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Alfred Louis Kroeber: El gran indeterminista.

Enviado por   •  16 de Febrero de 2018  •  48.384 Palabras (194 Páginas)  •  396 Visitas

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Podríamos tal vez relacionar este peso extraordinario de la tradición científica y humanística alemana en la cultura de los Estados Unidos con el hecho de que el barniz cultural y académico de la tradición WASP (White Anglo-Saxon Protestant) es sumamente delgado: mientras que las minorías ya tienen ampliamente sus universidades en los Estados Unidos, la representación universitaria de los WASPs no corresponde de ninguna manera a su abrumadora preponderancia en la vida socio-conómica y política, como bien lo documenta la ignorancia del clan de la petrocracia texana y sus asesores. Una impresionante parte de la vida académica que superficialmente pued parecer pertenecer a la vida de los WASPs, en realidad es vida académica afiliada a la población judía de los Estados Unidos, con científicos cuya lealtad es con Israel antes que con los Estados Unidos.

Alfred Louis Kroeber recibió, como también sus hermanos, una buena educación: como joven tenía un tutor privado de alemán y luego entró a estudiar en la exclusiva Escuela de Sachs en New York. Habiendo terminado su bachillerato estudió letras modernas en la también exclusiva Columbia University en el centro de New York, y recibió su licenciatura y su maestría en letras inglesas en 1896 y 1897 respectivamente.

Kroeber estudió letras inglesas en la Universidad de Columbia, donde obtiene su título de licenciatura y de maestría en letras inglesas, el último título obtiene con una tesis sobre el arte dramática en Inglaterra durante el periodo del romanticismo. Kroeber parece confirmar una regla general en la antropología: que los antropólogos que llegan a ser importantes y originales han terminado primero una formación académica y científica en otro campo. Evidentemente no todos los antropólogos importantes han sido formados primero en otras disciplinas, pero los casos son tantos y tan conspícuos que motiva a la especulación: Franz Boas mismo había terminado primero su doctorado en ciencias físicas en la Universidad de Kiel, Malinowski ya se había doctorado en ciencias matemáticas en la Universidad Carloviana en Krakow, S. F. Nadel ya había terminado su doctorado en psicología en la Universidad de Viena antes de dedicarse a los estudios antropológicos en Africa (para no mencionar la compañía ambulante de ópera que dirigía Nadel), Edmund Leach ya había terminado sus estudios de ingeniería antes de iniciar sus estudios antropológicos en el Oriente, etc. También aquí viene Kroeber a contribuir con su ejemplo: antes de iniciar sus estudios formales de antropología con Boas ya había establecido sus parámetros académicos dentro del campo de los estudios humanísticos. Lo dicho acerca del número de antropólogos importantes que primero hayan terminado otra carrera, antes de dejar sus huellas en la antropología tiene importancia desde dos perspectivas. En primer lugar, es una experiencia muy general y frecuentemente confirmada que la segunda carrera académica por lo general se coloca dentro del horizonte y los parámetros de la primera carrera. en otras palabras, un académico por lo regular se queda marcado de por vida por su primera carrera, no obstante la importancia de sus posteriores carreras y su importancia en el campo de estas. Y en segundo lugar es interesante ver esta problemática en la luz de un comentario ya añejo de Radcliffe-Brown: que "la antropología es realmente una empresa interdisciplinaria, más que una disciplina"[4].

Desde 1896, Boas imparte clases en la misma Universidad de Columbia como lector, y Kroeber toma unos cursos de lenguas indígenas con él. Marvin Harris ha descrito, con cierta malicie y con algo de exageración, pero en lo fundamental con precisión, la situación que reinaba en esta antropología cuando los dos demiurgos, Boas y Kroeber, irrumpieron en el escenario: En algunos casos el estudio antropológico en los EEUU, siempre con una fuerte inclinación hacia la lingüística, había sido puesta al servicio de objetivos que no se pueden llamar otra cosa que ideológicos: "posiblemente la sangre anglosajona es más potente que la de otras razas; pero ha de recordarse que el lenguaje anglosajón es el más simple, el más perfecta y simplemente simbólico que el mundo ha visto jamás; y que gracias a él el anglosajón guarda su vitalidad y energía para la conquista, en lugar de desperdiciarlas en la Juggernaut de un mecanismo engorroso para la comunicación del pensamiento", "el salvaje se encuentra sorprendentemente cerca a las especies subhumanas en todo aspecto de su mentalidad, así como en los hábitos y la estructura corporeales"[5], y "las razas negra, amarilla y roja difieren anatómicamente de la blanca, especialmente en sus órganos esplácnicos, tanto que incluso con la misma capacidad cerebral nunca con iguales esfuerzos alcanzarán iguales resultados"[6].

En 1897 Kroeber es nombrado asistente en antropología en la Universidad de Columbia, ayudando a Boas. Con cierta razón los alumnos de Boas lo llamaban ”Papa Franz”, pues velaba por el bien de sus alumnpos, y en 1898 le consigue a su alumno Kroeber una beca para hacer los estudios para su tesis doctoral en el Estado de Wyoming, entre los indígenas arapaho. Kroeber fue el primero de los alumnos de Franz Boas que se doctoró, en 1901, con una tesis acerca del arte de los indígenas arapaho en el Estado de Wyoming en el Midwest de los Estados Unidos, solamente pocos años después de la llegada de Boas a Columbia University. La tesis doctoral de Kroeber es notable por un número de razones. En primer lugar, por su brevedad, es a penas de unas cincuenta páginas y, en segundo lugar, porque ya en este momento temprano en la carrera antropológica de Kroeber se revela su posición teórica fundamental: mentalista, antipositivista y antievolucionista, pus “la tesis sobre el arte arapaho expone claramente el punto de vista básico a que Kroeber se atuvo toda su vida”[7].

Una vez más vemos el instinto paternal de Franz Boas, pues la vida de Kroeber en la costa pacífica empieza en 1901, cuando Boas lo recomienda para una plaza como curador, para inmediatamente después instalarse en otro puesto de gran influencia: en su cátedra en la Universidad de California en Berkeley, desde donde compartiría, durante muchos años, el control hegemónico de la antropología norteamericana, Boas desde la Costa Atlántica y Kroeber desde la Costa Pacífica. En consecuencia, la situación de la antropología norteamericana que Kroeber heredó coincidió aproximadamente con la que Boas heredó, sus situaciones se separan solamente por unos pocos años.

El primer trabajo de Kroeber en California será como curador de algunas colecciones de materiales tnográficos y arqueológicos en San Francisco, puesto que ocupa desde

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