Análisis de ciudad según el texto: La publicidad y las Ciencias Sociales

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Lo subjetivo e individual

En en el imaginario de la gente continental (manera en que los isleños llaman a la gente que vive en el interior del país), se percibe la idea de que los territorios insulares antillanos; la cultura rastafari es predominante y de alguna forma las agencias de viajes que utilizan mecanismos de publicidad, venden la idea de un destino turístico lleno de afrodescendientes con el pelo estilo dreadlock fumando ghanja, como parte de su religión, esto es un exabrupto; ya que a pesar de que en SAI si hay rastafaris son muy pocos y ellos ven en la cultura capitalista (turismo y mercadeo) el demonio y cada vez que ven algún extranjero tomándole fotos gritan “Babylon” haciendo referencia a que son capitalistas.

La publicidad como fenómeno social crea una aceptación temporal por parte de los cachacos, hacia la minoría étnica afrodescendiente, ellos los cachacos (grupo donde están rolos, paisas, santandereanos) al bajarse del avión, ponen una aptitud desprevenida, relajada y poco critica antes las diferencias étnico-culturales, bajo la premisa del estilo de vida del isleño que muestra la televisión y el cine, una vez de regreso a sus ciudades de origen eliminado el paisaje impoluto y natural, el afrodescendiente sigue siendo una amenaza latente de robo o problema, sin importar su grupo étnico.

Referentes Simbólicos Urbanos

La expresión nos pillamos en la calle de la Coca- Cola, dicha por un isleño no tendría significado para nosotros, pero si le preguntamos a un habitante de la isla que nos ayude a ubicar, rápidamente nos diría que nos tenemos que dirigir a las bodegas de Coca- Cola.

Un buen ejemplo de habitar la publicidad es la Peatonal, esta es una avenida que bordea la parte sur-oriental de la isla veamos la descripción que una página de internet hace de esta “La vía peatonal de Spratt Bight: Ofrece otra alternativa para aquellos que son amantes de largas caminatas a orillas del mar. Allí se reúnen las isleñas para peinar con cangas (pequeñas trencitas) a los visitantes. Tras ella se concentra la zona hotelera y comercial. En este sector se aprecia la práctica con encanto y destreza de diferentes deportes náuticos. En su frente se divisa el Parque Regional Johnny Cay y los arrecifes que custodian a San Andrés.” (http://wikimapia.org, s.f.) Como podemos notar al tratar de ofrecer otra alternativa se refiere a dirigir un mercado objetivo, a un sitio netamente comercial con el deseo de que ejecuten compras por medio de pantallas led o llamativos avisos luminosos en acrílico, panaflex y leds. La concentración del ciudadano espectáculo es masiva en esta zona, allí el turista puede acceder a los servicios de peinadoras que son llamadas cangueras, de esta manera al regreso a su destino de origen pueden lucir llamativas chaquiras en su pelo y convertirse en un individuo publicitario de la espectacularidad de la isla.

Para finalizar quiero hacer claridad de que cuando se habla de archipiélago de San Andrés hay que mencionar dos islas más que son Providencia y Santa Catalina, estas no son abordadas en el análisis ya que su desarrollo territorial dista mucho de cómo El Capitalismo y su hermanito menor La Publicidad ha hecho grandes transformaciones en su entorno urbano y social, “La crisis de San Andrés es completamente distinta de la de Providencia, aunque tienen algunos problemas comunes. A diferencia de San Andrés, Providencia no se ha dejado colonizar por el continente, ni por el turismo de electrodomésticos, ni por los cientos de cartageneros importados (con cédula en mano) por políticos que así consiguieron sus curules, ni por la construcción de hoteles de diez pisos que cambiaron el encanto primitivo por una versión pobre de Miami. Tampoco se cambiaron tierras por Cadillac ostentosos que se podrían bajo el salitre y el sol del Caribe, ni se hizo un aeropuerto invadible por hordas pasajeras que dejaban detrás sus basuras, latas e ilusiones. En lugar de ser como San Andrés, una de las islas con mayor densidad de población en el mundo, Providencia conserva una modesta población que incluye un 90 por ciento de habitantes angloparlantes biculturales, y la ley colombiana permitió un control de inmigrantes que ha hecho difícil su deterioro.” (Ogliastri, 1999).

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