que décadas atrás parecían barbarie y que ahora, son tan normal que las consideramos correctas, aunque en esencia, no sea así.

Como hemos visto, el desarrollo de los países en forma económica no necesariamente trae un “progreso” en la sociedad local, aunque si mejora el estilo de vida, los habitantes van cambiando su comportamiento.

Como señala Aristóteles, en ética Nicómaco, el fin único de la vida es ser feliz, la felicidad por medio de la sabiduría, no por el placer carnal, posesión de riquezas o de poderes, que son vaivenes de la vida, sino por medio de las virtudes.

Aunque la globalización nos ha hecho seres individualistas, también nos ha hechos más solidarios y humanos, porque a pesar de lo que las sociedades vayan aceptando, en nuestro fondo, por las guerras que presenciamos, por el hambruna que pasan nuestros hermanos africanos y por las miles de injusticias que vemos, ha sacado el lado más benévolo de nuestro ser.

La sociedades van avanzando, es parte de nuestra naturaleza; los hombres vamos madurando, por lo que siempre habrá nuevas disputas morales. Lo importante es “jamás” llevarnos por lo que los demás dicen, sino reflexionar hacia donde me encamina cierta acción, y si ese hecho, me va a llevar a mi y a los demás a alcanzar la felicidad.

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