COMENTARIO GENERAL DE “LOS NUEVOS DUEÑOS Y PÚBLICOS DE LA AGRESIÓN CULTURAL”.

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En condiciones ideales los programas de televisión, periódicos, revistas y programas de radio, cumplen una función “informativa” pero la mayoría de ellos están en manos de personas o empresas con fines de lucro (al igual que las empresas multinacionales a las que se refiere Mattelart), pretenden obtener ganancias de lo que publican o transmiten al público, por esa razón el espectador no debe considerar la información emitida por ellos como una verdad absoluta.

Existen gran cantidad de “programas educativos” para niños, los cuales hacen creer a sus padres que sus hijos podrán aprender las letras, los colores, aprender valores o van a desarrollar su creatividad, pero no es así. Actualmente, se trasmiten programas dirigidos a los más pequeños de casa que causan en ellos una imagen falsa de la realidad, fomentan sentimientos de temor o enojo (en el peor de los casos), incluso pueden llegar a generar violencia. Este punto está muy apegado a la idea de Mattelart sobre “Plaza Sésamo”.

En pleno siglo XXk hay muy pocos canales televisivos que verdaderamente hablan de “cultura”, de temáticas que el espectador debe conocer o tendría que conocer, sus dueños no buscan imponer su propia opinión ante sus espectadores, pueden hablar y tocar temas de interés nacional o internacional, siempre tratando de ser veraces en la información que transmiten. Ejemplo de ello son: Canal 40, Canal 22, Canal 11, la serie de canales Discovery y National Geographic.

Los medios o industrias como generadores de “cultura de masas” actualmente siguen tratando de acaparar los medios de comunicación pero esta vez ya no es con fines educativos, toda la información que transmiten es vista como “mercancía cultural”.